Adicciones
«En el juego, hay un riesgo con los jóvenes y su uso indiscriminado de las nuevas tecnologías»
Francisco Jaime Lora, Responsable Servicio Provincial de Drogodependencia, llama a una mayor implicación familiar y social para retrasar la edad en la que los adolescentes se inician en el abuso del alcohol
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Si no es la persona que más sabe de adicciones en la provincia, se acerca bastante. Francisco José Jaime Lora es el responsable del Servicio Provincial de Drogodependencia y miembro del Colegio de Psicólogos de Andalucía Occidental. Uno de los retos que ha tenido que asumir es la transformación del perfil del adicto por los cambios sociales.
–¿Tiene alguna causa la desproporción que existe entre hombres y mujeres en cuanto a adicciones?
–Históricamente la proporción de hombres que solicita tratamiento es mayor. En las últimas estadísticas se recoge que el 84,36% de los atendidos en la provincia son hombres y 15,64%, mujeres. Es una proporción que se repite como un patrón. Esto puede explicarse por la menor prevalencia de consumo entre las mujeres. Pero no podemos olvidar los obstáculos que las mujeres tienen para iniciar tratamiento por ser las cuidadores, por estar muy mal visto, etc..
–En la memoria se recoge un índice de abandono de los programas de drogodependencia del 75%, ¿a qué se debe? ¿Se puede remediar ?
–Probablemente en un porcentaje importante se debe a recaídas que hasta que no pasa un tiempo no vuelven a solicitar tratamiento y en otros casos a que el paciente se siente mejor en cuanto a la consecución de los objetivos y decide no seguir. Aún así, en el SPD de Cádiz el tiempo medio de permanencia en tratamiento en el centro actual es de 1.180 días.
–¿Qué diferencia de tratamiento se sigue con el adicto que está en prisión respecto al que recibe el tratamiento en un centro ambulatorio?
–Con el recluso se sigue una acción global que permita diseñar pautas de actuación para mejorar la calidad de vida del interno y preparar su puesta en libertad. Es importante igualmente mantener un contacto con los usuarios que ya han iniciado tratamiento en el exterior para estimular la continuidad del proceso.
–¿Por qué las campañas de concienciación sobre el consumo de alcohol y tabaco no han conseguido retrasar la edad en la que se empieza con estos hábitos?
–No considero que las campañas consigan retrasar la edad de inicio de alcohol y tabaco. Son medidas puntuales que sólo consiguen llamar la atención durante un tiempo. Sólo se podrá ir consiguiendo con un conjunto de medidas que van desde una reflexión profunda del papel de los padres en cuanto a qué están haciendo con sus hijos, pasando por la implementación de medidas legislativas, o por cambios importantes en cuanto a la promoción de la salud en el ámbito escolar. Sería necesario reforzar las acciones de control para garantizar el cumplimiento de la legislación, sobre todo en el caso de los menores de edad, implementar las medidas para modificar las normas sociales que son muy tolerantes con abuso de alcohol.
–Un estudio de la Junta destaca que el consumo de cannabis se produce en la juventud y no tiene continuidad en la edad madura, ¿puede considerarse adicción como tal?
–No podemos olvidar que lo que en un principio podría considerarse un uso de carácter ocasional vinculado a ámbitos recreativos, puede derivar en pautas de consumo más continuadas, y si a esto le asociamos factores como el fracaso escolar, las relaciones familiares inapropiadas, la falta de recursos personales para hacer frente a las frustraciones propias del ser humano, etc.. , es decir a diversos factores de riesgo. Al final lo que en un principio era un uso recreativo se ha convertido en una adicción, donde la sustancia juega un papel muy importante en la vida de la persona.
–¿Ha cambiado el perfil del ludópata con las nuevas tecnologías? ¿Es peligroso para población con problemas de autocontrol poder apostar con solo hacer clic en su móvil?
–Si estamos hablando de un trastorno de autocontrol, obviamente hay una población con más riesgo, que es aquella que tiene limitada su capacidad de control y entre los que encontramos una población joven que hace un uso indiscriminado de las nuevas tecnologías con un riesgo importante para su salud. Los cambios tecnológicos influyen en los juegos de azar. Incluso en el perfil del jugador patológico. Del ludópata padre de familia, de cierta edad, con empleo y que se dejaba buena parte del sueldo en un bingo o un casino se está pasando a un adicto joven, que juega ‘on line’ y se gasta los ingresos de los primeros trabajos o el dinero que le dan sus padres. Las personas más inestables emocionalmente o en las que predomina un pensamiento supersticioso, o presentan una baja autoestima y una escasa habilidad de afrontamiento, son más susceptibles de caer en este tipo de conductas.