'CÁDIZ ES FUTURO'
El flamenco apuesta por la educación y la promoción para su desarrollo como industria cultural
La VOZ reúne a expertos del sector, que piden a las administraciones la cesión de espacios y más programación
De la sensación de la oportunidad perdida, desaprovechada, a la acción. Resultaría injustísimo sentenciar que poco se hace en Cádiz y su provincia por la conservación, difusión y explotación del arte flamenco. O quedarse con la anecdótica realidad de que no hay más artista por metro cuadrado que aquí, en el sur del sur. Pero lo cierto es que la gran mayoría de los que aman y viven del flamenco admiten la falta de unión en el sector y, sobre todo, denuncian la dejadez institucional en el empeño de publicitar o facilitar este arte que es uno de los cromosomas dominantes del gaditano.
Como a la suerte hay que llamarla, LA VOZ ha organizado una nueva cita de su Laboratorio de Ideas enmarcado en el ciclo 'Cádiz es Futuro', patrocinado por Fundación Cajasol, Fundación Cruzcampo, Hidralia, Unicaja y Viesgo y dedicado en esta ocasión al flamenco.
Del lado de los artistas, Alonso Núñez Núñez, Rancapino , la veterana figura y enciclopedia flamenca y vital; su heredero natural, Alonso Núñez Fernández, Rancapino Chico ; y la promesa hecha realidad de los cantes de Cádiz, David Palomar . La Cátedra de Flamencología de Cádiz, que entre otras labores tiene la de estudiar, velar y proyectar el cante jondo, estuvo representada por su secretario, Juan Reyes . Junto a ellos, Javier Fernández, Chico , de Flamenco de La Isla, una promotora cultural que, entre otros proyectos, ha sido co-impulsora del Festival La isla ciudad flamenca, un monográfico en torno a este arte que ocupa nada más y nada menos que 42 jornadas del verano de San Fernando. El periodista de ABC y experto Alberto García Reyes moderó el encuentro, celebrado en el Parador Atlántico.
El cantaor chiclanero lo abrió y espetó la primera verdad. «Se necesita más promoción porque el flamenco es nuestra cultura. Cádiz tiene 25 cantes distintos de flamenco, sin embargo, parece que solo importa la comparsa». «Cádiz es la ciudad más musical del mundo, la más creativa, si lleváramos el flamenco en paralelo al Carnaval... Habría que procurar ese equilibrio», apuntó entonces Juan Reyes.
Paco de Lucía y Camarón abrieron una ventana al mundo. Detrás de ella, hace siglos, Enrique el Gordo, el sevillano Silverio Franconetti, «todo el trajín con Iberoamerica hasta Manuel Torre . El de La Isla es una consecuencia de todos esos», subrayó Alberto García Reyes. El periodista propuso la medida matriz para situar al flamenco en el lugar que le corresponde. La proyección estratosférica y el rendimiento económico más allá del de las personas que ofrecen su arte, vendrá solo.
Para los expertos reunidos, lo primero que necesita el flamenco es un proyecto educativo , que forme parte de la formación reglada de los niños andaluces. «¿Cómo se va a amar algo que no se conoce», se preguntó el experto de ABC. «En Cádiz se necesitan buenas escuelas profesionales, hay calidad y arte de sobra, pero falta respeto para con el flamenco», abundó Palomar, acostumbrado a la pasión con la que en otros países como el lejano Japón sienten por todo lo relacionado a este arte, desde 2010 considerado como Patrimonio Inmaterial de laHumanidad.
La Cátedra propone el Centro de Interpretación del Flamenco y un Concurso Nacional de Cantes de Cádiz
En este sentido, también se habló del respeto del propio artista. «Debe haber más humildad, no todo el mundo tiene capacidad para subirse a un escenario», apuntó Javier Fernández. Por eso, porque «no se puede engañar al aficionado», éste debe tener el conocimiento mínimo para disfrutar.
Con todo, y mientras la exigencia de incluir al flamenco como asignatura en los centros educativos depende de los gobiernos, el sector apuesta por sus propios proyectos. Por ejemplo, la Cátedra de Flamencología presentó al Ayuntamiento de Cádiz hace apenas unas semanas el suyo de la creación de un Centro de Interpretación de Arte Flamenco . El alcalde gaditano, José María González, mostró buena disposición, pero no concretó su apoyo.
Cultura del emprendimiento
«La institución se está aprovechando de la autogestión», apostilló el cantaor David Palomar, para abrir después otra vía en el debate. La de la escasa ayuda de las administraciones para con el flamenco. No sin antes hacer autocrítica: «la subvención ha mal acostumbrado al flamenco». Para los citados, hay otras muchas formas de incentivar la creación y facilitar su promoción. Y más teniendo en cuenta que se trata de un sector, el cultural, trabado por los altos impuestos, los costes de producción y la incierta previsión de las taquillas. Por ejemplo, las administraciones podrían facilitar ese camino con la cesión de espacios. No se trata de ceder el Falla o el Villamarta (por poner algunos casos) a todos los artistas independientemente de su nivel, pero sí aprovechar las diferentes salas (de tamaño y temática) de la que disponen las distintas administraciones locales.
Esa sería una ramificación más de la gran apuesta que, a juicio de los expertos reunidos por LA VOZ, deberían hacer los ayuntamientos y diputaciones en materia de difusión del flamenco. La de incluir una completa y diversa programación de espectáculos en sus espacios escénicos . A menudo, las fundaciones privadas suplen esa ausencia con sus propias agendas, además de patrocinar otras muchas actividades.
«Las subvenciones han malacostumbrado a los artistas», reconoce David Palomar
En el caso de Cádiz capital David Palomar propone la organización de una muestra flamenca, un festival, al principio modesto para ir creciendo después y colocarse al nivel del de Jerez. Una referencia, al menos en este apartado (en la edición de 2015 se registró una afluencia de 33.500 espectadores). «Traería al Pleistoceno flamenco y a turistas. El dinero está fuera», argumentó el cantaor.
En una línea similar, aunque más enfocada a la puesta en valor de la particularidad de lo local, ahondó Juan Reyes. La Cátedra de Flamencología ya ha redactado las bases de lo que vendría a llamarse Concurso Nacional de Cantes de Cádiz y los puer tos, un certamen de «primera categoría», que aprovecharía la promoción del flamenco a nivel interno, su reconocimiento, para extenderlo después al resto de España.
Rancapino recordó que para escuchar buen flamenco -valga también el resto de manifestaciones de este arte- hay que pagarlo, así como el hecho de que el flamenco «siempre estuvo muy mal tratado». Palabra de maestro. El mismo que dice que «el cante es con falta de ortografía» o que él tiene los callos fruto de su trabajo en los nudillos y no en la palma de la mano. Marcar el compás sobre una mesa baja de madera tiene la culpa. Rancapino, que ha forjado su leyenda dejándose la garganta en centenares de ventas y peñas, sabe como ningún otro la importancia de mimar al público.
En este momento de la conversación surge de nuevo lo crucial que resulta para el flamenco el factor educacional. Pero también el didáctico. Rancapino Chico apuesta porque un presentador u otra persona experta explique los palos que el cantaor va a interpretar o ha interpretado en el recital. Una iniciativa que el resto de participantes extenderían a las escuelas. La creación de una especie de red de talleres o conferencias orientados a los más pequeños previas a las actuaciones. «Hay que atacar en la raíz, en la formación. La propia exigencia del ciudadano bien formado hará implicar a todas las ramas del flamenco . De la misma manera que un niño estudia la poesía de Juan Ramón Jiménez, tendría que estudiar quién fue la Niña de los Peines», insistió Alberto García Reyes.
Medios de comunicación
De la labor de los medios de comunicación también se debatió en este laboratorio de ideas. El periodista abogó por una modernización en la manera de comunicar el arte flamenco, más accesible, destinada a un público universal. Los cantaores lamentaron que en las radiofórmulas no se apostara por el flamenco, así como las televisiones, que relegan los programas dedicados al cante jondo a la madrugada.
Tacita a tacita. David Palomar llevará el flamenco, una vez pasado el Carnaval, a la televisión municipal. Existe sobre la mesa el proyecto de un programa coordinado por el cantaor que difunda «la profesionalización del flamenco». Un espacio televisivo para recuperar, homenajear y proyectar a los grandes y a los nuevos talentos. A lo que se hizo y se hace en esta materia.
«Qué difícil es comer despacito cuando hay ganas de comer». Con esta frase de otro maestro, Curro Romero, los participantes de este debate reconocieron que el cambio, los pasos a cumplir, se dan muy lentamente. ‘Cádiz es futuro’ y el flamenco, tan andaluz, tan gaditano, constituye un pilar irrenunciable.