Antonio Noria: Presidente del comité de Navantia-Puerto Real
«No podemos construir barcos de alta gama a precios de Corea»
El representante de la plantilla de Puerto Real insiste en que el silencio de Navantia sobre el desvío de carga «deja en mal lugar al astillero gaditano»
El desvío de carga de trabajo a Ferrol de los petroleros que se construyen en Puerto Real ha resucitado el viejo fantasma de la rivalidad entre los astilleros del norte con los del sur. Se trata de un falso mito que reaparece con especial virulencia cada vez que toca repartir faena entre las factorías de Navantia. El presidente del comité de empresa de la planta gaditana, Antonio Noria, (CC OO), rechaza de plano el enfrentamiento y se pregunta si verdaderamente la dirección de la compañía actúa con equidad y transparencia a la hora de distribuir el trabajo. Navantia alega razones de operatividad en el traslado a Ferrol de uno de los bloques más importantes del segundo petrolero.
La decisión, que obedece a un criterio de estrategia empresarial, no convence a la plantilla gaditana y, sobre todo, ha llenado de incertidumbre a las empresas auxiliares de la Bahía que subcontratan estos trabajos. ¿Por qué se desvía una carga que no estaba contemplada en el acuerdo inicial? La plantilla puertorrealeña quiere que la dirección de Navantia explique y aclare los motivos de este cambio de criterio. De momento, los trabajadores mantienen el boicot al traslado de material de Puerto Real a Ferrol. Antonio Noria lleva al frente del comité desde junio de 2015 y no es partidario de movilizaciones radicales. Al contrario. Aguarda una respuesta de Navantia que sirva para despejar cualquier tipo de dudas sobre la efectividad y la cualificación de los trabajadores de Cádiz, así como de su industria auxiliar.
–¿Cómo hemos llegado a esta situación?
- Muy sencillo. Partimos de la base de que el contrato de los petroleros se firmó con Corea y Navantia quiere hacer barcos civiles en España a precios de Corea. Está en juego la calidad del trabajo de la Bahía de Cádiz. Este primer inconveniente ha llevado a una larga negociación con las empresas auxiliares para poder subcontratar la obra del primer buque. Los precios de licitación eran tan bajos que no resultaban rentables para la industria auxiliar. Además solo se había ofertado la subcontratación de la obra de un buque, lo que ha dificultado aún más la negociación. ¿Por qué Navantia no ha licitado de golpe los cuatro petroleros? Esta fórmula habría permitido a las subcontratas pujar con más fuerza y cubrir sus expectativas de negocio. El tira y afloja ha durado un año que, finalmente, se ha traducido en un retraso en el plan de obra.
- ¿Esperaba usted este desenlace?
- Sinceramente, no.
- Existe un informe oficial que expresa serias dudas sobre la rentabilidad de este contrato, precisamente, por lo que comenta. ¿Lo conoce?
- Sí. Sabemos que la unión con el astillero coreano de Daewoo traería problemas, sobre todo, por los precios. La obra de los petroleros fue más una decisión política que empresarial. Es algo que ha ocurrido siempre con la construcción civil.
-¿Qué solución hay para ser competitivos por nuestros propios medios?
-Eso depende de los trabajos que elija Navantia y de los precios. No puedes comprar un 850 a bajo precio para que funcione como un Mercedes. El trabajo que ofrecen nuestros astilleros es de alta calidad. Conlleva muchas horas de tecnología y producción que, seguramente, no están incluidas en los contratos civiles a los que aspira ahora Navantia. En Europa se construyen barcos a precios muy competitivos y de alta calidad. Navantia, por el contrario, ha optado por acudir a Corea y embarcarse en una obra con un prototipo que ni siquiera es nuestro. El mejor ejemplo de eficiencia y competitividad lo encontramos en la década de los noventa con los gaseros que construyó Navantia. La ingeniería de esos barcos era nuestra.
-¿Qué ha pasado con las subcontratas?
-Pues que Navantia ha licitado la obra para un solo buque en lugar de ofertar paquetes para los cuatro. A la industria auxiliar no le salen los números con una subcontratación a trozos.
-¿España podía haber ejecutado esta obra sin el apoyo de Corea?
-Por supuesto, pero a otro precio. El armador Ondimar, que gestiona el proyecto para el grupo vasco Ibaizábal, ya había contactado con Corea, pero quería que la obra se ejecutara en España, en Puerto Real. Esta decisión era muy importante para nosotros, ya que volvíamos a la construcción civil después de veinte años de ausencia. Teníamos que romper esa barrera. En estos momentos hay 1.050 trabajadores de la industria auxiliar en el astillero. Los petroleros nos abren una puerta muy importante para nuevos contratos civiles.
-¿Qué imagen estamos dando al exterior con esta polémica?
-Solo queremos que Navantia explique los verdaderos motivos que la han llevado a trasladar a Ferrol una carga de trabajo que no estaba contemplada en el acuerdo inicial. En absoluto queremos una guerra con los astilleros del norte. Estamos de acuerdo con el reparto de carga de trabajo para cubrir la inactividad de otras factorías. Es lógico.
-¿Dónde está el problema entonces?
- Navantia no ha explicado bien las verdaderas razones de su medida y da a entender con su silencio que el astillero de Puerto Real no sabe hacer barcos. Eso no lo vamos a permitir. Algunos tienen interés en plantear una guerra norte-sur y es rotundamente falso. La dirección de la empresa no ha dado ninguna explicación al respecto. No sabemos qué pasará con el resto de la obra ni tampoco cuál es el futuro de la subcontratación.
-¿Cuál es el reparto?
-El contrato de obra recoge muy claramente qué bloques tiene que hacer cada astillero. De la noche a la mañana se han llevado de Puerto Real a Ferrol unos bloques que no estaban contemplados para el astillero gallego. El acuerdo establece que Ferrol ejecuta solo las proas y la sección de guardacalor de los petroleros y, sin embargo, ahora se ha incluido de manera adicional el bloque de máquinas del segundo petrolero, una de las secciones más importantes y que más mano de obra necesita.
-¿Cómo calificaría la gestión de Navantia?
-Muy blanda, pero tengo que distinguir entre la dirección de Puerto Real y la dirección de Navantia como empresa. A la primera le falta fuerza, mientras que a la segunda es la que manda en todos los centros. Madrid marca la política en todas las factorías.
-¿Tiene relación con los trabajadores gallegos?
-Sí. A diario hablo con el presidente del comité de empresa de Ferrol. Desconocían el traslado de los bloques y se oponen a cualquier tipo de guerra. El astillero de Ferrol entra ahora en una etapa de subactividad hasta el verano, fecha en la que arrancará con la obra de los dos barcos militares para la Marina de Australia.
-¿Estamos ante una situación similar a lo ocurrido en 2014 cuando Ferrol envió trabajo a Puerto Real?
-Sí, pero con la diferencia de que la dirección de Navantia explicó los motivos y argumentó que se cubría con ello de forma temporal la inactividad de la planta de Puerto Real. Lo que hizo la empresa fue repartir miserias y favorecer el enfrentamiento. Las condiciones de la Bahía de Cádiz y de la Ría de Ferrol son idénticas, es decir, el paro en el sector industrial es un denominador común, por ello la unidad de los astilleros es clave. El presidente Revuelta encabeza una política de enfrentamiento y no tiene ni idea del sector naval de nuestro país.
-¿Mantienen el boicot a la salida de material a Ferrol?
- Sí. Hemos frenado el tercer envío de acero. Le pedimos a la empresa que abra la mesa de negociación.
-¿Negociar qué?
-Entendemos muy difícil que la empresa rectifique, pero queremos que explique quién es el verdadero responsable de las doce semanas de retraso que acumula la obra del primer petrolero. Además, debe concretar precios y política de subcontratación y, sobre todo, definir qué bloques se harán en Cádiz y que bloques se construirán en Ferrol. La dirección de la empresa ha generado incertidumbre.
-¿Por qué no se ha subcontratado el resto de barcos?
-No lo sabemos.
-¿Nos pasará factura esta polémica?
- Espero que no. El ritmo de trabajo en Puerto Real no ha bajado. El desvío de la carga de trabajo a Ferrol no ha afectado lo más mínimo a la producción. Que nadie piense que hemos paralizado la obra.
-El mes que viene se cumplen tres años del anuncio del quinto gasero. ¿Qué fue de este ambicioso proyecto?
-Hay mucha gente trabajando en ese proyecto. Su contratación dependerá del éxito de los petroleros.
-¿Qué opinión le merece el gran astillero del norte?
-Desde luego el presidente de la patronal gaditana no suele decir tonterías y está bien informado. Se trata de una reivindicación de Galicia y está contemplado en el proyecto ‘Astillero 4.0’ la construcción de un dique seco cubierto.
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