Día Mundial del Cáncer

Una campaña para combatir el cáncer sin código postal ni tarjeta de crédito

La Asociación Española Contra el Cáncer presenta en Cádiz una nueva iniciativa contra la desigualdad frente a la enfermedad

N. Agrafojo

«Tu tarjeta de crédito afecta más que tu tarjeta sanitaria» o «Tu código postal afecta más que tu código genético». Éstos son varios de los eslóganes con los que la Asociación Española Contra el Cáncer ha lanzado una nueva campaña que tiene como objetivo prioritario acabar con las desigualdades que agrava la enfermedad en la población española.

Una campaña que se ha dado a conocer esta mañana en Cádiz, precisamente en el Día Mundial Contra el Cáncer, en un acto que ha contado con todos los responsables de la entidad en la provincia gaditana, así como con los ayuntamientos y diferentes administraciones públicas, instituciones y entidades sanitarias, así como otros sectores de la sociedad gaditana.

El presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer, E duardo González Mazo , ha dado a conocer un informe que pone en evidencia las desigualdades a las que cada año se enfrentan muchos de los enfermos de cáncer. En este sentido, ha puesto de relieve que estas dimensiones de la «inequidad» se pueden dividir en tres grandes apartados: el lugar en el que viva en enfermo, su nivel socioeconómico, así como el tipo de cáncer que padezca, ya que no en todos se dedican los mismos recursos a la investigación.

Unas conclusiones que se han extraído de un informe elaborado por la AECC, en el que se pone de relieve que el 42% de las comunidades autónomas no protege a la población del humo del tabaco; más del 90% no tiene atención psicológica especializada o es insuficiente y siete comunidades no han conseguido que toda su población de riesgo (50 a 69 años) tenga acceso a un programa de cribado colorrectal.

Además, según el informe, en España no se alcanza el ratio recomendado por la Asociación Europea de Cuidados Paliativo s, que establece que el número óptimo de recursos especializados de cuidados paliativos para una atención adecuada es de 2 por cada 100.000 habitantes, uno de atención en el domicilio y otro de atención hospitalaria. La media de España está en 0,6 por cada 100.000 habitantes, ligeramente por debajo de la media europea (0,8).

«Todos estamos en riesgo de padecer esta enfermedad, por lo que tenemos que conseguir que los pacientes tengan el mismo acceso a los cribados, independientemente de la comunidad autónoma a la que pertenezcan, el mismo acceso a la investigación y que no provoque pobreza», ha puesto de relieve el portavoz de la AECC.

«Yo vivía del cante»

Para poner de relieve las desigualdades a las que se enfrentan los pacientes en el día a día de la enfermedad, han tomado la palabra dos gaditanos, Francisca y Joaquín. Joaquín tiene 35 añ os y era cantaor flamenco hasta que en 2020 le diagnosticaron la enfermedad.

«Mi vida era levantarme, ensayar e irme por las noches a cantar a las peñas. Así que cuando de repente me dijeron que tenía un linfoma de tipo B de células grandes, no sabes que hacer. Yo vivía del cante. Me vi sin nada de un día para otro», asegura el artista, que pone de relieve la ayuda que ha recibido de la asociación gaditana desde que entró por las puertas de su sede.

En una situación similar se encuentra Francisca, limpiadora de 53 años de edad. «Desde los 14 años no he parado de buscarme la vida. Siempre he tenido una situación difícil y ya desde antes del cáncer me ayudaba la asistenta social, pero siempre he ido saliendo. Pero claro, cuando me salió el cáncer de mama no tenía nada que hacer. Cuando ves que tu contrato es de ocho horas a la semana y tu sueldo de 200 euros al mes te vienes abajo», asegura esta gaditana, que pone de relieve los problemas a los que se tienen que enfrentar las personas con dificultades económicas a la hora de ombatir el cáncer.

«Tienes que comer carne roja, pescado o frutos rojos y, claro, tú no tienes para eso y el Banco de Alimentos te da pasta, lentejas o aceite, pero no te da eso que tú necesitas», argumenta Francisca, agradeciendo la labor de la AECC, gracias a la cual recibe vales para comida con los que puede sufragar algunos de estos gastos.

Sin duda, testimonios estremecedores que sacan a la luz los problemas sociales y las desigualdades que deja también una enfermedad que ahora, con esta campaña, busca hacer justicia.

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