Entrevista

Manuel Barbadillo: «Es un orgullo que se reconozca una de las joyas de nuestra provincia»

Su firma lleva más de 200 años llevando el nombre de Sanlúcar por todo el mundo

La Voz

El premio que se le entregó a Bodegas Barbadillo tenía un sabor especial. La bodega cumplió el pasado 2021 dos siglos de historia . Doscientos años en los que ha llevado el nombre de la manzanilla y de Sanlúcar por todo el mundo. Su presidente, Manuel Barbadillo, fue el encargado de recoger el galardón y confesó que el reconocimiento en «nuestra tierra es un honor». «Los sanluqueños y gaditanos en general no valoramos suficientemente las joyas de la provincia. No valoramos las cosas únicas, entre ellas la manzanilla, ese vino blanco que, pasados diez años, tiene el mismo color que el primer día ». La manzanilla, recordó es un vino «sustantivo desde el origen», porque es de los pocos que tiene un nombre propio que lo distingue. El paralelo, Barbadillo también ha tenido ese nombre propio a lo largo de estos 200 años que culminaron con la entrega de la estatuilla en la gala del jueves.

La bodega, conocida y premiada en toda España, hunde su origen en el sueño de los primos Benigno Barbadillo y Ortigüela y Manuel López Barbadillo , que en 1821 adquirieron la bodega ‘El Toro’. Es el comienzo de una historia que llega hasta nuestros días y que tiene hitos como el hecho de que, en 1827, un vino nacido de estas bodegas recibiera por primera vez la denominación de ‘manzanilla’. Barbadillo fue también la primera en vender manzanilla embotellada, con el nombre de ‘Pastora’. Y también es una historia de amor de una bodega con una tierra única como es Sanlúcar de Barrameda. Y de un amor muy humano, porque una de las razones que convencieron a Benigno para instalarse en Sanlúcar, explica su descendiente Manuel Barbadillo, fue enamorarse de una sanluqueña. «Desde entonces, la empresa ha sido 100% andaluza y 100% familiar; actualmente, la administramos la sexta generación, aunque la séptima y la octava vienen empujando fuerte», afirmaba con orgullo el presidente.

Una de las señas de Barbadillo ha sido la de maridar, en perfecta sincronía, modernidad y tradición, el uso de las nuevas tecnologías y el respeto por lo artesanal. «El envejecimiento del vino se sigue haciendo igual que en el siglo XVII . Las bodegas, su arquitectura es la misma, por no hablar de que cada bota de vino dura unos 100 años», detalla Barbadillo que acto seguido expone cómo se han introducido novedades como la apuesta por los grandes contenedores de acero inoxidable y cómo la tecnología les permite saber el grado de acidez de la tierra o las características exactas de la planta. «Esta unión de tecnología y tradición está dando vinos muy buenos», dice con orgullo el ganador del premio LA VOZ. Es justo hacer mención en este sentido a que Barbadillo, en 2017, fue la primera bodega en usar la tecnología de Thinfilm para lanzar el mayor despliegue mundial de NFC (una tecnología de la que ahora todo el mundo habla) en la industria del vino y bebidas espirituosas. De hecho, fue la primera bodega española que incorporó las etiquetas SpeedTap en el vino blanco para conectarse con los consumidores. Además, en 2020, la bodega puso en marcha su división ecológica, fruto de su compromiso con la tierra en la que se asienta.

Y es que el idilio entre Sanlúcar y Barbadillo es notorio , por lo que la firma estará muy presente en los actos que se organicen este año con motivo de la Capitalidad Gastronómica de la ciudad. «Para comer hay que beber, y viceversa; uno de los retos de Barbadillo, al igual que el del resto de vinos del Marco, es hacer llegar al consumidor que estos vinos pueden disfrutarse en la mesa acompañando a los platos, no sólo como aperitivo o postre», confiesa Barbadillo, que destaca cómo los vinos que se producen en la bodega premiada «no sólo se llevan bien con nuestros magníficos pescados y mariscos, sino también con nuestros productos de la huerta».

Respecto a la situación presente de los vinos generosos, Barbadillo ve con satisfacción cómo la crítica y los gustos han ido concediéndole a los productos del Marco de Jerez el puesto que se merecen. «Hace 20 años no sólo en las revistas especializadas era imposible encontrar la recomendación de un jerez, es que en algunos países, por el grado de alcohol, incluso no lo consideraban vino. Hoy en día, eso ha cambiado y, por el mismo hecho de ser diferentes, ahora son de los vinos más valorados. De hecho, el que está considerado como el mejor vino del mundo es un amontillado de mas de 12 años», explica Barbadillo.

Aún con la alegría de haber cosechado el premio LAVOZ de este 2022, Manuel Barbadillo ya piensa en los retos que tendrán que afrontar su bodega y el sector en los próximos años . Uno de ellos pasa por atraer nuevos consumidores del mercado local. «Siempre nos hemos centrado en el volumen de producción, ahora creo que hay que apostar por diversificar en los precios, que haya vinos para todos los gustos y bolsillo», indica Barbadillo, que remacha que «seguiremos trabajando para los vinos de Jerez sigan siendo demandados en el mercado internacional». En este aspecto, recuerda que fue su antepasado Benigno quien popularizó el consumo de esta bebida fuera de Andalucía, algo impensable entonces.

Y no hay que olvidarse del resto de vinos de Barbadillo que no son jereces. Ahí, la apuesta de la bodega será « fortalecer más la marca de Indicación Geográfica Protegida para los vinos de Cádiz » y seguir trabajando en recuperar vinos tintos y blancos de la zona, algunos de ellos elaborados con variedades de uva completamente autóctona, como la tintilla de Rota. No hay que olvidar que el vino blanco más consumido de España es el ‘Castillo de San Diego’, de las bodegas Barbadillo.

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