REPORTAJE
Laura, la sanluqueña que lucha por recomponer su cuerpo: «¡Lo voy a conseguir!»
Un muro le aplastó cuando celebraba un cumpleaños con amigos dejándola sin movilidad de pecho para abajo. Lleva 24 días ingresada en el hospital Puerta del Mar y no se rinde, «ahora solo me queda mirar para adelante»
Ni siquiera llegó al segundo. Bastó menos aún para que la vida de Laura cambiara de repente. Sin esperarlo. Sin aviso . Ni siquiera la pared que se le vino encima crujió. Tampoco ella misma se dio cuenta. No hubo tiempo. Mientras Laura reía a carcajadas y disfrutaba de un cumpleaños con amigos un muro le aplastó y desde entonces, este pasado 31 de agosto, está tendida en una cama luchando por recuperar su cuerpo dormido de pecho para abajo. «Tengo esperanzas. Lo voy a conseguir», dice con una voz clara, con una positividad impresionante, casi tan inabarcable como intentar ponerse en su lugar.
Laura López Racero tiene 25 años . Es de Sanlúcar. De Bajo de Guía, «mi barrio», responde muy orgullosa cuando comienza a relatar esa pesadilla que ahora desgraciadamente es su realidad. «Aquel día me tocó trabajar en la cafetería en el turno de tarde, hasta el cierre», recuerda. «Teníamos el cumpleaños de un amigo y estaba deseando salir. Cuando llegué, terminamos de cenar pizza, me fui a sentar en una hamaca de esas de tela y cuando me eché hacia atrás el muro donde estaba sujeta se me vino encima». La situación y la mala suerte fueron igualmente terribles. «Yo misma me empecé a quitar escombros del pelo. Llevaba una coleta y me tiraba mucho. Pero cuando hice el amago de levantarme noté que mi cuerpo... ¡no me respondía!». Lo siguiente, o más bien, lo inmediato, fue un dolor enorme en el pecho. «Usé todas mis energías en gritar, en pedir auxilio a mis amigos. Se me hizo eterno. No me lo podía creer».
Al rato llegó la Policía y la ambulancia. También fue necesaria la ayuda de los bomberos para poder bajarla inmovilizada a la calle en una camilla. «Me acuerdo que el dolor era tan grande que cuando me estaban llevando les arañaba los brazos. Les rogaba que por favor me durmieran, que quería dejar de sentir y de pensar. Mi cabeza solo me decía que mi cuerpo se había muerto».
Los calmantes que le dieron la adormilaron un poco en su traslado urgente hacia el hospital Puerta del Mar de Cádiz. No llegó a perder el conocimiento del todo. «Cuando abrí los ojos ya solo vi que me estaban haciendo la prueba del Covid mientras que vomitaba, pero aún así mi pensamiento estaba con mis padres. Con lo preocupados que estarían por mí sin poder verme». «Me quitaron la ropa con unas tijeras. Jamás me había sentido tan vulnerable».
La primera noche no pudo dormir. «Lo intentaba pero no podía, tenía pesadillas, pero estando despierta, la pesadilla era todavía peor». Al día siguiente decidieron operarla de urgencia. Su columna estaba destrozada. Fueron cinco horas en quirófano . «Me acuerdo de ir por el pasillo y por fin ver a mi familia. Cuando comprobé que estaban allí, me reconfortó. Sabía que no me iban a dejar sola por supuesto pero me ayudó mucho sentir que estaban conmigo y que ellos pudieran ver que, dentro de todo lo malo, estaba viva y les podía mirar, les podía hablar».
Costillas rotas, otras desplazadas, daños en el pulmón, y lo peor, una lesión muy grave en la médula. Y con este complicado pronóstico, los días han ido pasando muy lentos. «Al poco me dijeron que me podía incorporar en la cama hasta noventa grados pero cuando lo hice volví a sentir un dolor en el pecho insoportable. Insistí y me hicieron un TAC. Tenía todas las costillas de un costado fracturadas».
Aprender a vivir «de otra manera»
Entonces quedaba asimilar. «Todavía estoy en shock pero soy consciente de todo lo que me queda por delante. Por un largo tiempo tendré que aprender a vivir de otra forma, a vivir por ejemplo encima de una silla de ruedas», afirma con una entereza admirable sin que le tiemble ni un segundo la voz.
Y en su batalla, Laura no está sola. «Uf, estoy todo el día acompañada y muy solicitada», bromea. Sus padres, su hermana, su novio, toda la familia, sus amigos... le están apoyando al máximo cada momento. «Me siento tan querida que estoy bien» , emocionan sus palabras.
Y en ese paso a paso, el de la rehabilitación y las posibles nuevas intervenciones, en el agarrarse a la esperanza, esta guerrera quiere ir al hospital nacional de Parapléjicos de Toledo, un centro de referencia para enfermos medulares. «Quizá no me vaya a recuperar antes pero allí puedo encontrar lo que puede ser mejor para mí, tratamientos más especializados».
Por eso sus amigos han creado una plataforma en 'gofundme' a la que han puesto de nombre ' Laura Stay Strong ' (Laura sigue fuerte). El objetivo es recaudar fondos para poder costear los gastos que supondrían el traslado de la joven y de sus padres a una nueva ciudad donde todos tendrían que empezar de cero. La respuesta en unos días ha sido increíble.
Además desde su pueblo, desde Sanlúcar, se están promoviendo sorteos, ventas de pulseras, y donaciones de todo tipo para ayudarla que también difunden por redes sociales. «Es emocionante. Hay gente que no me conoce de nada y está poniendo su dinero. Yo solo puedo darles las gracias. ¡Mil gracias!. Lo que me ha pasado ya no tiene solución, así que solo me queda luchar por una vida nueva. ¡Pienso ir a por todas!».
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