agricultura

El invierno más seco amenaza la cosecha

Agricultores muestran su preocupación por las pérdidas ante la escasez de lluvias

MARÍA ROMÁN

«La lluvia cae a cuentagotas, no es normal que se registren 15 ó 16 grados por las noches. Son temperaturas insólitas que esta provocando que los cultivos sufran las consecuencias». Los agricultores gaditanos siguen mirando al cielo, esperanzados en recibir un agua que no llega o que, en el mejor de los casos, no cae suficiente para calmar la sed acumulada de algunos cultivos estratégicos en la provincia, como el cereal y la remolacha.

La lluvia hizo acto de presencia esta semana en algunos puntos de la provincia, pero « esta pluviometría apenas es significativa para las necesidades del campo, sobre todo teniendo en cuenta que llevamos casi dos meses sin llover, unos meses -diciembre y enero- en lo que el agua es fundamental para las siembras de invierno» declara Miguel Pérez, secretario Provincial de COAG Cádiz (Unión de Agricultores y Ganaderos de Andalucía ).

La valoración de cooperativas agrícolas y ganaderas sobre la situación del campo, en relación con las escasas lluvias que se están produciendo este otoño e invierno en la mayoría del campo gaditano, no es muy halagüeña. Las siembras están aguantando de forma desigual la falta de agua, tan sólo las nieblas han refrescado algo, pero al salir el sol y alcanzar los 18 y20 grados de máxima se pierde el pequeño mantenimiento de primera hora, «la superficie se endurece y esto acabará, si no llueve en primavera, de asfixiar a la planta. Este tiempo tan raro esta afectando de manera directa en la plantación donde prevemos que vamos a tener pérdidas muy importantes», asegura Miguel Pérez. Señala que una de las consecuencias más relevantes del cálido invierno es el adelanto de las campañas «hay campos cultivados de zanahorias que ya se están recolectando. En general, estamos notando que hay floraciones espontáneas cuando en esta época o en enero, incluso, no son normales. Estamos padecido una producción sobrenatural y eso se traduce en pérdidas. La planta tiene que seguir su ciclo natural».

Hasta mil hectáreas menos

Tampoco han corrido mejor suerte la producción de remolacha, pues «se prevén 7.100 hectáreas. Aproximadamente mil menos que en campaña anterior». Esta circunstancia es «la puntilla» para un cultivo en regresión por sus altos costes y su bajo precio. La remolacha es una planta de secano que debe cultivarse en barbecho, un sistema de cultivo se deja de sembrar la tierra periódicamente para que se regenere y acumule reservas de agua. Esta modalidad, que en la provincia supone el 6% de lo sembrado con cerca de 500 hectáreas, depende de las precipitaciones frente al riesgo más controlado en las plantaciones de regadío. La tendencia indica que hay un abandono progresivo de este modelo que es menos rentable debido a los actuales precios.

Tanto la patronal agraria Asaja Cádiz como Coag Cádiz han analizado sector por sector el comportamiento agrario de cada cultivo en la provincia durante 2015, proponiendo una reducción de módulos en el IRPF en la mayoría de ellos, debido a los malos resultados en el campo, con el objetivo de compensar los costes que tienen que asumir los productores. «Necesitamos un respiro a la hora de hacer nuestras declaraciones fiscales. Y que no tengamos que recurrir a los seguros agrarios», añade Pedro Gallardo. Los agricultores del cereal pueden asegurar sus cosechas en la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (Enesa), dependiente del Ministerio de Agricultura. Esto es muy importante para muchos productores que no tienen claro si arriesgarse a cultivar o no. Esta medida que tomó el Gobierno es relativamente frecuente en un sector que depende de las condiciones climáticas.

Asaja propone una reducción de módulos en el IRPF debido al desarrollo de los cultivos en 2015

La petición de la patronal agraria se extiende también a la ganadería, una de las más afectadas. «No hay pasto», comenta el secretario general de Asaja a lo que añade «los ganaderos han tenido que afrontar grandes compras de pienso y heno. Ese dinero ya está perdido, pase lo que pase. Pero si en primavera llueve, no tiene por qué ser al final un año dramático», reconoce.

«Ójala sea una primavera lluviosa»

El mundo del campo esta acostumbrado a la inquietud climática. «No es la primera vez que nos encontramos en esta situación. Sequía dura fue la de los 90, en la que se llegó a una situación límite. Ahora esta bajando la reserva de los pantanos, que en principio estaba prevista para cubrir el riego durante tres años. Sin embargo, hay que decir que aún quedan los meses de primavera que suelen ser buenos para la producción», asegura Miguel Pérez, secretario provincial de COAG.

Por su parte, el vicepresidente de Asaja se muestra optimista ante la difícil situación agraria. «Para que sea al final una buena campaña necesitaríamos que a partir de mañana llueva unos 300 litros por metro cuadrado en toda la provincia de Cadiz. Los meses de mayo y abril son los que tienen la llave. Si son buenos, sin temperaturas excesivas y con lluvias, puede que sea un año normal, y por tanto se pueda salvar la campaña agrícola».

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