Análisis
La explicación al suceso de Conil: un fenómeno conocido como 'resonancia de los puertos'
El fenómeno es bien conocido en otros lugares de España y por quienes nos dedicamos a la Ingeniería Marítima
Ayer me levanté con la noticia publicada en la prensa local sobre un «extraño» fenómeno que sucedió en el Puerto de Conil , con un vídeo en donde se apreciaba lo sucedido. Como era de esperar, en las redes sociales circularon todo tipo de comentarios, asociándolo a un posible tsunami, o al afelio —situación que se da cuando la tierra pasa por el punto más alejado del sol—. En los comentarios, de lo más dispares, había quien decía que era un fenómeno que no se había dado nunca y algunos, los que menos, que sí. Por otro lado, Protección Civil, con buen criterio, pero sin explicar el «extraño» fenómeno , llamaba a la calma .
Me dediqué a contestar en Facebook muchos de estos comentarios, y hubo gente que me lo agradeció y que reconocía que era la primera vez que oía una explicación como la mía.
Dicho esto, debo decir que ese fenómeno no es «algo extraño «, y ni mucho menos se debe a un previsible tsunami, ni a lo del 'afelio', ni a las mareas . Quizás debiera matizar que no es un fenómeno «extraño » para los que nos dedicamos a la Ingeniería marítima, ni tampoco en algunos otros lugares de España, como a continuación explicaré. Entiendo, no obstante, la preocupación suscitada y, por ello, me alegraría el poder dar luz a este asunto.
Si vivieran en Menorca, en la preciosa población de Ciudadela, les parecería algo relativamente normal, a lo que allí están acostumbrados. Que yo recuerde, una de las veces coincidió con la fiesta del patrón, el día de San Juan, fecha en la que el bonito puerto de Ciudadela estaba abarrotado de embarcaciones. El resultado fue la rotura de las amarras de los barcos , que entraban y salían por la bocana arrastrados por fuertes corrientes, sin apenas existir oleaje dentro de su dársena rectangular. El puerto, a su vez, se llenaba y vaciaba de forma rítmica. Dicho fenómeno se conoce allí como «raissaga».
En el Cantábrico , nuestro gran maestro, el Profesor Iribarren, solucionó el problema de las «resacas» en el Puerto de Motrico. Don Ramón Iribarren —un genio reconocido internacionalmente— desarrolló en su libro ' Obras marítimas ', que conservo con veneración, la teoría de la ' resonancia ' de las dársenas portuarias. Ésta la comprobó mediante un ensayo en modelo reducido en el Laboratorio de Puertos, en donde tuve el privilegio de iniciar mi carrera profesional.
Para ello reprodujo con una paleta de oleaje una serie de 'ondas largas' (de más de 200 segundos) y altura pequeñísima, y tomó fotografías de larga exposición a un conjunto de bolitas de corcho fosforescentes esparcidas por las dársenas del puerto. Curiosamente, las bolitas apenas se movían al inicio, hasta que, para un periodo específico de la paleta, éstas entraban y salían del puerto a gran velocidad y con grandes desplazamientos . Fue tan elegante su experimentación que los asistentes del Congreso Permanente Internacional de Navegación, en donde se presentó por el año 1950, rompieron el protocolo establecido y le proporcionaron un largo aplauso. Esto es algo que me gusta contar siempre a mis alumnos, conteniendo la emoción.
Fíjense si se trata de algo tan conocido para los que nos dedicamos al mundo de la Ingeniería Marítima, que en uno de nuestros ejercicios de prácticas del curso de ' Especialización práctica de Ingeniería Marítima ' organizado por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Andalucía, y que dirijo, se pregunta que den respuesta a este fenómeno en el Puerto de Conil. Nunca esperábamos que algo que para nosotros resultara tan normal, como eso de la ' resonancia de los puertos ', iba a causar tanto revuelo en Cádiz. Aunque entendemos, eso sí, que haya creado cierta alarma social, al no ser algo habitual en esta zona.
Se preguntarán ahora: ¿qué es eso de la ' resonancia de los puertos ' ?, ¿ cómo se produce ?, ¿qué factores intervienen?, ¿puede volver a suceder en ese u otros puertos?, ¿cómo se forman esas ondas largas?, etc.
Les tengo que contestar que las «cosas del mar» no son fáciles de explicar y que me encantaría hacerlo ahora, si dispusiera de más espacio. Por ello, y abusando de su amabilidad y si me lo permiten, trataré de explicarlo en mi siguiente artículo. Mientras tanto, ¡no se alarmen, por favor!
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