Nutrición infantil

«La comida jamás debe usarse como premio o como castigo»

Ni prohibir, ni negar, ni forzar, ni obligar son las claves para los padres respecto a la alimentación de sus hijos que ofrece una nutricionista infantil

Estefanía, en su consulta de nutrición infantil. Francis Jiménez

Verónica Sánchez

Las enfermedades vienen del exceso de alimentos, asegura Estefanía Benítez, nutricionista pediátrica y experta en alimentación infantil , que alerta sobre los peligros del «comer emocional».

En general, ¿qué tal es la alimentación de los niños gaditanos?

Pues no es buena, teniendo en cuenta que Andalucía es una de las comunidades con mayor porcentaje de niños con sobrepeso y obesidad, algo que no es explicable teniendo en cuenta la gran cantidad de horas de luz que tenemos y que harían posible que los niños realizasen actividades en el exterior. El problema es el autoconcepto que los padres tienen sobre la alimentación de sus hijos. Creen que comen bien. Nueve de cada diez padres de niños con sobrepeso no es consciente de que su hijo tiene un problema. Falta conciencia, nadie se da por aludido. Las estadísticas dicen que el 97% de los niños come más proteínas de las que debería, y el 80% más azúcar y grasas. Nos estamos dirigiendo a una audiencia que no se da por aludida.

¿Cuáles son los motivos más habituales por los que la gente acude a su consulta?

Porque el pediatra en los controles de ‘niño sano’ les viene llamando la atención por el peso del niño. O también porque el pequeño sufre acoso en el colegio.

Existe un comer emocional muy grande en la población. Y no hay conciencia sobre eso. Veo muchos padres, incluso bastante formados, que utilizan la comida como premio o como castigo. Y eso jamás debe hacerse. Ni prohibir, ni negar, ni forzar, ni obligar.

En España los abuelos han vivido una posguerra y muchos han pasado hambre. Por eso tenemos la mentalidad de que la comida no se tira. Antes, cuando había falta de alimentos, se producían las enfermedades, pero la sociedad hoy en día no concibe que las enfermedades vienen, precisamente, del exceso de alimentos .

A mis hijos no les doy golosinas, ni galletas, ni les llevo a restaurantes de comida rápida. Una vez una paciente me preguntó si no me sentiré mal en el futuro si mis hijos me echan eso en cara y creo que, al contrario, será esta generación que está siendo mal alimentada por sus padres la que en el futuro se lo echará en cara .

Los alimentos especialmente indicados para los niños y bebés, ¿son realmente adecuados para ellos?

En absoluto. Estos alimentos surgen porque los niños tienen un paladar más agudizado que los adultos, son más sensibles a los cambios de sabores. Un adulto puede comer dulce a diario y gustarle la verdura, no se le altera tanto el paladar. En un niño es totalmente incompatible que coma chucherías, comida rápida y verduras. Porque si le das alimentos azucarados, la lechuga no le sabe a nada. La industria alimentaria lo sabe y endulza de más los alimentos para niños y bebés.

Tuve un caso de un niño de cuatro años que había estado tanto tiempo comiendo purés y a otras horas de las que comían sus padres que perdió la capacidad natural de imitación y sobrentendía que tenía que comer otra cosa diferente a los adultos . Si a un niño lo acostumbras a comer papillas, potitos, biberones, cuando pretendas que coma lo mismo que tú, no va a querer.

¿Somos conscientes de la cantidad de azúcares que comen nuestros hijos y de las consecuencias de ello?

Para nada. Un padre le da leche con ‘colacao’, yogures, cereales y galletas que no tengan chocolate a su hijo y mientras el niño está consumiendo el doble del azúcar que debería, el padre piensa que no consume nada de azúcar . Además, se ha perdido la percepción de la frecuencia. Denominamos ‘consumo puntual’ a una vez cada 15 días. Si le das a tu hijo un vaso de refresco al día como ‘consumo puntual’ le estás dando 15 veces más de lo recomendado.

En los colegios y escuelas infantiles, ¿se educa e inculca a los niños el comer sano?

En muchas ocasiones no. Lo vemos cuando en determinadas festividades o en los cumpleaños se da a los niños chucherías o dulces. Aunque es cierto que está habiendo un cambio, pero no lo están llevando a cabo profesionales de la nutrición porque son los propios maestros los que se ocupan de ello sin ser su competencia .

Usted asegura que la obesidad es una enfermedad crónica y multifactorial.

Es una enfermedad crónica endocrina. No es simplemente un aumento de peso, sino que es un incremento de grasa corporal. Ésta emite adipoquinas, que son inflamatorias. Y, por lo tanto, la obesidad tiene todos los efectos de la inflamación en el cuerpo y uno de ellos es el cáncer, que es una enfermedad inflamatoria . Las personas con obesidad tienen más riesgo de padecer cáncer. Además, en torno al 95% de los niños obesos con 12 años, lo será de adulto. Porque llega un momento en que la obesidad es irreversible.

Y multifactorial porque además de influir en ella los factores socieconómicos también son muy importantes los 1.000 primeros días de vida. Nosotros tenemos unos genes que no se pueden cambiar, pero lo que sí podemos hacer es, a través de la alimentación en los bebés y niños, evitar que se expresen o no. Por ejemplo, si uno de los padres es diabético pero la alimentación del niño es buena, tendrá ese gen bajo llave evitando que se exprese, pero si come azúcares, abrirá la puerta a la diabetes. De ahí que la alimentación en los primeros 1.000 días de vida sea fundamental . Y los beneficios de la lactancia materna, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda mantener los dos primeros años de vida.

También es muy importante lo que come la madre durante el embarazo, porque si lleva una mala alimentación promoverá que se expresen los genes de la obesidad en el nño, ya que a través de lo que ingiere, la madre manda información al bebé del exterior para que se adapte . Cuando los genes se expresan, ya no hay nada que hacer.

¿Hay 'gordofobia' en la sociedad?

La hay. Es el rechazo social hacia las personas que tienen problemas de peso. Por ejemplo, en los colegios, cuando se forman equipos a la hora de hacer deporte, los niños con sobrepeso se quedan detrás. Eso hace que estos niños construyan su personalidad en un ambiente de aislamiento. Pero el acoso empieza en la propia casa, cuando los niños ven a sus padres haciendo dietas milagro o hablando de su cuerpo sin aceptarse . Con ese ejemplo somos nosotros los que les estamos diciendo a los niños que son rechazados.

¿La pandemia ha influido en la alimentación?

Cuando ha pasado todo me he dado cuenta de que a raíz de la pandemia hay más concienciación. El covid afecta más a las personas con sobrepeso y se ha visto la importancia de la vitamina D, de hacer deporte, de llevar una buena alimentación. El virus ha demostrado que las personas que comen bien tienen más defensas .

¿Cómo educar a nuestros hijos en hábitos saludables?

Lo más importante es la formación de los padres. Muchas veces se fian de lo que leen en internet (donde escribe cualquiera), de lo que le dice su pediatra (que a veces está desactualizado), de los abuelos o de la vecina. Por eso, la gente se malinforma y yo siempre recomiendo acudir a un profesional de la nutrición .

¿Podría ponernos ejemplos de platos equilibrados?

Las comidas deben basarse en el 'plato de Harvard', que es el plato saludable . La ingesta debe ser: la mitad del plato frutas y verduras, una cuarta parte proteína animal o vegetal y otra cuarta parte hidratos de carbono, preferiblemente integrales.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios