INDUSTRIA
Navantia entra en un nuevo ciclo con la construcción de los petroleros
El astillero de Puerto Real acoge el acto de corte de chapa de los cuatro barcos, que aseguran carga de trabajo hasta finales de 2018
![El presidente de navantia, José Manuel Revuelta, conversa con los representantes del astillero de Daewoo](https://s3.abcstatics.com/media/provincia/2016/04/25/v/navantia-obra-petrolero--620x349.jpg)
Los astilleros de Cádiz inician una nueva etapa después de cinco años de sequía absoluta. La falta de contratos navales puso a Navantia al borde del abismo y condenó casi a la extinción a su industria auxiliar en la Bahía . La situación ha cambiado y la mejor prueba de ello se pudo advertir este lunes en el astillero de Puerto Real, donde arrancó de manera oficial la construcción de cuatro petroleros para el grupo vasco Ibaizábal . Este acto, que se inició con el tradicional corte de chapa, supone el pistoletazo de salida a tres años de intensa actividad pero, al mismo tiempo, significa el regreso de Navantia a la construcción civil de grandes tanqueros después de veinte años.
Cabe recordar, que los astilleros públicos abandonaron este trabajo a finales de los noventa en favor de la construcción militar y forzados también por las sanciones de la Unión Europea al considerar que hubo competencia desleal en sus trabajos como constructora naval civil. Finalmente, las aguas han vuelto a su cauce y el castigo europeo (Tax Lease) ya se ha levantado.
Navantia estrena un nuevo ciclo , marcado, por un lado, por la carga de trabajo y, por otro, por la transformación de la empresa hacia lo que se ha denominado el Astillero Tecnológico 4.0, es decir, un concepto de empresa estratégica que concentra las nuevas tecnologías, los últimos avances, la formación, el rejuvenecimiento de su plantilla y, sobre todo, la diversificación de su producto. Esto último es la clave del futuro de la compañía.
Los astilleros públicos han sabido adaptarse hasta encontrar su hueco . Así, Navantia ya no solo es constructora de barcos. También repara cruceros y desarrolla proyectos offshore. La jornada que vivieron ayer los astilleros gaditanos fue histórica al albergar en una planta, la de Puerto Real, el inicio de la obra de los cuatro petroleros, mientras que en la de San Fernando se repasaban los preparativos para la puesta de quilla el viernes del BAM de la Armada Española. Por su parte, en la factoría de Cádiz se cuelga el cartel de completo en materia de reparación de cruceros. Además, la factoría de Puerto Real ultima la obra de la plataforma offshore que ha construido para Iberdrola y que enviará el mes que viene al Mar Báltico para su instalación en el parque eólico-marino Wikinger, promovido por la eléctrica española.
La compañía ha logrado diversificar su negocio y deja atrás cinco años de inactividad absoluta
El corte de chapa que tuvo lugar ayer en los talleres de cabecera de la planta puertorrealeña ha sido el final de un largo trabajo administrativo que comenzó a mediados de 2014, cuando el grupo vasco Ibaizábal, a través de su armador, Ondimar Transportes Marítimos, inició las conversaciones para ampliar su flota y encargar cuatro petroleros, con opción a dos más, para transportar crudo por el Canal de Suez. Su cliente es la compañía española Cepsa, que contratará los barcos mediante ‘leasing’ para el transporte. Fue así como Ibaizábal se embarcó en un ambicioso proyecto que, desde el primer momento tenía nombre español en todas sus aristas. No se podían cometer más errores después del fiasco con Gas Natural en 2013, cuyos armadores encargaron a los astilleros asiáticos la construcción de cuatro gaseros.
Navantia entonces entró en la lista de los candidatos preferentes para hacerse con el contrato de Ibaizábal. Fue el 9 de marzo de 2014 cuando se firmó la carta de intenciones entre Navantia y el armador y el 16 de mayo del mismo año cuando se rubricó el preacuerdo.
Sin embargo, Navantia no estaba sola en este contrato. Los veinte años de inactividad civil en la construcción de gaseros y petroleros habían dejado a los astilleros españoles sin capacidad para abordar un proyecto así . Es decir, la ingeniería siempre ha estado preparada para estos retos, pero las patentes estaban en otros lugares: Asia. Fue entonces cuando suscribió un contrato estratégico con el astillero coreano de Daewoo, uno de los referentes mundiales en la construcción de este tipo de barcos. De esta forma, Corea ponía su tecnología y la materia prima, mientras que España, la mano de obra.Esta fórmula permite a Navantia iniciar el camino de regreso a la construcción civil.
El 30 de junio de 2015 se firmó el acuerdo de construcción y el 29 de julio la SEPI, la Sociedad Española de Participaciones Industriales a la que pertenece Navantia, dio el aprobado definitivo al proyecto. La última fecha que se encuentra en los anales del proyecto se anotó el 17 de diciembre de 2015 cuando la sociedad de clasificación Lloyd,s Registers certificó las seis quillas de los petroleros dando así cumplimiento a la normativa.
La ceremonia de este lunes en el astillero de Puerto Real estuvo cargada de simbolismo. Navantia inició la fabricación del primero de los petroleros Suezmax para el Grupo Ibaizábal. Este barco ha sido bautizado con el nombre de ‘Monte Udala’ y se entregará en diciembre de 2017. Los barcos se van a construir en gran medida en el astillero de Puerto Real y algunos bloques en Ferrol. Este contrato supone unos 3.100 empleos entre directos, indirectos e inducidos.
Los dos primeros barcos se incorporarán a la flota de Cepsa bajo la modalidad de ‘time charter’. La construcción de los barcos se enmarca dentro del acuerdo que Cepsa ha firmado con Ibaizábal para renovar su flota, incorporando las optimizaciones más avanzadas, tanto en eficiencia energética como de transporte de carga y seguridad. El segundo barco que saldrá del dique de PuertoReal lo hará en febrero de 2018 y se llamará ‘Monte Ulía’, mientras que el tercero, el ‘Monte Urquiola’, se entregará en agosto de 2018. El cuarto, el ‘Monte Urbasa’, se entregará en diciembre de 2018. El presidente de Navantia, José Manuel Revuelta, anunció ayer que la compañía cumplirá a rajatabla con los plazos marcados en el contrato y con la calidad. Este es el plan de trabajo que desveló ayer el director de Programas de Navantia, Francisco Domínguez, que avanzó también algunos datos técnicos de los barcos. Así, destacó que el peso muerto de los buques es de 156.000 toneladas, tienen una eslora de 274 metros y una manga de 48 metros. El acero que se empleará en su construcción supera las 20.000 toneladas.
Trabajo a contrarreloj
A la ceremonia de corte de chapa asistió el embajador de Corea en España, Park Hee-Kwon; el presidente del astillero de Daewoo DSEC, Man-Soo Kim; el presidente del Grupo Ibaizábal, Alejandro Aznar; el director de comunicación y relaciones institucionales de Cepsa, Íñigo Díaz de Espada; el presidente de Navantia, José Manuel Revuelta, y el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz.
A partir de ahora, con la continua recepción de materiales desde Corea, el ritmo de trabajo «aumentará considerablemente». La construcción de cada barco supondrá unas 725.000 horas de trabajo, es decir, que para los cuatro primeros el volumen de mano de obra será de unos tres millones de horas de trabajo para los astilleros de Navantia en la Bahía de Cádiz y en la Ría de Ferrol y las empresas auxiliares. La operación generará empleo directo, indirecto e inducido a más de 3.100 personas . De este número, más de 1.600 empleos son inducidos.
El delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, calificó de histórica la jornada que vivieron ayer los astilleros de la Bahía y de histórico también el futuro que se avecina con la llegada de nuevos contratos. En su opinión, se trata de un salto muy importante para la industria naval de la Bahía al garantizar más de 8,5 millones de horas de trabajo y picos de actividad que permitirán 15.000 trabajadores en el tajo.
Durante su intervención, el presidente de Navantia destacó que este es «un día muy importante para la compañía y la industria española, porque dos décadas después se vuelven a construir petroleros en nuestro país». De hecho, los últimos petroleros que construyó Navantia en la década de los noventa fueron el ‘Ocean Lion’, el ‘María Alejandra’ y el ‘Valencia’.
Revuelta añadió que «la situación de carga de trabajo de la compañía ha cambiado, y se está consolidando su proceso de transformación para ser una empresa de construcción naval competitiva y sostenible, eminentemente militar pero también civil, internacional y con capacidad de diversificación productiva». Los contratos suponen el regreso «con rentabilidad económica para la compañía» a la construcción de petroleros después de tanto tiempo sin fabricar este tipo de buques. Los contratos se han logrado al poder ofrecer un producto «muy competitivo», gracias a un acuerdo con DSEC, empresa de ingeniería de Daewoo.