CRISIS DEL CORONAVIIRUS

El juicio al cura de Salesianos, suspendido hasta nuevo aviso

La vista estaba prevista para este 29 de mayo pero la paralización de la justicia ha obligado a posponerlo

López Luna, entrando en la Audiencia Provincial.

M. Almagro

La crisis del coronavirus ha vuelto a afectar al mecanismo judicial de la provincia. La paralización del sistema judicial ha obligado a suspender el juicio que se iba a celebrar contra el cura de Salesianos al que se le acusa de un nuevo supuesto caso de abusos a un menor de 13 años. La vista estaba prevista para este 29 de mayo pero se ha aplazado hasta nuevo aviso.

La Fiscalía pide para el sacerdote cuatro años y medio de prisión , dos por un supuesto delito de trato degradante con abuso de superioridad y otros dos y medio por otro delito contra la indemnidad sexual.

Este menor declaró como testigo en el primer juicio al que se enfrentó el sacerdote. A partir de su versión la Sección que juzgó el caso (la Tercera) dedujo testimonio, es decir, el tribunal consideró que este chico podría haber sido víctima del procesado. El Ministerio Público denunció y la causa comenzó a instruirse por separado.

Según explica la Fiscalía en su escrito de calificación provisional, los hechos sucedieron también durante el curso escolar 2012-2013. Este chico solía ir al despacho del director y allí entablaban «cualquier conversación no relacionada con los estudios y sí con actividades deportivas o cualquier otro tema que pudiera ser de su interés», sin que estos temas fueran «estrictamente académicos».

Y en este contexto, según la versión de la acusación , cuando este alumno aportaba su opinión sobre algún tema y no coincidía con el sacerdote, «éste, en clara actitud despectiva y carente de respeto alguno, lo cogía del brazo y lo hacía caer al suelo para darle patadas en el costado y las piernas, así como cates en la cabeza, lo que hacía con frecuencia a lo largo de las diferentes estancias del menor en el despacho». Según la fiscal, «se repetían al menos tres veces por semana». En una de estas ocasiones, según declaraciones del menor recogidas por la Fiscalía, el director se le acercó por detrás y le cogió con fuerza por la bragueta «hasta el punto de llegar a darle un tirón de los vellos del pubis».

Como indica la acusación, estos hechos no fueron denunciados en su momento como el resto porque el alumno sentía que el sacerdote era «una autoridad», que además le advertía que era algo que «tenía que quedar entre ellos» y que además el menor no quería preocupar a su familia que pasaba por malos momentos por los graves problemas de salud que padecía uno de sus miembros.

Por otra parte, la defensa del exdirector, ejercida por el despacho del abogado Manuel Montaño, muestra su total disconformidad con la narración de los hechos que hace la acusación y sostiene que el exdirector de Salesianos no fue autor de ninguno de los dos delitos por los que se le investiga.

Entre otras pruebas pide que se tenga en cuenta las sentencias absolutorias ya declaradas firmes , la declaración que hizo este alumno ante la Policía o el informe practicado por una de las médicos forenses que trató al menor en el que se mantiene que el chico refirió que «en una sola ocasión le dio ‘un cate’ en la cabeza, no teniendo ni hematoma, ni derrame, ni lesión alguna por ello».

La defensa no da ninguna credibilidad al testimonio aportado por el menor y pone también en duda los informes forenses practicados que se han sumado a la causa durante la instrucción. Por tanto, solicita que se incluyan nuevos estudios elaborados por otros psicólogos forenses a fin de poder someter a contradicción el informe ya emitido.

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