TRIBUNALES
«No he vendido cocaína en mi vida»
Los cuatro acusados por traficar supuestamente con droga en una urbanización de El Puerto niegan ante el tribunal que se dedicaran a ello
Los cuatro acusados por vender importantes cantidades de cocaína en El Puerto han negado este lunes que traficaran con droga ante el tribunal en el juicio que se celebra contra ellos en la Audiencia Provincial de Cádiz. Estos procesados fueron detenidos por la Policía Nacional en el verano de 2018 tras una investigación realizada por el Grupo de Estupefacientes de la Comisaría de El Puerto por la que se concluyó que todos ellos formaban parte de una red que se dedicaba a trapichear con esta droga desde una urbanización de la localidad portuense. La Fiscalía solicita que sean condenados a penas que van desde los seis a los nueve años de cárcel .
Los acusados han declarado ante los magistrados de la Sección Tercera y todos ellos han negado los hechos que se les imputan. E incluso algunos han afirmado que no se conocían con anterioridad y que no tenían nada que ver entre ellos. En la denominada ' operación Caulina ' se realizaron registros en las viviendas de los encartados y se incautaron más de trece kilos de cocaína y unos 60.000 euros en metálico además de balanzas de precisión y otros útiles para la venta y distribución de estupefacientes.
Durante el interrogatorio dos de los procesados a preguntas de sus abogados han ratificado la declaración que ya hicieron tras su arresto y han afirmado que eran consumidores habituales de cocaína. Otro de ellos ha mantenido que la droga que la Policía halló en su casa no era suya y que le solía dejar la vivienda a uno de los procesados al que le unía un vínculo familiar por aquel entonces. «Yo nunca he vendido droga», ha insistido ante preguntas del fiscal. Sin embargo en la declaración judicial anterior, ratificada hoy, el que era su cuñado lo señaló como el «suministrador». En su casa se encontraron también herramientas para el pesaje de las sustancias y dos cajas de seguridad donde se escondía la droga. «No eran mías», ha reiterado.
También ha ofrecido su versión el acusado al que los investigadores señalan como el 'cabecilla' . Este procesado ha manifestado que su relación con la persona que supuestamente vendía la droga en el bar de la urbanización se debía a un tema de negocios ya que quería comprarle el mobiliario del establecimiento porque tenía previsto cerrar. Y que sus ingresos venían tanto de sus diferentes negocios como de la cría y exportación de gallos de pelea a la que lleva años dedicándose de forma federada.
En los dos domiclios que constan en el registro como propiedad de este último encartado los agentes hallaron trece kilos de cocaína, y una importante suma de dinero en metálico. Al respecto, el acusado ha aclarado que el domicilio de Jerez que fue registrado y donde se encontró tal cantidad de droga es una vivienda familiar que su padre puso a su nombre pero que no es su residencia. De hecho ha insistido que no guarda relación con su progenitor desde hace años porque no les gusta que se dedique «a lo que se dedica», en referencia a un supuesto tráfico de drogas por lo que su padre ya tiene antecedentes. «Por supuesto esa droga no era mía». Ni tampoco el dinero (40.000 euros) y las joyas que allí se hallaron. «Ninguna tiene una inscripción a mi nombre», ha afirmado.
Por su parte los policías que llevaron la investigación se han ratificado ante el tribunal de las pesquisas realizadas. Según han declarado tuvieron información de que en la urbanización Vallealto de El Puerto se estaba traficando con droga. Iniciaron entonces las vigilancias y pudieron interceptar a varios compradores que salían del bar que estaba regentado por uno de los acusados. De ahí fueron tirando del hilo e identificando al resto de procesados a los que detuvieron en el verano de 2018 tras tener los indicios suficientes para ello.
Los agentes han asegurado que los investigados sí guardaban relación entre ellos y que se proveían de la droga en la Costa del Sol, donde realizaron un viaje para tal fin. Según han explicado se cuidaban en usar lenguaje clave para no ser interceptados y mantenían algunos de los contactos personales en reñideros de peleas de gallos a las que todos eran aficionados.
El juicio continuará esta semana con la declaración del resto de testigos que están citados en esta causa.
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