Narcotráfico | Cádiz

Matarratas para cortar la droga en Chiclana: «No le pidas escrúpulos a un narco»

En el laboratorio de cocaína desmantelado, la Policía halló partidas de este químico además de muchos otros. «Para matar a alguien», alertan desde la coordinadora antidroga

«Intentan sacar kilo y medio o mucho más del kilo que ya les llega cortado... ¡la gente no sabe lo que se mete!»

Los agentes sacan de la casa donde se preparaba la droga los productos químicos intervenidos. A. Vázquez

M. Almagro

En una de las últimas operaciones contra los narcos realizadas por la Policía Nacional en la provincia de Cádiz, los agentes hallaban en el registro de un laboratorio de cocaína instalado y desmantelado en Chiclana , matarratas. Un químico altamente nocivo que al parecer esos traficantes podían estar utilizando para el corte de la droga.

Es decir, a las partidas que recibían de cocaína y heroína le incluían en su elaboración este componente para hacer posiblemente dosis de 'rebujito', la mezcla de ambas drogas cuyo consumo (en papelinas normalmente) se ha multiplicado en los últimos años entre los toxicómanos y, por tanto, es una mercancía que garantiza unas generosas ganancias porque tiene un buen número de clientela.

Pero además los agentes de la Udyco y el Greco que participaron en esta operación sacaron de aquel laboratorio ‘casero’ multitud de botes y garrafas de precursores y otras sustancias químicas que también utilizaban estos traficantes para adulterar la droga. De esta manera, mezclando con otros químicos o estupefacientes como anfetaminas, las partidas de ‘coca’ o heroína que reciben dan para distribuirlas en más dosis y los beneficios son obviamente mayores. Dinero.

Y es en este punto, donde quienes la manipulan son los únicos que saben con qué la mezclan, el control sobre lo ilícito es imposible y, por tanto, está lleno de riesgos. Así lo advierte Francisco Mena , presidente de la coordinadora antidroga Alternativas y de la asociación de ayuda Márgenes y Vínculos, quien conoce de primera mano estos peligros ya que lleva años luchando contra el narcotráfico y apoyando con tratamientos y asistencias a personas con adicciones.

«La vida no importa»

«La gente que se dedica al narcotráfico no tiene ningún escrúpulo, no se los pidas. A ellos la vida de los consumidores no les importa nada», afirma tajante. «Si para ganar más dinero tiene que cortar la droga con lo que sea y le resulta además más barato, lo hace. Abarata costes y gana más . Es su negocio. No esperes otra cosa», comenta acerca de este último hallazgo.

Por eso, el presidente de Alternativas, cree «fundamental» que el consumidor de droga sea consciente del riesgo que corre. «De lo que se mete». «Esto no es como en una farmacia que te dan un medicamento y tienes un prospecto donde te explican componentes y efectos secundarios, aquí o confías en lo que te dan o tú mismo». «El que quiera consumir droga tiene que ser consciente de los riesgos añadidos que corre cuando toma cualquier sustancia ilícita».

Químicos encontrados en el laboratorio de Chiclana. La Voz

Mena lo tiene claro. Ya ha visto muchos casos que terminaron de la peor forma posible. «Si al que corta se le va la mano, sea con matarratas o con cualquier otra sustancia nociva, eso le puede costar la vida a alguien... es una posibilidad que siempre ha existido dentro del mundo del narcotráfico, pero sí me llama la atención que en este laboratorio tuvieran tantísimos químicos para cortar la droga».

Y, en concreto, matarratas (rodenticida), un pesticida que, como sospecha Mena, podrían estar utilizando para el corte de la heroína . Y, por tanto, salía al ‘mercado’ mezclada también en el ‘rebujao’, además de otros químicos de todo tipo o sustancias en la cocaína. «Intentan sacar kilo y medio o más de un kilo inicial de una cocaína que ya puedes llegarles cortada. La gente no sabe lo que se está metiendo...».

De un 90 a un 10 ó 5 de pureza

Según los expertos, la sustancia que llega desde el extranjero puede tener entre un 80% y un 90% de pureza (en el mejor de los casos). Y de ahí empieza a pasar por varias fases de mezclas. Intermediarios que se las van vendiendo unos a otros y la van cortando, por lo que esa pureza inicial se pierde y al final puede quedarse entre un 5 y un 10 por ciento de droga; el resto del ‘polvo’ son sustancias de corte. Y la mayoría, mucho más nocivas que el propio estupefaciente .

Además, hay que tener en cuenta que no suelen utilizar para ello productos que sean inocuos, como por ejemplo harina, debido a que la sustancia que añadan tiene que ‘disfrazarse’ bien. Es decir, que pueda también provocar los mismos efectos de la droga que se está consumiendo. Que por ejemplo sea excitante y no merme ‘el subidón’. Para que no se note.

«El peligro de todo esto es enorme. Puede provocar la muerte o daños irreversibles porque además muchas veces afecta a consumidores que ya tienen patologías asociadas. Aunque no solo les pasa a ellos. Todo el mundo puede caer».

Además, por supuesto, hay otro tipo de daños, psicológicos y mentales. Que se manifiestan en el momento, o a la larga. «Trastornos bipolares, paranoias, ezquizofrenia, brotes psicóticos... son habituales», cuenta Francisco Mena. «Esto no es ninguna tontería, la droga no es un juego».

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