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Las hermanas Rebuelta en su espacio más inspirador
El arte, el estilo, la creatividad y el diseño corren por sus venas, así se podría definir a las hermanas Rebuelta Domecq
El arte, el estilo, la creatividad y el diseño corren por sus venas, así se podría definir a las hermanas Rebuelta Domecq. Dos jerezanas que triunfan con su estudio de arquitectura en Madrid. Todo lo que tocan es un éxito. La mayor, Almudena es arquitecta por la universidad San Pablo CEU y fue quien fundó el estudio en 2015, con la experiencia previa de haber pasado una larga temporada en Roma y haber trabajado para grandes profesionales como Belén Domecq o Pascual Ortega. Poco tiempo después se unió su hermana Cristina, quien estudió Arquitectura de Interiores por la UPM y Bellas Artes por la UCM. Ahora esté implicada de lleno en el estudio y por falta de tiempo no puede hacerlo, pero pinta que es una maravilla, e incluso ha realizado varias exposiciones donde sus obras se vendían enseguida. En su día a día, les acompaña un equipo de profesionales, de los que dicen que sin ellos nada sería lo mismo.
Estas hermanas triunfan en la capital, y fuera de ella gracias a la forma que tienen de crear, en los que mezclan tradición con modernidad. Buscan crear espacios de diseño pero que al final sean útiles y adaptados a un estilo de vida. Además, hacen que cada obra sea especial y diferente para cada cliente, y las necesidades de este. Tienen un toque que enamora a cualquiera. Nos cuentan, que el entorno gaditano en el que se han criado les ha influido mucho, en el uso de materiales tradicionales y la importancia y el protagonismo del color. También la han encontrado en la relación interior-exterior de la arquitectura propia de la zona (casas, patios, etc…)
Almudena y Cristina, nacieron y vivieron toda su juventud entre Jerez y El Puerto, pero como muchos, se fueron a Madrid a estudiar la carrera. Cuando terminaron, les tocó quedarse allí por motivos profesionales, y es que ahí era donde tenían un mayor nicho de mercado. Muchos han sido los medios que se han hecho eco de su éxito, y han compartido parte de sus originales creaciones, aunque para ellas hay una muy especial, que también les ha dado muchos quebraderos de cabeza. Fue en Jerez, su ciudad, su casa, donde realizaron el primer Sherry Hotel del mundo, el Hotel Tío Pepe, de estilo boutique inspirado en una tradición vinícola milenaria y ubicado en pleno casco histórico de la ciudad, junto a la Catedral y el Alcázar, además de encontrarse en el interior de las Bodegas González Byass.
Para ellas, el vino de Jerez son sus raíces, su historia, su vida, su familia… y es por eso que cada vez que pueden intentan escaparse al sur en busca de eso. Aquí tienen sus recuerdos de infancia y juventud, donde solían y suelen reunirse con sus tíos y primos en el campo. Son una familia muy numerosa y divertida, por lo que no tienen ni un segundo de aburrimiento. En verano van al Puerto, al principio lo hacían en la bonita casa que tiene su abuela Victoria frente al mar, y donde coincidían con sus primos. De esa época tienen muy buenos recuerdos, porque en la misma calle vivían varias amigas con las que iban de una casa a otra o cuando salían quedaban para ir y volver juntas, primero con las bicis y después con las motos. Más tardes sus padres compraron una casa, aunque seguían muy cerca de la de su abuela y esa zona que tanto les gustaba por la cercanía a sus amigas y al mar. Los planes que recuerdan, era que por la mañana iban al Buzo o a la playa a tomar un poco el sol, y “después de la siesta” a la Casa Grande, donde se reunían con los amigos, que venían de Sevilla o Madrid y se reencontraban de verano en verano. “Recordamos pasar las tardes en la Casa Grande, donde primero comprábamos alguna chuche en el puesto de Ernesto y luego nos quedábamos por allí, o en la grada del futbito si jugaban nuestros amigos algún partido. Otras veces jugábamos al pádel donde teníamos nuestros piques de broma con las niñas de Sevilla, que siempre solían ser más deportistas y competitivas, aunque patinando no nos ganaba nadie”. Por la noche solían ir a “los pisos de Vistahermosa” cuando eran más pequeñas, y al Centro Comercial un poco más mayores. “Nos encantaba ir a Triana, recordamos celebrar allí hace 11 años el primer mundial que ganó España, no es que nos gustase el fútbol, pero España es España, y una celebración conjunta siempre es un buen plan”. Tampoco se olvidan de las barbacoas, todas las semanas había alguien que organizaba alguna en su casa. Con los 18 empezaron las puestas de largo. “La verdad que tenemos unos recuerdos increíbles de esa época, y es que ahora lo pensamos: ¡no parábamos quietas en casa ni un segundo!”.
Ya cuando empezaron a conducir, los planes daban más oportunidades para poder moverse por la provincia, y algo que les encantaba a estas hermanas tan artistas, es poder irse a playas como Zahara o Bolonia a pasar el día. También solían ir con amigas unos días por Tarifa o algún otro sitio animado de la provincia. Ahora lo intentan, pero los planes para Almudena han cambiado, y es que está casada y con dos niños, pero aun así sigue disfrutando de cada rincón de la provincia, de la que dicen que: “La luz, nos da alegría y representa el espíritu abierto y dinámico de la tierra. También nos encantan sus paisajes y planes; campo y playa. La gastronomía y la gente, ¡siempre hay miles de planes de todo tipo!”
Almudena y Cristina son la primera y segunda de cuatro hermanas, siempre han ido de la mano en casi todo: Comparten pandillas, planes, trabajo, ideas y se llevan a las mil maravillas. Trabajadoras, alegres, exitosas, divertidas y unas jerezanas de los pies a la cabeza, que no perdonan que alguien se vaya de la provincia sin conocer sus bodegas, sus playas y su cocina.