El peligro de quedar atrapado por la Red
Un estudio de Proyecto Hombre y la Universidad de Cádiz revela que la excesiva dependencia del móvil puede generar ansiedad y aislamiento social
Se ha multiplicado, casi por veinte, el número de jóvenes atendidos por un mal uso del teléfono
Mario, un precioso bebé de casi dos años, llora desconsolado. Su padre le entrega el móvil y el dedo regordote del niño se desliza por la pantalla del teléfono. La tecnología está cada vez más extendida y los usuarios comienzan a edades más tempranas a utilizar smartphones, tablets y portátiles . Y, sin control, aparecen los peligros.
Un estudio de Proyecto Hombre , en el que han participado menores gaditanos, refleja que el número de jóvenes que han acudido a la asociación por problemas de adicción al móvil se ha multiplicado casi por veinte en solo tres años. El año pasado, la asociación atendió 51 de estos casos. «Pese a que coloquialmente se conozca como adicción, el término no está reconocido como tal científicamente. Por ese motivo sería más correcto hablar de uso inadecuado o abuso de las nuevas tecnologías », indica Luis Bononato , director de Proyecto Hombre.
Muchos padres intentan tener a sus hijos vigilados y, con el pretexto de que deben estar siempre localizados, les compran un móvil aún cuando son muy jóvenes y carecen todavía de capacidad para hacer un uso racional y responsable del teléfono. « No es adecuado que un niño 9 o 10 años reciba como regalo estrella en su comunión un móvil . Habría que retrasar el uso de estos dispositivos hasta que la persona tenga una mínima madurez. Por eso, es necesario individualizar y hacer una reflexión sobre a quién se le está haciendo el regalo y para qué lo usará», indica Bononato. Los datos son contundentes: dos de cada diez niños tienen su primer móvil antes de los 10 años; cuando cumplen los 14, sólo el 20% carece de móvil.
Sin el control adecuado, regalar por la comunión un móvil a un niño de 9 años puede ser una imprudencia
Los ‘smartphones’ son cada vez más versátiles y tienen más aplicaciones: despertador, música, ‘whatsApp’, reloj, cámara de fotos, acceso a internet, bloc de notas, calendario, mensajes, juegos e «incluso» permiten hacer llamadas. El teléfono es el dispositivo que más se usa para navegar ya que lo usan 8 de cada 10 internautas; seguido por los portátiles (53%), el ordenador de sobremesa (43%) y la tableta (37%). Los adolescentes, actualmente, pasan casi cuatro horas al día conectados .
«Se pone violento»
Para un adolescente inseguro que necesita reforzar el sentimiento de pertenencia, no estar en un determinado grupo de ‘whatsapp’, dejar de comentar una foto o de recibir los estímulos positivos de los «me gusta» en las redes sociales significar quedarse excluido y aislado. El último informe PISA destaca que el 69% de los jóvenes españoles se siente mal si no puede usar internet. Esta dependencia puede llegar a suponer cuadros de ansiedad y depresión. La persona dominada por la necesidad de «estar online» cambia su comportamiento y su manera de relacionarse con el mundo . Se torna impaciente porque espera respuestas inmediatas (o en apenas unos minutos) por parte sus amigos y familiares. Para los jóvenes es difícil reconocer que abusan de la tecnología ; los adultos tampoco detectan con claridad esta dependencia porque el uso del móvil está muy normalizado.
Se ha multiplicado, casi por veinte, el número de jóvenes atendidos por un mal uso del teléfono
«Los casos que hemos atendido en Proyecto Hombre y, más concretamente, en Proyecto Joven suelen estar relacionados con adolescentes que tienen episodios agresivos que se agudizan cuando no pueden estar conectados », apuntan desde la asociación. Las alarmas suelen saltar porque hay un cambio en el carácter y en el comportamiento de los jóvenes que se vuelven irritables e impacientes, dedican muchas horas al ordenador y dejan de hacer actividades que antes les divertían. Los jóvenes se aíslan de la familia y los amigos, bajan sus calificaciones y llega el fracaso escolar .
Hay otra realidad que también hay que poner sobre la mesa. Es la preocupación de profesores y padres respecto al tema de las TICs. Hay que tener en cuenta que a la hora de educar hace falta conocimiento y experiencia y muchas veces los jóvenes, nativos digitales, se manejan mejor con esas herramientas aunque desconozcan sus peligros y no estén formados.
Ciberacoso y delitos
«El 75% de los menores no son conscientes de los riesgos asociados a los usos de internet y los padres se preocupan más por el gasto o el tiempo de conexión que por los contenidos y las interacciones», advierte Bononato. Por ejemplo, muchos creen que por pasar una foto jamás se está cometiendo un delito y esto no es así. Un 30% de los jóvenes a recibido imágenes de ‘sexting’ (contenido sexual o pornográfico en su móvil) y el 80% conoce casos de ‘ ciberbulling’, situaciones de acoso escolar con amenazas, insultos o vejaciones que se realizan usando nuevas tecnologías (sobre todo, a través de teléfonos móviles y redes sociales). Otro peligro al que se enfrentan los jóvenes cuando se conectan y navegan por internet es el ‘grooming’. Ya está tipificado como delito y se produce cuando los adultos engañan a los menores haciéndose pasar por iguales para ganarse su confianza y después acosarlos.
Bononato hace un inciso para hablar del juego de la ballena azul , un reto viral de 50 pruebas que finaliza con una incitación al suicidio. «Hemos tenido un caso de un menor que reconocía que visitaba un blog donde apuntaban una serie de pruebas en las que se ponía en peligro la integridad física de persona». Son situaciones que se aproximan a la reconocida ballena azul y que nos deberían prevenir sobre los peligros de las redes sociales y de la responsabilidad de los medios de comunicación.
Una de las respuesta para evitar la desprotección de los menores para por la educación. Padres y también profesores han de colaborar juntos para que los menores hagan un buen uso de estas tecnologías y sean conscientes de los peligros que corren si hacen lo contrario. « Cuando dejamos que nuestros hijos naveguen por la Red sin ningún tipo de regulación ni supervisión, los estamos dejando en manos de desconocidos y exponiéndoles a los peligros . No hay que alarmar porque somos conscientes de los grandes beneficios de las redes sociales, pero hay que educar para hacer un uso responsable de internet y del teléfono móvil», concluye.
La sede de Proyecto Hombre en Cádiz , Centro Municipal Hermanas Mirabal, se ubica en la Avenida Segunda Aguada s/n.