INDUSTRIA
Navantia recortó pérdidas en 2019 aunque sumó 173,7 millones de déficit
El BOE publica el balance contable de las empresas públicas españolas del pasado año, donde los astilleros y el Grupo Hunosa siguen en números rojos
Los astilleros públicos españoles siguen en pérdidas, pero empiezan a reducir su déficit . Navantia perdió el pasado ejercicio un total de 173,7 millones de euros frente a los 224 millones de 2018 o los 296 millones, cifra récord, de 2017. La culminación el año pasado del último de los cuatro petroleros de la serie Suezmax, para el grupo vasco Ibaizábal, y el inicio de la obra de las cinco corbetas saudíes en el astillero de San Fernando, entre otros acuerdos, han servido a la empresa pública para pegar un tijeretazo a su volumen de pérdidas . No obstante, el panorama que se presenta para 2020 no es nada alentador para la constructora naval, debido al impacto del coronavirus y a la ausencia de contratos que garanticen carga de trabajo en la Bahía de Cádiz, más allá de 2022. La carta que tiene Navantia a su favor para seguir a flote se encuentra en el contrato de las fragatas F-110 para la Armada Española y en los contratos offshore que puedan firmarse en lo que queda de año.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publica hoy el balance de cuentas de las empresas públicas que integran la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) , organismo que depende del Ministerio de Hacienda.
El holding público registró en 2019 en su conjunto pérdidas por valor de 237,4 millones de euros, un 4 % más que las del ejercicio anterior, aunque la cifra de negocios creció un 10,8 % hasta los 5.009 millones de euros. Así, Navantia, el Grupo Hunosa y, en menor parte, la participación del Estado español en Airbus, siguen lastrando los resultados de la SEPI .
Según las cuentas anuales consolidadas que publica este lunes el Boletín Oficial del Estado (BOE), las inversiones en las empresas del grupo se redujeron un 4,5 % hasta 1.671,2 millones de euros, de los cuales 1.667,8 corresponden a participaciones puestas en equivalencia y asociadas. El patrimonio neto cayó el 12,9 % hasta 2.957,6 millones, en tanto que los pasivos también se contrajeron hasta 5.817,6 millones, frente a los 5.868,1 del año anterior. El resultado de explotación mostró pérdidas de 360,7 millones de euros, un 21,36 % más contenidas que un año antes.
Balance negativo
Respecto a la contribución al resultado consolidado de las diferentes sociedades incluidas en su perímetro, destacan las pérdidas de la propia SEPI (105,2 millones, frente a la ganancia de 204,15 millones de 2018), N avantia (-173,76 millones, casi la mitad que un año antes) , el Grupo Hunosa (-70,74 millones, un 53,7 % menos que en 2018) y Airbus (cuyas pérdidas por puesta en equivalencia fueron de -56,3 millones, frente a unas ganancias de 127,3 millones de un año antes).
La mayor aportación fue la de las cuentas del Grupo Red Eléctrica Corporación (consolidadas por puesta en equivalencia), que aportó un beneficio de 144,15 millones, un 2 % más que en 2018, seguida por el Grupo Indra (10,37 millones, un 2,8 % más que un año antes). En conjunto, el grupo SEPI registró un aumento de las ventas del 12,2 %, hasta 2.475,7 millones de euros, mientras que por prestación de servicios ingresó un 9,45 % más, hasta 2.533,4 millones.
Los beneficios de Indra y Red Eléctrica salvan los muebles a la SEPI y evitan que las pérdidas sean mayores
Por actividades, el servicio postal aportó una cifra de negocio de 2.266,2 millones; la construcción naval, 1.238,7 millones ; la agraria, forestal y desarrollo rural, 871,8 millones; la nuclear, 395,2 millones; la distribución de información, 87,75 millones, y la minería, 30,6 millones, entre otras.
Cabe recordar que los astilleros públicos arrojaron en 2018 un agujero de 224,9 millones de euros. Este dato aportado, después de impuestos, ya reflejaba entonces un ligero recorte de las pérdidas en Navantia con respecto a 2017, que fueron de 296,4 millones de euros.
Las expectativas de la compañía tras la firma en diciembre de 2018 de su plan estratégico se han visto duramente trastocadas por la irrupción de la pandemia . En junio de 2018 Navantia firmó el contrato de las cinco corbetas saudíes, que ya se fabrican en el astillero de San Fernando, además se dio el visto bueno a la nuevas fragatas F-110 de la Armada Española y el impulso al proyecto del submarino S-80. Igualmente, sigue la construcción por transferencia tecnológica de un buque anfibio para Turquía, similar al 'Juan Carlos I', amén de los dos buques logísticos que construye en Ferrol para la Marina de Australia. A ello hay que sumar los proyectos eólicos que se reparten los astilleros de Fene y Puerto Real.
Sin embargo, este cronograma se ha visto alterado . El último contrato que ha firmado Navantia fue con Iberdrola el pasado junio para la construcción en Ferrol de 62 jackets para el complejo eólico marino que la eléctrica española, a través de un consorcio francés, promueve en aguas de la bretaña francesa, en Saint Brieuc. La inversión asciende a 380 millones de euros. En cuanto a construcción naval, los astilleros públicos dependen de las ofertas internacionales presentadas a Arabia Saudí, India, Marruecos y Reino Unido.
Diez años en números rojos
Las pérdidas de los astilleros públicos han ido a más en la última década. Navantia perdió 78, millones de euros en 2012 y recortó hasta los 57,7 millones en 2013 y los 29 millones en 2014, sin embargo, los efectos de la crisis y la inactividad le pasaron factura en 2015 con un déficit de 160 millones de euros, que se disparó en el ejercicio de 2016 con 303 millones de euros en pérdidas. Posteriormente, sumó pérdidas por valor de 296 millones en 2017 y de 224 millones en 2018 hasta situarse ahora en 173 millones. Esta es la trayectoria de una empresa que tenía sus esperanzas puestas en su plan estratégico. Navantia firmó con sus representantes sindicales el 21 de diciembre de 2018 la aplicación de un plan industrial que supone la prejubilación escalonada de 2.200 trabajadores, de los que 645 corresponden a la Bahía de Cádiz, 900 a las plantas gallegas y el resto a la factoría de Cartagena y oficinas. Este plan implica a su vez la contratación de 1.658 nuevos empleados hasta el 2022.
Este plan, iniciado y desarrollado por el Gobierno de Rajoy, recogía una cartera de pedidos por valor de 11.000 millones de euros , casi la mitad de los cuales están ya comprometidos gracias a los 2.000 millones del contrato de las cinco corbetas para la Armada saudí que se fabrican en el astillero de San Fernando y los más de 4.000 millones de las F-110 que se ejecutarán en Ferrol. Sin embargo, el coronavirus ha paralizado las inversiones previstas en la construcción del séptimo BAM de apoyo a submarinos, para la Armada española, y de dos ferrys para el transporte de tropas, destinado a la logística del Ejército de Tierra. La situación de Navantia, como empresa pública, sigue siendo uno de los garbanzos negros de la SEPI
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