Tiene la sonrisa tatuada en la cara, tiene el brillo pintado en los ojos y los duendes anidan en su garganta. Camina derrochando gaditanismo, lo va derramando al andar y es que David Palomar está pletórico y lo transmite.
Hacia muchos años que el nombramiento de un pregonero no concitaba tanta aceptación, pero desde que se pronunció su nombre el carnaval está feliz, el flamenco de fiesta y San Antonio de espera.
El pregonero se está rodeando de un buen equipo de trabajo en el que destacan Juanjo Téllez y Chipi de La Canalla, que le están ayudando con la redacción del texto de su pregón y Riki Rivera, su cuñado, guitarrista, músico, arreglista y dotado con un don especial para todo lo que lleve ritmo. Riki será el encargado de dirigir la banda que sonará el próximo día 22 anunciando al mundo que Cádiz se pinta los coloretes en las mejillas de una ciudad que rejuvenece por febrero.
David une entorno a su figura dos tradiciones artísticas que definen a la ciudad, el Carnaval y el flamenco, y se enorgullece en ser el segundo pregonero flamenco de la historia después del grandísimo e inigualable Beni de Cádiz.
Cuando recibió la encomienda de pregonar la fiesta más grande de la ciudad, David no lo dudó y aceptó entre otros motivos porque sus padres tienen edad y la salud para disfrutarlo con él y porque no quiere que se le pase una oportunidad que por desgracia no tuvieron gaditanos de la talla artística de Mariana Cornejo o Juan Carlos Aragón.
Un hueco para los recuerdos de Palomar
Son días intensos en los que el pregonero está asistiendo con asiduidad al concurso para arropar a los grupos participantes y en donde tiene un hueco importante los recuerdos. “Mi última agrupación fue La Botica y ahora no tengo tiempo para salir, pero me gustaría. Quién quita que algún día, siempre que Dios me conserve la voz, cuando pase esta etapa vuelva a subirme a las tablas”, va diciendo el pregonero con la vista perdida en el telón rojo sangre del Gran Teatro Falla.
“En estos días recuerdo aquellos comienzos míos en la cantera y cómo Tino Tovar nos tenía que andar gritando porque no atendíamos a sus indicaciones en el ensayo. Tino tenía mucho genio y se enfadaba pero es que a mí me encantaba el jaleo, yo era de los más inquietos de la comparsa junto a Fali Figuier u Obregón entre otros”, recuerda el pregonero.
Aquellos años de bromas, cantera, amigos y lavaeros hacen que David asienta con la cabeza, achine los ojos y se recomponga en su silla… “Cuando La Viña era un barrio difícil en el que había entrado la heroína, el Carnaval y las amistades que hicimos gracias al carnaval supieron guiarnos siempre por el buen camino a todos. Tino fue muy importante en aquellos años y el entorno familiar de cada uno de nosotros, pero es que nosotros veíamos a Tino y para nosotros era San Tino, le teníamos mucho respeto. Fue quien nos enseñó carnaval”.
Cádiz aguarda un pregón flamenco, gaditano, alegre y carnavalero. Cádiz está en vísperas y el pregonero lo sabe. Cádiz está poniéndose guapa porque el próximo día 22 tiene cita con el señor de la alegría, con la gracia natural, con el gaditanismo personificado, con los cantes y las coplas, con don Jesús David García Palomar, aquel chaval que nació en el número 20 de la calle Trinidad y que es a Cádiz, lo que Cádiz al Carnaval.