TRIBUNALES

Una nota dejada entre unos fardos, clave para cazar a un policía y un guardia civil corruptos

El escrito, en el que se habían apuntado los turnos de uno de los agentes compinchados, se halló junto a una incautación de hachís que dio origen a la investigación

Uno de los ferrys que llegan desde Tánger LA VOZ

M. ALMAGRO

Ocurrió el Día del Pilar de hace ahora cinco años. Agentes de la Guardia Civil interceptaban dos Toyota Land Cruiser en una zona forestal que da acceso a la A7, en el término de San Roque. Los conductores y sus ocupantes se daban a la fuga aunque dentro de los coches dejaban 57 fardos de hachís. Lo que, en principio, parecía una operación contra el tráfico de drogas habitual, daría para mucho más: desenmascarar a dos agentes , un guardia civil y un policía, que colaboraban con los narcos para que pudieran pasar los controles del puerto de Algeciras.

Tal y como se conoció la semana pasada , la Sección de Algeciras de la Audiencia Provincial de Cádiz, presidida por el magistrado Manuel Gutiérrez Luna, condenaba a Javier M. Á., guardia civil, y a Rafael J. M., policía nacional, que prestaban servicio en el puerto algecireño a la pena de tres años y nueve meses de prisión por un delito contra la salud pública, y al pago de una multa de 750.000 euros. Además de ellos, eran sentenciadas otras cuatro personas que participaron en la entrada de más de 200 kilos de hachís por la dársena gaditana mediante dobles fondos practicados en los coches.

Los implicados han sido condenados a tres años y nueve meses de prisión por narcotráfico

Pero, ¿cómo comenzó esta investigación? ¿Cómo se les pudo implicar en el caso? Todo arrancó cuando en la incautación de aquel 12 de octubre los agentes encontraron una nota manuscrita con una nomenclatura utilizada para configurar los turnos de trabajo de los agentes de la Guardia Civil. El análisis de ese documento y el estudio de las pesquisas de años anteriores sobre narcos, hizo que los investigadores llegaran a la conclusión de que algunas de estas redes estaban contando con la colaboración de ciertos agentes.

Las sospechas recayeron sobre Javier. M. Á., un funcionario que estaba destinado en la aduana de Algeciras y cuyos turnos coincidían con los que se habían señalado en el papel. Además se tenía indicios de que había tenido contactos con personas con antecedentes por narcotráfico. Así, tras solicitarlo, el juez autorizó que se le pinchara el teléfono.

«Que te prepares el lunes para jugar el fútbol. Estamos de noche», avisaron en clave a uno de los traficantes

Pinchazos

La investigación dio así un nuevo paso. La audición de las conversaciones, en lenguaje clave, confirmó en parte las sospecha. «Que te prepares para el lunes para jugar al fútbol. El lunes estamos de noche». Así dieron con el otro funcionario implicado, Rafael J. M., policía destacado también en el puerto de Algeciras. A través del seguimiento de estas mismas conversaciones, los investigadores averiguaron el día en el que se intentaría pasar la droga: El 2 de diciembre de 2010. Todo estaba listo. «¿Si o qué?. Sí, sí... En el último... Vale, vale. Ahora nos vemos».

Así, cerca de la una de la mañana, agentes de incógnito vieron como de un buque procedente de Tánger descendían varios vehículos. A partir de entonces, los dos agentes se encargaron de que los traficantes pudieran pasar por los controles sin problema. De esta manera, ambos llegaron a retener en el filtro de Policía a uno de los vehículos que iba cargado de hachís hasta que se retirara otro agente con perro del otro control. Finalmente, todos los implicados, los traficantes y los dos funcionarios, fueron detenidos. Tras el juicio, se les ha condenado por este último episodio aunque no se descarta que ésta fuera la primera y única vez.

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