El conflicto de Ucrania desde Cádiz
La lucha de diez sanitarios gaditanos para que les permitan ir a Ucrania a ayudar: «nos necesitan»
Médicos, enfermeros, técnicos que trabajan en diversas unidades en Cádiz se unen en el intento de poder viajar y asistir a las víctimas de la guerra. De momento los engorrosos trámites y la falta de permisos se lo están impidiendo
«Algo hay que hacer, claro. Nosotros estamos para eso». Fernando Pérez, médico, portuense, 56 años y desde 2004 en el 061. Intensivista en cuidados intensivos, especialidad clave en situaciones de máximo riesgo para la vida. Como lo es una guerra. Como está ocurriendo en Ucrania.
«Somos ya diez compañeros los que estamos dispuestos a ir a ayudar a las víctimas y así lo hemos comunicado a nuestra empresa pero ahora tras la absorción de nuestro servicio por el SAS no existe la Unidad de Atención a Desastres, la extinta EPES, lo que nos deja en un limbo y no tenemos la autorización para poder dejar por ese tiempo nuestros trabajos», cuenta.
Pero su intención es clara . «Me tengo que ir», afirma de forma tajante, convencido de que no puede soportar estar aquí mientras que allí sigue el horror. Con una vocación absoluta de ayuda. «No me puedo ir tranquilo a la cama pensando que no estoy haciendo nada y que podría hacer mucho», insiste este médico que actualmente tiene su base en Sanlúcar y que habitualmente también asiste urgencias en helicóptero por toda la provincia.
Así lleva días. Desde que Putin decidió invadir Ucrania y comenzaron a llegar las peores noticias e imágenes de lo terrible. Pero la burocracia y la falta de permisos oficiales no le están ayudando a acercarse a su objetivo, sin embargo no desespera y en su empeño ha movilizado a más compañeros. «Se han unido médicos, enfermeros, técnicos... queremos ayudar y podemos hacerlo ». «Nos darían un permiso no retribuido, tres o cuatro meses sin sueldo, pero estamos dispuestos», afirma.
De ahí que haya contactado con muchas personas por si les puede servir de enlace como Nadia, una ucraniana que vive en El Puerto y que está colaborando de forma activa para enviar comida y material de todo tipo a su país. Además lo ha intentado por el cauce oficial, a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, pero de nuevo... nada. También con Cruz Roja Española, Cruz Roja Ucrania, ACNUR, Médicos sin fronteras y Junta de Andalucía. «Ninguna de estas organizaciones tiene a voluntarios allí», lamenta.
«En la frontera están saturados»
Pero sigue. Su objetivo ha seguido intacto. «Hemos hablado con sanitarios polacos pero nos han comentado que la zona de la frontera está absolutamente controlada y no sólo no nos necesitan sino que estorbaríamos porque tendrían que proporcionarnos infraestructura y apoyo con la saturación humana que tienen».
Así que ha pensado que su destino podría ser otro. Leópolis, a pocos kilómetros de la frontera polaca pero en territorio ucraniano. Sin embargo ahí no les dejan pasar por ser una zona de exclusión por conflicto bélico . Aún así, no descarta ir. «Claro que hay miedo pero cuando hay heridas las bombas no se escuchan».
«Cueste lo que cueste estamos dispuestos a ir según lo que se demande»
Y como él, Olga, enfermera en un centro de salud de Jerez, Sofía, médico del 061, Hugo, enfermero CES en el 061, Patricia, médico del centro de emergencias sanitarias, y todos los demás que desde que se enteraron están contactando con Fernando para cumplir con esta misión tan humanitaria y humana desde su experiencia profesional.
«Cueste lo que cueste, seguimos dispuestos a ir a ayudar según lo demanden los acontecimientos, ya sea con nuestra unidad o con cualquier organismo nacional o internacional». «Veo a esa gente mayor con heridas, con úlceras, un médico allí hace falta, eso está claro. Además necesitan material. Vendas, gasas... para las quemaduras en las manos de los soldados... antibióticos...», continúa. «Las enfermeras están agotadas. No descansan. Hace falta ayuda y nosotros queremos ir. Por favor».