Francho Barón gana el premio Emmy

Francho Barón, un gaditano gana el Oscar de la Televisión: «Han valorado el periodismo de la vieja escuela, sin trampa ni cartón»

El periodista realizó para CNN la cobertura de los disturbios del año pasado en Cataluña: «Nunca vi tanta virulencia social, tanta tensión, ni en Honduras, Venezuela o Brasil; fue una intifada en pleno centro de Barcelona»

Francho Barón, con su compañero Albert Izquierdo, tras cubrir los disturbios en Barcelona. LA VOZ

José María Aguilera

El gaditano Francho Barón acaba de recibir el premio Emmy de la Academia de Televisión de Estados Unidos en la categoría 'Breaking News'. Uno de los máximos reconocimientos que se otorga en esta profesión, desprestigiada en los últimos tiempos y víctima de guerras de intereses. En términos futbolísticos, una victoria contra pronóstico, de las que rompen quinielas.

El jurado ha premiado la cobertura de un conflicto muy lejano para el público americano, tan local como los disturbios en Cataluña del 2019 por los deseos independentistas. Impera el valor del periodismo «de la vieja escuela, sin trampa ni cartón, sin artificios». Junto a su compañero Albert Izquierdo, cámara en mano, se dedicaron a «contar lo que veíamos de la forma más honesta posible», durante siete horas en directo, en «la intifada de Barcelona». Una distinción que sirve para erradicar tópicos y eliminar complejos.

Un premio Emmy, los Oscars de la televisión, para un gaditano como usted. ¿Entre qué sentimientos se mueve ahora mismo?

Es para estar muy satisfecho. Es un premio muy importante al que los periodistas no americanos solemos tener muy poco acceso . Lo otorga la Academia de Televisión de Estados Unidos para medios americanos, y al tratarse una cobertura española me produce una doble satisfacción.

Es que debe ser muy difícil que un conflicto tan lejano para los estadounidenses como el catalán se haga un hueco ya no sólo en la parrilla americana, sino entre estos premios de tanto prestigio.

Este punto es clave. En nuestra categoría, 'breaking news' (se puede traducir como 'última hora'), competíamos con cinco nominaciones de un interés informativo puramente americano. Tiroteos y matanzas en Texas, milicias proTrump, el Chapo Guzmán... Asuntos muy candentes del debate público en Estados Unidos. Nuestra propuesta, a nivel temática, es 'poco sexy', lo veía complicado. Pero el jurado no valoró tanto lo que se cubrió, que es crucial, como el formato y la calidad de la cobertura.

«Hay un periodismo puro, sin maquillaje ni pirotecnia, que se reduce al ABC de este oficio: ir al sitio y contar lo que estás viendo de forma honesta»

Un periodismo de corte clásico, sin trampa ni cartón, sin artificios ni filtros . Cámara en mano, de la vieja escuela, en una situación límite, una batalla campal en medio de la calle contando durante siete horas en directo lo que estaba ocurriendo desde el centro de la acción. La sensación de autenticidad fue tanta que ellos han valorado esto realmente, por encima de reportajes editoriales más cuidados y en espacios controlados. Son coberturas cada vez más difíciles de acceder.

Toda una lección. En tiempos donde el periodismo está tan condicionado por las nuevas tecnologías, se premia un documento que podría haberse hecho de manera similar hace décadas.

No desmerezco los nuevos formatos y las nuevas formas de contar historias. Pero tenemos la tentación de pensar que eso es el periodismo actual y que no hay otro. Y no. Hay un periodismo puro, sin maquillaje ni pirotecnia, que se reduce al ABC de este oficio: ir al sitio y contar lo que estás viendo de forma honesta . Además si lo haces en directo, sin posibilidad de manipulación, el público lo valora más porque ve que no es un juego de trileros.

A veces da la sensación de que los jóvenes periodistas de hoy lo han olvidado. 'Mira lo que está pasando y cuéntalo. No te preocupes, ya luego haremos un podcast o lo adaptaremos a otro formato'.

Dice que cada vez es más difícil acceder a determinadas coberturas.

Es lo que de Barcelona... era muy complicado controlar lo que contábamos. Un escenario de violencia urbana completamente desatada , entre miles de independentistas y un reducido grupo de efectivos policiales. Se convierte en un 'sálvese quien pueda' y es difícil que te controlen. Nosotros llegamos a tiempo y accedimos al centro de la batalla.

¿En esos días se logró transmitir toda la tensión que se respiraba por las calles de la Ciudad Condal?

Durante 14 años he trabajado en América Latina y he cubierto situaciones de convulsión social e incluso conflicto armado. El golpe de Estado en Honduras, el terremoto de Haití, la guerra contra el narco en la favelas de Brasil, en Venezuela han estado a punto de matarme en dos o tres ocasiones... Se ve una gran inseguridad física porque hay armas de fuego implicadas. Pero nunca he visto un nivel de virulencia social tan grande como el que se vivió esa tarde en la bautizada como 'batalla de Urquinaona' y en la Vía Laietana. Cargas, embestidas, lluvia de piedras, botellas, vídrios, cuchillos, machetes, objetos contundentes, cócteles molotov... Fue una intifada en pleno centro de Barcelona . Ha sido el mayor enfrentamiento callejero del conflicto catalán de las últimas décadas.

«Refugiado en un portal, vi como un fotoperiodista japonés recibió un adoquinazo y el casco se le rompió por la mitad como una cáscara de nuez. Le salvó la vida. Si no hubo muertos fue un milagro»

Ese viernes 18 de octubre de 2019 hubo heridos graves, más de cien detenidos. Refugiado en un portal, vi como un fotoperiodista japonés recibió un adoquinazo y el casco se le rompió por la mitad como una cáscara de nuez . Le salvó la vida. Había mucha inseguridad física y sí, si no hubo muertos fue de milagro.

¿Cómo se trabaja en esas situaciones?

Hay que intentar no perder el control de la situación, pero saber que ya no hay guion que valga. Se trabaja a 'matacaballo'. Cámara al hombro y a tragar humo, gases lacrimógenos, correr de un lado a otro para enfocar la acción y dominar el miedo o la inseguridad. Nosotros también tuvimos que sacar en volandas a un compañero que recibió un impacto brutal en el tórax. De algo servirá la experiencia.

Al margen de todo, del orgullo profesional y personal, del reconocimiento a su labor, al medio y al propio periodismo, debe ser gratificante que desde Cádiz se haya alcanzado tal reconocimiento.

En Cádiz tenemos un complejo de que aparte de ser gente con mucho arte, graciosa, y con varias artistas, nos cuesta ver la excelencia en diferentes artes. La satisfacción como gaditano es enorme al poder decir que he puesto mi ciudad en el mapa, con un Oscar de la televisión estadounidense. Honra y orgullo, me siento más gaditano que nunca.

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