Disturbios en Cádiz
«La que están liando es una salvajada»
Pequeñas y medianas empresas, así como sus trabajadores, creen que la utilización de la violencia puede empeorar el conflicto laboral del metal
La huelga del Metal en Cádiz, en directo
Pequeñas y medianas empresas del sector del metal en la provincia de Cádiz viven con cierta incertidumbre el desarrollo de las jornadas de huelga indefinida que continúa este jueves después de que no se alcanzara un acuerdo entre la patronal y los sindicatos por el convenio colectivo.
Al margen de las grandes compañías, estos negocios del sector del metal siguen en la medida de lo posible con su actividad , pendientes de los acontecimientos. En todas ellas respetan que exista el derecho a huelga de los trabajadores aunque rechazan que eso desemboque en actos violentos e igualmente sostienen que debe existir libertad para que el que quiera trabajar pueda hacerlo.
Como parte de una empresa metálica en Algeciras, María comenta cómo viven la huelga. «Afectarnos no nos está afectando demasiado porque estamos apartados de las grandes del metal del Campo de Gibraltar. Sí nos afecta en las retenciones. Estamos intentando realizar como podemos los trabajos que tenemos pendientes y evitando las retenciones. No hemos tenido problemas, estamos trabajando casi con normalidad».
Con respecto a las movilizaciones y la violencia esta misma trabajadora apunta que «personalmente cada uno lucha por lo suyo, por el dinero que entra en casa y me parece bien que peleen por lo suyo pero me parece mal que haya actos vandálicos y que haya heridos . Las protestas se pueden hacer de forma más pacífica».
Luis comenta que « es cierto que hay que sentarse para ver las condiciones . Evidentemente si se proponen objetivos inalcanzables las negociaciones se rompen, que entiendo que es lo que parece que ha pasado. Nosotros somos una micropyme, no tenemos una gran carga de personal y la huelga nos afecta de diferente forma».
En ese sentido añade que «el sentir del personal es que cuanto más se consiga con las negociaciones pues es lógico que estarían de acuerdo. Sí es verdad que nosotros seguimos trabajando. A ninguno se nos ha pasado por la cabeza no trabajar a excepción de una posible represalia por los piquetes. Estamos trabajando a puerta cerrada porque tenemos miedo tanto nosotros, como responsables de la empresa, como los trabajadores. Cuando entramos o salimos miramos a ver si hay algún problema. Nosotros no hemos tenido pero sí nos consta que vecinos nuestros del polígono han tenido que dejar de trabajar. También otros un poco más grandes han acordado unos servicios mínimos y lo están cumpliendo y los están dejando que los cumplan».
En cuanto al sentido de las movilizaciones asegura que «esto no le conviene a nadie. Es más coste para la empresa y para el personal. El que hace huelga deja de cobrar y la empresa está teniendo esa repercusión económica y en el momento en el que estamos no se entiende, teniendo además otras provincias con negociaciones semejantes y que no han llegado a acuerdo. Nosotros no hemos obligado a nadie a venir a trabajar. Han sido ellos los que se han organizado. Eso demuestra que hay personal que quiere seguir trabajando pero que tiene que tomar ciertas precauciones frente a sus compañeros . No tiene sentido. El verdadero problema es legislativo, que si se permite lo que hacen y no tienen pena para esos actos pues lo van a hacer».
El jefe de taller de otra de las empresas de la provincia explica que «nosotros en principio no hemos tenido ruido, ni piquetes. No ha habido bloqueo pero sí nos afecta el tema de los transportes con suministro de materiales y también que tenemos que estar con las puertas medio cerradas».
En cuanto a las circunstancias de la huelga asegura que «toda la huelga se resume en una negociacion que es un incremento que básicamente es igual que todos los años y me parece que no tiene sentido ninguno. No se pelea nada que no se negocie todos los años y la que están liando no es normal , con gente que no es del sector implicada. Me parece una salvajada y que afecta a afecta a personas que no tienen nada que ver con esto. Están quemando coches, bloqueando hospitales, carreteras, suministros de alimentación...».
El trabador reflexiona a cerca de las consecuencias de esta situación. «Esto provoca que las empresas gordas, si no nos igualamos a las empresas de otras provincias, se van a ir para afuera, a otras provincias y nos vamos a quedar sin trabajo . Es que lo entiendo. No tienen miras más anchas de lo que esto puede afectar. Somos los que mejor lo cobramos, tenemos un sueldo bastante bueno. Vamos a aguantar un poco para que nos entre el trabajo».
En la misma línea se manifiesta el gerente de una pequeña fundición en Jerez. Al que la violencia no le parece «en absoluto la solución para esta huelga ni para ninguna otra. Lo que acarrea es algo negativo para los trabajadores, además de una impresión muy mala de cara al exterior». «Cualquier cosa que se intente solucionar con violencia nunca tendrá buen fin» , concluye.
Ese pequeño empresario se muestra «radicalmente en contra» de lo que está pasando. Las imágenes de piedras, coches ardiendo, barricadas... generan el rechazo de los directivos y empleados de pequeñas empresas que ven cómo Cádiz ha saltado a la palestra nacional envuelta en llamas.
Y es que, muchos trabajadores del metal están teniendo miedo estos días . Miedo de dar su opinión, miedo de hablar, de ir a trabajar. «Estábamos dentro y afuera quemando coches. Nosotros oyendo gritos y amenazas. Lo estamos pasando mal», afirma un trabajador que este miércoles fue a su puesto en un astillero pero que ha decidido no ir a trabajar de forma presencial por miedo a represalias. Anonimato, es lo que piden las personas que han accedido a hablar con este periódico. Una muestra más de cómo está la situación.
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