Pesca
De la ‘levantá’ a la leva
Las almadrabas gaditanas culminan la temporada de pesca con casi 1.500 toneladas de atún
El sector reclama con urgencia un aumento definitivo de la cuota para 2022 ante la recuperación de la especie
El sector almadrabero gaditano se encuentra ahora en plena recogida de las artes , lo que se denomina la 'leva'. La temporada de pesca del atún rojo salvaje ha terminado y el balance es positivo, aunque los empresarios reclaman un aumento definitivo en 2022 de la cuota asignada ante la «evidente» recuperación de la especie . Marta Crespo, gerente de la Organización de Productores Pesqueros de Almadrabas OPP51, reconoce que las limitaciones impuestas a este sector artesanal impiden satisfacer una demanda que va en aumento.
La primera 'levantá' de las almadrabas gaditanas tuvo lugar el pasado 21 de abril con la captura de 30 atunes rojos en la almadraba Gadira de Punta Atalaya, en Conil. La irrupción de la pandemia en marzo de 2020 obligó al sector a reinventarse . El confinamiento cogió entonces a los almadraberos en pleno proceso del calamento de las artes y fue una campaña difícil por el coronavirus. Este año, y con la lección aprendida, el sector ha buscado canales de comercialización 'on line' para dar salida rápida al producto, una experiencia que ya ensayaron con éxito el año pasado.
Este canal se estrenó la pasada campaña, diversificando así las vías de venta habituales (sector restauración y tiendas) y acercando este producto único a los hogares de todos los puntos de la península.
El sector da empleo a unas 400 personas de manera directa y su pesca se somete a controles muy exhaustivos. De hecho, la Inspección de Pesca Marítima ha realizado esta temporada 150 controles. La temporada de almadraba consta de tres fases: el calamento, donde se preparan todos los enseres que después se trasladan al mar (boyas, redes, anclas); la pesca, que se da entre finales de abril y principios de junio con las tradicionales levantás; y la leva, última fase en la que se recoge todo el material que ha facilitado la captura del atún rojo salvaje de almadraba en la costa gaditana.
Las cuatro almadrabas de Cádiz (Barbate, Conil, Tarifa y Zahara) han tenido este año una cuota de pesca de 1.479 toneladas , ligeramente superior a la del año pasado que, fue de 1.340, pero por debajo aún de las 1.600 que tuvieron antes de 2008, cuando la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), el organismo que regula la explotación del atún en el Atlántico, decretó la restricción de su pesca para proteger la especie. El reparto ha quedado de la siguiente forma: 408 toneladas para la almadraba de Barbate, 383 para la de Zahara, 372 para la de Conil y 314 toneladas para la de Tarifa.
Contratiempos
Fuentes del sector han señalado a LA VOZ que las almadrabas tienen de nuevo el problema del alga invasora asiática. Se trata de la 'Rugulopteryx okamurae', causante de graves problemas para el ecosistema del Campo de Gibraltar, y por extensión para la pesca. A finales de la temporada de 2019, las almadrabas de Conil y Tarifa sufrieron la presencia de este alga, produciéndose en la primera la rotura de las redes. Por eso, para las temporadas posteriores se han probado redes fabricadas con nuevos materiales desarrollados en colaboración con el departamento de Zoología de la Universidad de Sevilla.
Los almadraberos reconocen que han sido años muy duros con las restricciones pesqueras de la especie, pero el Plan de Recuperación de la especie ha permitido que, finalmente, se estabilice el sector. No obstante, señalan que la cuota asignada está todavía por debajo de sus demandas .
Más del 40% de las capturas tienen como destino la exportación a Japón
Para entender este tipo de medidas y de restricciones hay que echar la vista atrás y analizar las reuniones que cada noviembre celebra la ICCAT. En la cumbre de 2018 se llegó a un acuerdo sobre un plan de ordenación plurianual y se dejó constancia de que la especie estaba totalmente recuperada después de diez años de restricciones en su pesca, pero el reparto de cuota no favoreció en absoluto a las cuatro almadrabas de Cádiz, que esperaban para la campaña de 2019 llegar al nivel que tenían asignado cuando se aplicó la restricción en 2008, es decir, las 1.440 toneladas.
La Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) confirmó en 2017 que la especie estaba recuperada de su amenaza de agotamiento gracias al plan de restricciones de pesca aplicado durante la última década. Pese a todo, el comité regulador optó entonces por un leve aumento de las cuotas de pesca entre 2017 y 2020 . Es decir, según lo pactado, esta campaña será la última con una cuota tan ajustada.
Las almadrabas gaditanas llevan más de una década sufriendo las duras restricciones de pesca impuestas por este organismo.