INDUSTRIA NAVAL
Navantia no logra seducir a la industria auxiliar con la obra de los petroleros
El bajo precio de las licitaciones impide que se subcontraten algunas secciones y pone en riesgo el plazo de entrega de los cuatro barcos
El tiempo se echa encima y Navantia no logra subcontratar los paquetes más importantes de la obra de los cuatro petroleros que se construyen en la planta de Puerto Real. El bajo precio de salida y el escaso margen de beneficio que dejan los contratos ahuyentan a la industria auxiliar, encargada de pujar por ellos. Fuentes de la patronal han confirmado a LAVOZ que la negociación sigue adelante con muchas dificultades, «pero resulta muy complicado llegar a un acuerdos con precios tan bajos». El comité de empresa del astillero de Puerto Real ya ha lanzado un mensaje ante las medidas de emergencia que pudiera tomar Navantia si, finalmente, no logra adjudicar las secciones más relevantes de la obra entre las empresas gaditanas.
El presidente del comité, Antonio Noria, ha adelantado que no se permitirá el acceso al astillero de trabajadores que no estén regulados por el convenio del Metal de la provincia . De esta forma, los representantes de la plantilla de la factoría han querido llamar la atención ante la posibilidad de que Navantia subcontrate fuera de Cádiz algunas de las secciones de los petroleros y reciba mano de obra más barata.
Esta posibilidad ha cobrado fuerza en las últimas semanas ante las complicaciones de la negociación y, sobre todo, ante un hipotético incumplimiento en los plazos de entrega de los buques. La obra corre prisa. El acuerdo alcanzado el año pasado entre Navantia y su cliente, el grupo vasco Ibaizábal, recoge, entre otras cuestiones, que el plazo marcado para la construcción de los cuatro petroleros es de 24 meses. La cuenta atrás se inició, precisamente, el asado 25 de abril cuando se procedió en el astillero de Puerto Real al corte de chapa de los primeros bloques de acero. Los talleres de cabecera de la planta continúan con este trabajo y se espera ya con impaciencia la subcontratación de nuevos tramos de la obra.
Por el momento sólo se ha adjudicado uno de los encargos que se van a subcontratar, en concreto el de fabricación de previas tipo T por un valor de 8,57 millones de euros. Con él se ha hecho la empresa Montajes Cambel Europa, SA con sede en Puerto Real tras firmar el acuerdo rubricado el pasado 7 de abril, según recoge el expediente que Navantia ha publicado en su plataforma de contrataciones.
También ha salido ha licitación otro paquete de obra bajo el nombre de ‘Trabajos de fabricación de acero buques Suezmax’ e incluye varias modalidades como bloques planos, curvos, curvos para zona de proa y zona de popa, formación de macros en premontaje y uniones en dique para máquinas y tanques. El montante total asciende a 49,8 millones de euros (IVA incluido), pero Navantia no ha encontrado ninguna empresa que haya presentado una «oferta adecuada», con lo que el pasado 28 de abril decidió desistir de este proceso, como consta en el expediente de resolución.
La patronal del sector del metal no tira la toalla y confía en que se llegue a un acuerdo con la subcontratación que beneficie a todas las partes. No obstante, Navantia ya anunció a primeros de junio que no subiría el precio de las licitaciones como solicitaba la industria auxiliar, ya que esa medida entraría en colisión con el acuerdo firmado con su cliente, el grupo Ibaizábal, donde se recoge el precio de los barcos.
Este periódico adelantó el pasado junio que el astillero coreano de Daewoo, socio estratégico de Navantia en esta operación , fijó el precio de los barcos. El importe es justo la mitad del precio de mercado español. La Facultad de Náutica de Barcelona realizó un estudio sobre los costes que entraña la construcción de un petrolero, modelo Suezmax, similar a los barcos del proyecto que abandera Navantia para el grupo vasco Ibaizábal. El informe de los ingenieros catalanes concluye que el precio de un buque de estas características ronda los 114 millones de euros por unidad. Los cálculos apuntan a que solo la mano de obra se lleva una tajada de 41,7 millones, mientras que la aportación de materiales asciende a 14,7 millones. El informe económico subraya también que el montaje de algunos equipos se lleva 8,8 millones de euros, mientras que se reservan 6,5 millones para otros coeficientes donde se incluyen, entre otras cosas, los impuestos que genera la obra y la puesta en servicio del buque.
Esta cifra, aportada en el estudio de la Facultad de Náutica de Barcelona, es, según la información recabada por LAVOZ por parte de algunos empresarios de Cádiz, justo el doble de la ofrecida por el astillero coreano de Daewoo . No hay que olvidar, que Navantia se hizo con el contrato de los petroleros gracias a la alianza estratégica que firmó con el astillero asiático. La factoría coreana, que tiene la patente tecnológica de estos buques, es la que se ha encargado de fijar el precio, aportar los bienes d equipo y pilotar, en cierto modo, la obra. Navantia, por el contrario, pone sus diques y su mano de obra y obtiene como compensación la vuelta a la construcción civil de este tipo de buques tras veinte años de ausencia.
La construcción de cada barco supone, según las cuentas de Navantia y Daewoo, unas 725.000 horas de trabajo por buque, algo que no convence en absoluto a los empresarios. Según esta cifra, la construcción de las cuatro unidades significaría tres millones de horas de trabajo en la Bahía. El plazo de ejecución de los cuatro barcos, con opción a un quinto, es de 24 meses y el primero de ellos, el ‘Monte Udala’, está previsto que se entregue al armador en diciembre de 2017. Todo apunta a que la obra generará en la Bahía de Cádiz unos 3.100 empleos directos.