TRIBUNALES
El fiscal pide 22 años de cárcel para el presunto parricida de Sanlúcar
Considera que el joven Antonio Núñez asesinó a su padre de ocho puñaladas atacándole por la espalda
La Fiscalía solicita 22 años de prisión para Antonio Núñez , el presunto parricida acusado de matar a cuchilladas a su padre en la casa familiar de Sanlúcar. El Ministerio Fiscal lo considera autor de un delito de asesinato con agravante de parentesco e interesa la apertura de juicio oral que se celebrará en la Audiencia Provincial con jurado popular.
Los hechos ocurrieron el 13 de noviembre del año pasado en la casa donde el procesado vivía junto a sus padres y dos hermanos ubicada en la calle Cruz del Monaguillo del municipio sanluqueño. Según el fiscal, en torno a las seis de la tarde, el supuesto parricida, acuciado por las deudas que tenía, inició una fuerte discusión con su padre. En ese momento estaban solos en el domicilio. En el transcurso de la pelea, el hijo se dirigió a la cocina de la casa y tras ponerse unos guantes de látex para no dejar huellas cogió un cuchillo de 13,5 centímetros de hoja con el que se dirigió hacia su progenitor por la espalda con la intención de acabar con su vida.
Según el Ministerio Público, el procesado asestó a la víctima ocho puñaladas en la zona de la espalda, cráneo, cuello y pecho. La víctima falleció de un shock hipovolémico como consecuencia de las heridas sufridas. Tras el ataque –continúa su relato el fiscal– el joven se cambió de ropa metiendo la que había manchado de sangre junto con las zapatillas, los guantes y el cuchillo en una bolsa de plástico de color gris que posteriormente arrojó a un contenedor cuando se dirigía de camino a la comisaría a denunciar los hechos.
Destaca el Ministerio Público el hecho de que el acusado, pese a su edad, 18 años, mantenía un elevado nivel de gastos a los que no podía hacer frente y a que no realizaba actividad laboral alguna, lo que le generó una cuantiosa deuda . Por ello, y ante la necesidad imperiosa de obtener dinero, el acusado llegó incluso a contarle a una amiga y compañera de instituto su intención de acabar con la vida de su padre para poder así cobrar la herencia.
La propia actitud del investigado fue sospechosa desde el principio. Encontró el cadáver y le dijo a los agentes que «creía» que su padre estaba muerto. No llamó a emergencias al verlo tirado en el suelo encima de un inmenso charco de sangre, ni tampoco a la Policía de manera urgente. Además fue dos veces a la comisaría, aparentemente nervioso y dando, según los investigadores, versiones confusas. El informe forense desveló que la víctima tenía una decena de puñaladas por su cuerpo, entre otras zonas, en las manos, lo que podría significar que el padre intentó parar los golpes que estaba recibiendo.
Vida de lujos y deudas
Recién cumplido los 18 años, el presunto parricida no tenía empleo pero esto no le impedía llevar una vida llena de ostentación y lujos. No le faltaba el último modelo de móvil, el más moderno y caro. Dicen que le gustaba presumir de lo que tenía sin decoro. Pagaba cenas, viajes... Pero mientras él aparentaba tener este amplio poder adquisitivo, en su casa la situación era bien distinta. Su padre, de 43 años, era conductor de una empresa de autobuses local y llevaba toda la vida trabajando para poder sacar adelante a su familia, a su mujer y a sus tres hijos, incluido a Antonio, el hijo mayor del matrimonio.
Una de las tesis que se manejan es que un aviso del banco pudo desatar la pelea que acabó de forma fatal. Desde la sucursal advirtieron al padre que tenía a su nombre una deuda acumulada de unos 90.000 euros por haber solicitado multitud de créditos ‘fáciles’ en los últimos meses y además, haber ido sumando intereses. Al parecer el hijo pudo hacerse pasar por él.
El acusado, se encuentra en prisión provisional por esta causa desde que fue detenido tras el crimen.
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