Verano

El Palomar de la Breña, el rincón escondido donde no se conoce el ruido

En medio del Parque Natural, muy cerca del núcleo rural de San Ambrosio, se ponía en marcha un hotel en el que se puede disfrutar del palomar más grande del mundo

Una turista catalana atiende a los paneles explicativos en las instalaciones Ec

Elena Carmona

Silencio. Y casi se puede respirar mientras se cruza uno de los patios de la hacienda del Palomar de la Breña . Rodeado de campos y pinares se encuentra este rincón escondido en medio del Parque Natural, pegado al núcleo urbano de San Ambrosio, en el término municipal de Barbate . Este lugar al que acuden más extranjeros que personal de la zona tiene la peculiaridad de ser un hotel privado, que cuenta con un palomar de 7.700 nidos de paloma fabricados en terracota . Entrar por esos estrechos pasillos y huecos, con unas paredes tan simétricas donde apenas si cabe una persona andando, ya impresiona, máxime cuando uno no sabe a lo que se enfrenta.

Suman una superficie de 400 metros cuadrados de palomar y aunque está fuera de uso, forman parte de esas instalaciones rurales. Según el libro Guiness de los records en Cádiz está el palomar más grande del mundo . Se divide en calles paralelas y sus altos muros de once metros son lo suficientemente gruesos para proporcionar confort térmico a las aves. Un canal en el centro del amplio patio  cubierto con lonas, ofrecía a las aves un lugar donde podían beber y bañarse, al abrigo del viento y de los depredadores.

En sus inicios se cree que la finca alcanzaba las 2.500 hectáreas. Los datos que se manejan es que este palomar pudo albergar a 15.000 palomas al mes , que ofrecían una importante cantidad de estiércol, considerado el mejor abono orgánico hasta el punto que era necesario rebajarlo con agua o con los excrementos de otros animales, alcanzando unas cifras de entre 10 y 15 toneladas al año. También en sus inicios la carne de paloma estaba considerada como un signo de distinción socia l, a la vez que también era posible que se destinara a las salidas comerciales, para dar de comer a las tripulaciones de los barcos.

Llegó a albergar 15.000 palomas al mes

Antes de acoger el palomar se convertía en la corraliza de «La Porquera»un lugar donde dormitaban los jabalíes y que estaba considerado como espacio seguro para los ataques de los piratas que llegaban a la costa. Por el entorno, a partir del siglo XV, se construyeron torres vigías , con correspondencia visual entre ellas, para alertar del ataque de la piratería . El sistema de aviso consistía en el fuego de noche y el humo por la mañana, lanzando tantas flechas luminosas como barcos se acercaban a la costa. Desde el cerro de La Porquera se divisaban todas las torres desde Tarifa hasta Cádiz , siendo el único punto geográfico con esa capacidad y convirtiéndose en el punto más estratégico del reino.

Mientras tanto, el uso de la paloma como correo es milenario, puesto que tan sólo tardaban un día en cubrir el vuelo Cádiz-Madrid . Con este método se alertaba al monarca de la llegada de la flota proveniente de la zona de las Indias y se evitaba cualquier ataque de los piratas.

Después de la liberación del mercado con América , a través de una cédula real, el palomar pasa a manos privadas. En concreto a Ventura de Osio y Salazar . Durante varios años fue ampliando la finca y la Hacienda de la Porquera también llamada Virgen del Pilar. Ventura, por entonces, cuenta con la exclusividad de la exportación de la miel a América , siendo la zona reconocida por su producción. La hacienda en esos momentos, además del palomar, contaba con oratorio, bodegas, almacenes y colmenas, estando rodeado de huertas, olivares, moreras y viñas. Como no tuvo herederos dejó La Porquera a una comunidad religiosa , pero a los ocho años la casa estaba en ruinas y arzobispo de Cádiz decidió vendérsela a la familia Fagoaga , relacionada con la economía minera

Es un plan para todas las edades

Mientras tanto, cuenta la leyenda, que un vizcaíno embarcó en Cádiz junto a su hijo de viaje hacia  América, sufrió un naufragio a la altura de Trafalgar y aunque el padre se pudo salvar,  el hijo fallecía en el siniestro . Desolado por la pérdida  y la incomprensión de lo ocurrido, fue incapaz de alejarse de la zona donde ocurrió el desastre. De ahí que instale en «La Porquera», hoy el Palomar de la Breña para reflexionar sobre la muerte y a la espera de alguna respuesta al trágico accidente.

Historias que ilustran el pasado de unas instalaciones que en estos momentos están llenas de vida gracias a la inversión privada de aquellos que supieron convertir el Palomar en una referencia turística de la provincia de Cádiz , muy cercano a playas tan hermosas como Yerbabuena, en Barbate, o Los Castillejos en Los Caños. Un lugar para desconectar , montar a caballo, practicar senderismo o bicicleta de montaña y degustar la gastronomía de la zona con el atún como bandera y con puntos de referencia en San Ambrosio como la Venta Luis. Toda una oportunidad para disfrutar de este verano donde lo que menos apetece es encontrarse con gente.

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