La «pandemia silenciosa y asintomática» de la obesidad infantil
El 60% de los niños de entre 6 y 12 años de la provincia tienen sobrepeso u obesidad, una enfermedad cuya solución pasa por la educación y la concienciación

Los datos no dejan lugar a dudas. La nutrición infantil es un área a mejorar en España. En nuestro país, cuatro de cada diez niños de entre 3 y 9 años sufre sobrepeso u obesidad . De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia de obesidad infantil y juvenil (niños obesos que se convierten en adultos con el mismo problema) en España es de las más altas de Europa, con un 14,2%, solo por detrás de Grecia (18%) e Italia (15,2%).
Una situación que preocupa a expertos, como el doctor Javier Aranceta, el principal autor del Estudio Nutricional de la Población Española (ENPE), publicado en la Revista Española de Cardiología (REC). «El sobrepeso y la obesidad en la niñez se asocian con más probabilidad de ser adultos obesos y con mayor riesgo de sufrir enfermedades no transmisibles, como pueden ser la diabetes mellitus tipo 2, la enfermedad cardiovascular, algunos tipos de cáncer , entre otras alteraciones en etapas posteriores de la vida», explica el doctor.
Y también genera intranquilidad en las instituciones públicas. Tanto es así, que el ministro de Consumo, Alberto Garzón, señaló que la obesidad «es un problema de salud que tiene una causa social» . Afirmación que radica en los resultados del Estudio Aladino 2019 sobre la Alimentación, Actividad Física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España, que concluyen que el 47,3% de niños de familias con rentas inferiores a 18.000 euros brutos anuales sufre obesidad o sobrepeso. La cifra cae al 33,7% en el caso de familias con rentas superiores a 30.000 euros. Además, según este informe, que se elabora una vez cada cuatro años, el 18,5% de las familias con rentas más bajas acude una vez o más por semana a un establecimiento de comida rápida, porcentaje que se queda en el 10,7% en las familias con las rentas más altas. De igual forma, el 11,5% de los niños cuyas familias tienen menor poder adquisitivo, toma golosinas o caramelos varias veces al día; un porcentaje que no llega al 4% en las familias con mayores rentas.
Medidas regionales y locales
El problema no es nuevo. Hace ya una década la Junta de Andalucía puso en marcha ‘La Red de la sandía’ , vinculada al Plan Integral de Obesidad Infantil de Andalucía de la Consejería de Salud y Familias, que es una red de profesionales, principalmente sanitarios, pero también del ámbito educativo y social, que prestan atención a la infancia y que tienen un papel activo en el abordaje de la obesidad. Y en cuya web ofrecen recomendaciones a las familias sobre alimentación y actividad física en la infancia.
El número de niños y niñas con obesidad es mayor entre las familias con rentas más bajas
No obstante, las cifras de obesidad infantil siguen aumentando. Por eso, Ayuntamientos como el de Cádiz están probando otras formas de combatir la enfermedad entre los más pequeños. A finales del pasado mes de septiembre, el Consistorio se reunió con la directora del colegio público Adolfo de Castro, el Colegio de Farmacéuticos y un experto en ‘mindfulness’, para desarrollar un proyecto piloto contra la obesidad infantil en el centro escolar. En él, participan niños de entre 8 y 10 años, con el objetivo de « fomentar una alimentación responsable a través del ‘mindfulness’ , es decir que el alumnado sea consciente de los alimentos que toman y cómo afectan a su salud y a sus cuerpos». Para ello, se ha implicado a toda la comunidad educativa, profesorado, familias, alumnado, y también a los monitores del comedor escolar. Lo que se quiere conseguir es que los alumnos aprendan a conocer y escuchar su cuerpo, a ser conscientes de la comida y a desarrollar nuevas rutinas y hábitos, algo que, detalla el Consistorio, «puede ayudarles a una mejor salud y a un mayor rendimiento escolar, ya que la alimentación correcta y el control consciente de la salud, según señalan los expertos, mejoran la atención y los resultados académicos».
Comer más de lo que se gasta
Y es que en Cádiz las cifras son todavía peores. En nuestra provincia el porcentaje de niños entre 6 y 12 años con obesidad o sobrepeso es del 60% , según afirma a este periódico el endocrino Luis Escobar , que no duda en denominar a la obesidad «pandemia sigilosa y asintomática». La explicación de que en Cádiz el porcentaje de niños con sobrepeso u obesos sea mayor a la media española radicaría en la menor renta de las familias. Al igual que muestra el informe Aladino, el doctor Escobar subraya que «a menor nivel económico, también hay menos nivel cultural y de educación alimentaria. Las familias con rentas más bajas suelen consumir más alimentos ricos en grasa, más fritos, más azúcares».
La cuarta parte de los pacientes de la consulta de endocrinología del doctor Escobar son menores de 14 años. Este médico asegura que actualmente la obesidad infantil se ha convertido en una epidemia que «es muy difícil que se pueda arreglar a nivel de medicina pública» ya que la Sanidad Pública no tiene capacidad para que, el niño con sobrepeso que acude a la consulta de ‘niño sano’ con su pediatra pueda recibir un seguimiento. Por eso, asegura que «se puede arreglar una parte con los médicos pero el problema es social, institucional, educacional y cultural. Y hace falta empezar desde los primeros años de vida, ya que la obesidad comienza desde la lactancia». « Se necesita educar a la persona con sobrepeso, al niño o niña», declara el endocrino, «pero también a sus padres y abuelos , que muchas veces para ganarse al niño le dan comida hipercalórica. Por eso, cuando empiezo a tratar a un niño, les digo también que vengan a sus padres y abuelos».
«Hay que empezar en los primeros años. La obesidad comienza en la lactancia», afirma un endocrino
Para conseguir unos buenos hábitos alimentarios hace falta un «caldo de cultivo familiar adecuado» ya que los niños «hacen lo que ven». «Todos tenemos que comer según nuestras necesidades energéticas. Y muy poca gente cocina en su casa de forma que los niños aprendan a comer legumbres, verduras y ensaladas y si no lo comen están perdidos. Les queda la carne, los huevos, el pan, la pasta... Más las bebidas azucaradas. Así un niño puede comer 3.000 calorías cuando no gasta más de 1.600 » porque, insiste el doctor, los niños actualmente pasan mucho tiempo sentados: en el colegio, en las actividades extraescolares y frente a las pantallas.
«La grasa de fuera es la de menos»
«Todo niño o niña que reciba más grasa y azúcar del porcentaje que puede gastar, es un problema», afirma el endocrino. Y «la grasa que se ve por fuera es la de menos». Un niño delgado puede no estar sano y que la grasa se acumule en el «hígado, en las arterias , que haya un inicio de arterioesclerosis, intolerancia a la glucosa (que puede provocar diabetes precoz), colesterol y triglicéridos elevados o trastornos importantes del sueño, ya que al tener grasa pulmonar aumentada la respiración nocturna está alterada. Y no se ve. La grasa es silente».
Así pues, aconseja a toda la familia «evitar dulces, galletas, fritos, chocolates... Controlar la ingesta de quesos y aumentar la de verdura, ensalada, legumbres y huevos (se pueden ingerir hasta dos al día, no fritos). Comer carne y pescado dos veces en semana. Y pan solo por la mañana, después poco en el almuerzo y la cena. En general, llevar una vida sana, evitando el tabaco y el alcohol (sobre todo el bebidas blancas)», porque los niños aprenden por imitación . Y, concluye con un guiño, «rodearse de personas que te hagan la vida feliz».
Noticias relacionadas