Historia

Gades: lágrimas de Julio César, cuplés y el nombre de los perros

Paco Álvarez ha publicado ‘Somos Romanos’, un libro que explica los parecidos de la sociedad actual con la de Roma, en la que la Tacita era una de las principales ciudades

Ruinas de Baelo Claudia, en Tarifa, uno de los principales yacimientos romanos en la provincia.

Andrés G. Latorre

«Pues sí, otra vez elecciones. Como en la antigua Roma , que tenían comicios cada año. Eso sí, allí no había problema porque el que conseguía más apoyos y el que quedaba segundo compartían el gobierno». El investigador y periodista Paco Álvarez es un apasionado de la historia de Roma, como ha quedado plasmado en su libro ‘ Somos romanos ’, publicado recientemente por EDAF. Dos cosas llaman la atención en esa obra: las concomitancias del mundo romano con la sociedad actual y la importancia que tuvo la antigua Gades en el Imperio romano.

Paco Álvarez, autor del libro.

«De hecho, el primer sitio donde voy a presentar el libro es en Cádiz (lo presentó el jueves en el Pay Pay ) y es para estar nervioso: ¡Cádiz era la segunda ciudad más importante del Imperio!»

Para Álvarez, hablar de Cádiz son palabras mayores. Así, recuerda que los gaditanos eran ciudadanos romanos 250 años antes que el resto del Imperio y que los habitantes de la ciudad tenían un lugar reservado en el Coliseo de Roma . «Cuando se da este dato se omite muchas veces que los gaditanos eran los únicos ciudadanos del Imperio con este privilegio, lo que da cuenta de la importancia de la ciudad».

Y si una ciudad es importante, lo son también los hombres que la componen. De entre ellos, Álvarez destaca a Cornelio Balbo , «cuya familia ha sido decisiva en la historia de Hispania». Cornelio Balbo (cuya estatua saluda a quienes traspasan las Puertas de Tierra y se encaminan al Campo del Sur) fue el primer cónsul no nacido en Roma . «Pero además, fue el brazo derecho de Julio César en las batallas de las Galias; durante diez años fue el responsable de la logística de una de las campañas más importantes de la historia, era un gaditano cambiando el mundo ».

Como también lo mejoró otro gaditano: Columela (su efigie se yergue en la plaza de las Flores), autor de un tratado de agricultura «que lleva vigente dos mil años ». Columela, detalla Álvarez, «explicaba cosas como cuánta distancia debe tener una vid respecto a otra, o cuándo había que recoger la cosecha». A esto añadía multitud de curiosidades, «como la que establecía que los nombres de los perros deben tener dos sílabas.. . costumbre que se ha mantenido hasta hoy».

Claro que también había colectivos anónimos de gaditanos que brillaban con luz propia. Entre ellas, las puellae gaditanas , «unas bailarinas famosas por sus movimientos, muy lascivos. Se las contrataba para amenizar las fiestas y hay expertos que señalan que las danzas que interpretaban podía ser antecedente del baile flamenco . De hecho, con ellas quedan registrado por primera vez los bailes con castañuelas».

Cornelio Balbo fue lugarteniente de César y el tratado de Columela de agricultura lleva vigente cerca de 20 siglos

En su libro, Álvarez destaca la herencia que ha recibido nuestra sociedad de Roma. «Es curioso que la frase que dice el replicante de Blade Runner ‘vivir con miedo, eso es ser un esclavo’» ya la había escrito Horacio siglos antes; no es un plagio, es una manera similar de entender el mundo ». Del mismo modo, «somos monógamos como los romanos, que también tenían pasos de cebra , siete días con uno festivo y hasta tabernas en las que tomaban vino con tapas ».

Las lágrimas de César y los cuplés

¿Qué relación puede tener el mundo romano con los cuplés del Carnaval de Cádiz ? A los romanos les gustaba, en su literatura , recurrir a las bromas , algunas muy procaces. «Hay un epigrama de Marcial en el que relata el, podríamos decir, chiste de que un hombre tenía una esclava y, con el tiempo, pasa a casarse con ella... por lo que el esclavo acaba siendo él». En un sentido parecido, «Marcial, ante las críticas de un coetáneo, le respondió que le hiciera lo mismo que Kiné... que era una célebre prostituta».

De los ilustres visitantes que tuvo Cádiz, destaca la figura de Julio César . La leyenda cuenta que en la ciudad lloró ante una estatua de Alejandro Magno al pensar que mientras que el macedonio a su edad había conquistado casi todo el mundo conocido, él apenas era un cuestor. «Y esa época, ya impresionaba que Cádiz tenía mil años de historia ; es normal que aún hoy se sienta ese orgullo de ser una ciudad fenicia», desarrolla el autor de ‘Somos Romanos’.

Para Álvarez, la importancia que tenía la provincia de Cádiz queda patente en hechos como el que su garum fuera el más demandado del imperio y que se construyese una factoría para su comercialización en Baelo Claudia , «que Carteia –en San Roque– fuera la primera colonia –que tenía un grado inferior a la ciudadanía romana– fuera de Italia» y, sobre todo, en la red de comunicaciones de la que gozaba Gades, de donde partían la ruta de la Plata y la Vía Augusta , que llegaba hasta la misma Roma. «Cuando decimos que todos los caminos conducen a Roma podríamos añadir que todos los caminos, también, llevan a Cádiz».

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