«Hemos crecido tanto que se quedan donaciones sin poder entregar»

La chiclanera Begoña Espada gestiona esta página donde se pueden entregar toda clase de enseres en desuso para que los utilice otra persona

M. Landeta

¿ Cree en las segundas oportunidades ? Si está a favor del reciclaje, tiene en su casa enseres que no usa y quiere tengan una segunda vida ‘ No lo tiro, lo regalo. Cádiz ’ es la plataforma que estaba buscando. Todas las donaciones son altruistas y sin ningún tipo de contraprestación económica.

Begoña Espada es la encargada de administrar el grupo que ya suma más de 9.000 miembros y la mayoría muy activos. Ella llegó hasta la plataforma como un particular más pero poco a poco se fue involucrando cada día un poco más porque reconoce que poner cara y nombre a los receptores de los objetos facilita que la gente se involucre: «Consume mucho tiempo y esfuerzo pero el beneficio es la satisfacción de saber que estás ayudando a personas que lo necesitan y que puedes conocer su historia. Esto es una actividad completamente altruista, aquí no hay dinero por medio y todo se hace con el afán de colaborar», recalca esta joven chiclanera.

El grupo no es ninguna ONG si no que son ciudadanos particulares colaborando y ayudándose. En poco tiempo la mecha de la solidaridad ha ido extendiéndose y la repercusión ha sido más rápida de lo que esperaban. «La página la creó hace tres años Rafael Valiente que es el antiguo administrador. Yo he cogido el relevo y seguimos trabajando para que todo siga hacia delante.Cada vez hay más miembros. Ella es la encargada de organizar la recogida de enseres por toda la provincia, una «obligación» que se ha autoimpuesto gustosa porque, aunque tiene que compaginarla con el cuidado de su familia y de su casa, tiene ganas de trabajar. Begoña, desgraciadamente, está en paro.

La dinámica del grupo funciona por el empeño que le ponen los miembros de la comunidad porque no reciben ningún tipo de apoyo o subvención y, sin embargo, tienen que afrontar los gastos del desplazamiento cuando van a recoger las donaciones y tienen que emplear recursos propios. «Empecé por guardar lo que iba llegando en mi casa pero al poco tiempo me di cuenta que era imposible porque es una casa pequeña y no hay sitio», comenta Begoña. Ahora disponen de un garaje pero se preguntan si el Ayuntamiento de Chiclana o alguna organización no les podría facilitar un local mejor acondicionado porque, aunque ponen «toda la voluntad del mundo», es difícil organizar juguetes, abrigos, trajes de comunión, zapatos, mochilas, colchones, carritos, alimentos e incluso algunos muebles como lámparas o cómodas sin contar con sistemas de almacenamiento y soportes para disponer los enseres de una forma ordenada. « Llegan solicitudes de gente de El Puerto, de Sanlúcar, de Chipiona y en cuanto alguien necesita cualquiera de los objetos que tenemos le damos prioridad absoluta porque ese es el fin de ‘No lo tiro, lo regalo’ y porque así vamos despejando el garaje. Organizarlo y clasificarlo es un gran trabajo y, más, cuando no cuentas con baldas».

Una de las ventajas del proyecto es que los particulares pueden deshacerse de enseres que están nuevos y que no se usan. Son cosas que da pena tirar pero que en realidad solo acumulan polvo y espacio y que terminan olvidados en el trastero, detrás de una puerta o debajo de la cama para que no estorben mucho. La solución: entregar todos estos objetos a quien no alcanza para poder comparlos.

El filtro de la comunidad

Una de las características de ‘No lo tiro. Lo regalo’ es que realizan la entrega en persona «con lo que vemos la situación en la que vive cada familia y así evitamos engaños porque no pedimos ni nóminas ni justificantes ni papeles. Aquí nos fiamos de la palabra y la voluntad de las personas ». Las redes sociales funcionan como una comunidad de vecinos donde todos se conocen y donde es fácil descubrir si una persona es honesta en las afirmaciones que realiza «porque esto es un pañuelo», asegura Begoña que además destaca la gran cohesión que hay en el grupo. «Si alguien no tiene un medio de transporte para desplazarse, siempre hay alguien que se ofrece. Esto es una cadena». Esta unión se refleja también en el logotipo que han elegido para que les represente en las redes sociales y que muestra como diferentes manos de varios colores se unen y se entrecruzan para colaborar.

La solidaridad se une con el reciclaje en esta iniciativa que aprovecha las oportunidades que brindan las redes sociales para dar una segunda vida a objetos que de otra manera acabarían en la basura y, por otra parte, ayudar a personan que lo necesitan. «Una vez que se ha corrido la voz estamos viendo que cada día se apuntan más usuarios con ganas de colaborar con sillitas de bebé, ropa, leche para los niños... todo es bien recibido». Eso si, aquí la venta y el trueque están prohibidos.

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