Víspera de Todos los Santos

La flor cortada de Cádiz encara el Día de Difuntos con menos producción

La pandemia ha llevado a numerosos agricultores de la Costa Noroeste a cambiar el cultivo de flores en sus invernaderos por hortalizas

El sector ha pasado en dos años de contar en la provincia con más de 350 hectáreas a sumar solo unas 160

El invernadero de Luis, donde antes cultivaba flores, ahora produce calabacines LA VOZ

Javier Rodríguez

Hortalizas por flores. Los agricultores gaditanos que se dedican al cultivo de flores han tenido que cambiar el rumbo de sus invernaderos hacia otra variedad de plantación. Los efectos del coronavirus, la incertidumbre económica y, sobre todo, las restricciones de movilidad y reunión impuestas entre 2020 y 2021 llevaron a la cancelación de ferias, Semana Santa y actos públicos durante más de 18 meses. Esta situación puso en jaque a este sector, que centra su actividad en el marco de Rota, Chipiona y Sanlúcar.

El varapalo que les ha propinado la pandemia ha significado para numerosos agricultores de la flor cortada el cierre de sus invernaderos . Otros, por el contrario, han seguido pegados a la tierra, pero plantando hortalizas. Es el caso de Luis Rivera , responsable de flor cortada del sindicato agrario COAG en Andalucía y presidente de la Asociación de Agricultores de la Costa Noroeste, que ha seguido adelante, pero cultivando sandías, calabacines, berenjenas y pimientos . Un 15% de los agricultores ha optado en los últimos meses por el cierre temporal de sus invernaderos, mientras que un 35%, aproximadamente, ha preferido cambiar la plantación a la espera de que la nueva normalidad se imponga totalmente y las flores vuelvan a decorar banquetes, Semana Santa y ferias .

Altos costes

El sector de la flor cortada de Cádiz ha perdido en los dos últimos años la mitad de sus hectáreas de cultivo pasando de 350 a unas 160, y con la amenaza de seguir bajando debido a los altos costes que supone mantener este cultivo intensivo. No hay que olvidar que los invernaderos también producen de noche con luz artificial y, «aunque se ha invertido en tecnología LED, el consumo eléctrico es muy alto». No obstante, el sector confía en que a partir del próximo 2022 se remonte el vuelo con la plena celebración de la Semana Santa y las fiestas en la calle, así como con la vuelta de fechas muy señaladas para obsequiar con flores como son el Día de los Enamorados , el Día de la Madre o el Corpus.

Aspecto que presentaba el invernadero de Luis en 2019 LA VOZ

De momento, la flor cortada de Cádiz encara su principal prueba de fuego, el Día de Todos los Santos , con resignación y con más demanda que oferta, debido a la reducción de los cultivos. Esta situación implica una subida de los precios . Precisamente, la celebración del Día de Difuntos es clave para el sector, ya que en sus vísperas se suele vender el 30% de todo un año.

El sector de la flor cortada de la Costa Noroeste de Cádiz perdió más de 23 millones de euros entre marzo y abril de 2020 con el confinamiento. Son los meses clave de producción y distribución . La ausencia de una primavera plena por culpa del coronavirus acabó con todas las expectativas de los agricultores gaditanos y marchitó la cosecha que se había preparado antes del confinamiento para cubrir la fuerte demanda que sobreviene en esas fechas gracias a la celebración de la Semana Santa, el Día de la Madre, la romería del Rocío y las fiestas populares.

La producción completa que afloró en los primeros días de la pandemia en Rota, Sanlúcar y Chipiona -epicentro nacional de la flor cortada- se fueron directamente al vertedero. Cientos de agricultores terminaron triturando millones de tallos para estiércol ante la imposibilidad de colocarlos en los mercados nacionales e internacionales. No hay que olvidar que el 70% del negocio de la flor cortada gaditana se genera en primavera y el 30% restante se deja para la festividad de los Santos Difuntos y la Navidad.

La flor cortada mueve en la provincia unos 6.000 empleos, entre directos y indirectos . Andalucía lidera este sector, con más del 50% de la producción nacional, que se traduce en unas 1.000 hectáreas y una facturación de 4.200 millones de euros, de los que 3.000 millones se distribuyen entre Chipiona, Sanlúcar, Jerez, Arcos y Rota, en Cádiz, que es la primera provincia productora del país.

Uno de los primeros agricultores que dio un giro a su invernadero fue Miguel Lázaro , de Chipiona, Otros, por el contrario, cambiaron el rumbo de su plantación para esquivar la ruina. Este fue el caso de Miguel Lázaro, de Chipiona, que optó a mediados del pasado año por sustituir su plantación de flores por la de sandías.

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