INDUSTRIA
Los sindicatos más radicales del metal vuelven a la carga en la Bahía de Cádiz
La Confluencia Sindical de centrales minoritarias llama a la movilización de las plantillas industriales contra la destrucción de empleo
Este colectivo mantuvo una huelga indefinida el pasado verano que puso en jaque a la actividad industrial gaditana durante siete días
Los sindicatos minoritarios, agrupados bajo la denominación de Confluencia Sindical , han celebrado este jueves una asamblea en el exterior del astillero de Puerto Real para calentar motores de cara a la movilización que han convocado para el próximo 10 de abril contra la destrucción de la industria gaditana. La crisis de Airbus y las consecuencias que ha traído para su industria auxiliar, amén del ajuste en la cementera de Holcim o la falta de carga de trabajo en la planta de Navantia-Puerto Real son los argumentos que inspiran a este movimiento sindical a fijar un nuevo calendario de protestas que pueden convertir de nuevo a la Bahía en un polvorín como ya ocurrió el pasado verano, cuando en agosto, un grupo de sindicalistas se concentró a las puertas del astillero de Puerto Real logrando paralizar la actividad de Navantia durante varios días.
Así, desde la Confluencia Sindical de la Bahía de Cádiz, que agrupa a los sindicatos CTM, SAT, Autonomía Obrera, CNT (Puerto Sta. María), USTEA Cádiz y CTA, piden a la población que se movilice el próximo 10 de abril por «una reindustrialización que ponga en el centro los derechos de sus trabajadores».
La Confluencia Sindical quiere manifestarse para frenar el proceso de desindustrialización que sufre la Bahía de Cádiz, «resultado de políticas nefastas de gobiernos centrales y autonómicos». Insisten en que la población gaditana no puede consentir por más tiempo que se haya generado trabajadores «de primera y de segunda».
Esta Confluencia Sindical ha tomado forma en los últimos años a través de la Coordinadora de Trabajadores del Metal, un movimiento que surgió en demanda de carga de trabajo para la industria de Cádiz y que se hizo especialmente fuerte en 2020 con motivo de la culminación de los tres contratos offshore que tenía entre manos el astillero de Puerto Real.
El final de estas obras, todas ellas del sector eólico, trajeron a partir del pasado verano la terminación también del contrato por obras y servicios de cientos de trabajadores del sector del metal. La recta final de esos contratos y la salida de la plantilla de la industria auxiliar del astillero provocó la reacción de los sindicatos minoritarios poniendo en jaque durante el pasado agosto la actividad industrial de la Bahía y exportando una dura imagen de conflictividad . Se muestran contrarios a la política que desarrollan las centrales UGT y CC OO que, según un portavoz de la Confluencia, «no actúan para evitar la muerte de Cádiz».
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