Sucesos | Inmigración
Los inmigrantes del salto del Tarajal llegan a Cádiz desde Ceuta empujados por las mafias
Cientos de inmigrantes siguen escondidos en territorio ceutí desde mayo, lo que aprovechan estas redes para 'venderles' una plaza en paupérrimas embarcaciones
Organizaciones asentadas en la ciudad autónoma captan a estas personas y les exigen pagos de hasta 6.000 euros por viaje
Una de las mayores crisis migratorias que ha tenido la península en los últimos tiempos desde la crisis de los cayucos y que se produjo el pasado mes de mayo con el salto de miles de inmigrantes por la verja del Tarajal, en Ceuta , está dejando sus efectos en Cádiz.
Si en un principio este episodio apenas se notó en la provincia gaditana, fuentes consultadas por este periódico confirman ahora, tres meses después, que sí se está percibiendo ya un cierto repunte de pateras que llegan hasta aguas gaditanas y que tienen su punto de partida en Ceuta. Según estas mismas fuentes, la entrada masiva que se produjo entonces ha influido de manera directa en el incremento del flujo de pateras que de forma paulatina se ha ido produciendo y que se ha reflejado en estos últimos días en las costas de Cádiz .
Tras meses de un goteo muy leve, estos rescates o interceptaciones han ido in crecendo con hasta un centenar de extranjeros auxiliados en solo 24 horas el pasado fin de semana. Ayer mismo llegaba otro medio centenar. Estas cifras no son ni por asomo comparables a las que se produjeron en la gran oleada de 2017 ó 2018, pero sí empieza a ser evidente que está habiendo de nuevo un cambio de tendencia.
Las razones
Pues bien, como suele ocurrir en este asunto no hay una causa exclusiva y única de estas fluctuaciones, pero existen razones fundamentales que explican por qué aparecen y desaparecen mientras el problema social, económico y político en el continente africano sigue existiendo y sin visos, además, de una pronta solución. En esta ocasión, como explican los expertos consultados, en la actualidad se están dando dos motivos claros. En primer lugar, la relajación en cuanto a las restricciones y el riesgo o conciencia de la población africana sobre el Covid-19. Marruecos fue uno de los países del otro lado de la frontera que tomó medidas muy estrictas en cuanto al cierre hacia otros territorios, sobre todo al inicio de la pandemia y también durante el estado de alarma en España y Europa donde los datos de contagios y fallecidos eran muy preocupantes. Por tanto, a mayor presión de sus controles, menos posibilidad tenían de poder salir de manera irregular.
Y la otra razón se sitúa, como decíamos, en mayo de este año. El salto masivo del Tarajal dejó a cientos de inmigrantes abandonados a su suerte en territorio ceutí y sus proximidades. Algunos fueron devueltos, otros volvieron de propia voluntad al comprobar ya ‘in situ’ que no tenían muchas y mejores alternativas, otros sí encontraron su lugar con la ayuda de organizaciones o viajando como pudieron hacia el continente para encontrarse con familiares ya asentados, pero muchos de ellos, siguen allí perdidos o con la idea de continuar el viaje e intentar alcanzar la península y de ahí poder llegar a Europa.
Y, también como suele ocurrir, tras esta desesperanza y necesidad, están quienes se quieren aprovechar de ella. Según indica la Policía Nacional, las mafias u organizaciones criminales que se dedican al tráfico de personas en la ciudad autónoma se están aprovechando de tales circunstancias para captar a los migrantes con el fin de poder trasladarlos hacia España por la ruta del Estrecho, a cambio, por supuesto de cuantiosas cantidades de dinero, llegando, según cuentan, a cobrar hasta 6.000 euros por ‘pasaje’ , por hacerles hueco en una patera.
Como indican las mismas fuentes, el tipo de embarcación que están usando suelen ser las más baratas:lanchas neumáticas, no muy grandes, con un motor o dos pero de escasa potencia y que sobrepasan su capacidad de aforo, circunstancias todas ellas que hace que estos viajes, aunque menos largos, sean mucho más peligrosos. De hecho muchas de estas pateras están siendo rescatadas en alta mar en situaciones extremas cuando ya se encuentran perdidas y en condiciones meteorológicas o del mar muy adversas.
Engaños y amenazas
Pero como además suele pasar el engaño y a menudo la amenaza forman parte de estos viajes a la desesperada. Cuando los captores de estas personas que deambulan o malviven por Ceuta contactan con ellos, les prometen que si pagan lo que les piden harán el trayecto en rápidas y seguras embarcaciones sin que corran peligro por ir hacinados. Sin embargo, cuando llegan al punto que acuerdan para la salida se encuentran con unas pequeñas y viejas lanchas en las que se montan porque a veces ya han pagado por ello y saben que no se les devolverá el dinero o, sencillamente, porque prefieren eso a nada. Es más, según algunos testigos o los propios ocupantes han declarado ante la Policía, miembros de la organización llegan a obligar con violencia a a estas personas que pretenden desistir del viaje para que continúen el trayecto.
Por ello el trabajo y las complejas investigaciones que persiguen a estas mafias no cesan. Recientemente, la Policía Nacional daba cuenta de una última operación en la que han detenido a doce personas de origen marroquí en San Roque como presuntos autores de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y pertenencia a organización criminal internacional dedicada a la inmigración clandestina. Todos ellos están acusados de pilotar embarcaciones para trasladar inmigrantes desde, precisamente, Ceuta a las costas de Cádiz.
Según indicó la Policía Nacional en una nota, la mayoría de los detenidos han ingresado en prisión provisional y sin fianza decretada por la autoridad judicial, debido al «desprecio a la vida o integridad física que estas organizaciones criminales muestran hacia sus víctimas».
Y en paralelo a estas pesquisas siempre se intenta averiguar a cada uno de los responsables de estos delitos. Desde los cabecillas (la tarea más difícil ya que se ocultan en territorio marroquí) a los que trabajan para ellos. Como los llamados ‘pateros’, como se conocen a los patrones o pilotos de estas embarcaciones que, a menudo, son también los ‘garantes’ de los pagos que se les exigen y con los que además les llegan a extorsionar.
Pero en la mayoría de los casos los responsables de estas pateras dedicadas al tráfico ilegal de personas viajan con los migrantes en la embarcación y se camuflan entre ellos, a fin de no ser reconocidos y, en caso de ser devueltos a sus países origen, salir de manera impune de tal actividad. Se ha dado el caso de que alguno de estos individuos han sido interceptados en aguas de Cádiz o desembarcando en algunas de sus playas y han sido ya devueltos en múltiples ocasiones.
Y así, aunque a goteo, en las últimas semanas la llegada de migrantes sigue en aumento respecto a las cifras del pasado año. A mediados de agosto, se contabilizaban 1.344 personas y 169 embarcaciones las que habían alcanzado el litoral, suponiendo un incremento del 40 por ciento frente al verano pasado.
De momento el día más crítico fue este viernes cuando se rescataron varias embarcaciones en pocas horas. Una de ellas en Cortadura, otros que viajaban en kayak por la zona del Estrecho y una pequeña lancha de fibra de tan solo 4,5 metros de eslora donde viajaban nueve personas, entre otras. En los últimos cinco días ya son más de doscientos los extranjeros que han tenido que pasar por esta interminable odisea.
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