SUCESOS
El eterno mapa cambiante del narcotráfico
La presión policial provoca que los narcos vayan modificando de manera cíclica cada cierto tiempo sus puntos de travesía y alijos
Las últimas investigaciones confirman que sus actuaciones se extienden por la provincia de Cádiz y por fuera de ella. «Van donde creen que les será más fácil y donde también encuentran cobertura»
Es complicado trazar un mapa exacto de la provincia de Cádiz donde los narcotraficantes intentan descargar la droga que traen desde Marruecos. Y lo es porque justamente no hay un punto fijo, un lugar o lugares exactos donde se realicen todos esos alijos durante un largo periodo de tiempo. Se mueven por zonas, por la línea de costa que elijan, sea de mar, de estero, de río… aquellos sitios donde, según sus planes, creen que les va a ser más fácil y rápido, o menos arriesgado o donde han encontrado cobertura o colaboración de otros, o donde están sus 'collas', o donde pueden esconder las 'gomas' o transbordar el hachís a recreativas… depende del modo que usen, allí irán.
Y esto va cambiando . Y lo hace de forma cíclica. Las últimas investigaciones policiales han venido a confirmar un hecho que saltaba esta semana a los medios que titulaban acerca de que las mafias del narcotráfico se están trasladando a otras provincias como Málaga o Huelva, aliándose además entre ellas. Sin embargo esta circunstancia tampoco es nueva. «Lleva pasando años» , coinciden varias fuentes consultadas que tienen sobrada experiencia.
Y si se tira de hemeroteca o de memorias judiciales, así es. Normalmente las causas abiertas contra este tipo de organizaciones demuestran que la itinerancia es una de las principales características de estas redes que se van moviendo según se vaya actuando contra ellas . Por ejemplo cuando hace ya más de una década se comenzaron a instalar las cámaras de videovigilancia (SIVE) por el Estrecho, los narcos empezaron de nuevo a intentar alijar más por la zona de Sanlúcar y la desembocadura del Guadalquivir. Incluso llegaban hasta Huelva y Portugal. O cuando la presión policial se centró en Barbate por una creciente alarma social en la zona, volvieron a empeñarse a desembarcar los fardos por Los Barrios, San Roque, La Línea, Algeciras… «no hay un solo sitio... se expanden. Les gusta siempre hacerlo en su zona, lo que conocen, pero si no, donde encuentran un hueco, allí 'trabajan'».
En el último año ha sido la zona del Campo de Gibraltar la más asediada (también la más mediática). Pero no la única. La acción de desplegar importantes operativos de todos los cuerpos en esa extensa línea de costa ha motivado la reacción de nuevo de ese supuesto traslado de esta actividad delictiva al resto de la provincia. Las aprehensiones que se han efectuado por Zahora, Conil, El Puerto, Puerto Real, Chiclana, incluso Cádiz capital… así lo demuestran. Pueden ser las mismas bandas u otras. Pero el tráfico continúa. «Hay mucho dinero detrás».
El modo en el que actúan es muy diverso , según revelan las investigaciones que han llevado a muchos de ellos a prisión o a estar procesados. Cuando se habla por ejemplo de que están alijando por Huelva para eludir la fuerte presión policial que existe actualmente en el Estrecho, se pueden dar dos supuestos: uno, que tengan allí vínculos con 'collas' (grupos que trabajan para narcos) de la zona, o dos, que sean ellos mismos los que trasladan toda su infraestructura (gente, embarcaciones, coches, guardería, etc…) para evitar riesgos y además, no tener que compartir después ganancias.
La actividad de estas organizaciones no toca solo un sitio. En la mayoría de las ocasiones la investigación puede comenzar en un lugar donde se ha producido una incautación y se ha empezado a tirar del hilo pero abarca muchos otros. Hay gran cantidad de ejemplos. Como la última macrooperación desarrollada por el nuevo grupo específico de acción OCON Sur de la Guardia Civil en La Línea contra los 'herederos' de Los Castañas. La instrucción de esa causa, la llamada 'operación Trapera', se realiza en un juzgado de Estepona porque fue allí donde se inició este procedimiento.
Otro ejemplo de esta itinerancia es la desarticulación que realizó la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional de una red asentada en La Línea y que para colar la droga se ayudaban de drones. Hubo doce detenidos. Durante la investigación se comprobó como algunos de ellos viajaban habitualmente al litoral de Levante para atar sus negocios y cuando se les interceptó estaban a punto de introducir 600 kilos de hachís por la costa almeriense. Sin embargo, el 'centro de operaciones' lo tenían en la localidad linense.
Una muestra más. La 'operación Cuatro y Medio'. La investigación se inició en Sanlúcar a raíz del secuestro y la tortura de un joven al que arrancaron en un ajuste de cuentas dos falanges de una mano. Operaban por el Guadalquivir, sin embargo la guardería la tenían una nave industrial de Jerez y uno de los todoterrenos que usaban lo habían traído desde Málaga (una práctica común también, robar los coches en otras provincias).
La Bahía, también
Y es que este ir y venir de prácticas delictivas cuyo epicentro puede ser el Campo de Gibraltar, la zona costera de la Janda o el Guadalquivir han terminado por salpicar a toda la provincia. Como la banda del 'Galopa' de Sanlúcar, expertos en alijar utilizando recreativas. Cayeron en la operación conjunta ‘Euyún’ después de una investigación que se inició a partir del hallazgo de tres fardos que dejaron abandonados (posiblemente huyendo al ser detectados) en el Castillo de San Sebastián, en Cádiz. Utilizaban pequeños puertos deportivos de la Bahía como punto de botadura y partida de la embarcación de pesca donde ocultaban el hachís. Bajo la apariencia de salir a pescar, como cualquier otro aficionado, se adentraban mar adentro hasta un punto previamente convenido donde desde una ‘goma’ les pasaban la mercancía que debían llevar. Ya con la carga volvían a puerto otra vez con las cañas echadas y todos los enseres propios de unos supuestos pescadores.
El narcotráfico de bandas organizadas también se ha dejado notar con intensidad en El Puerto. El Poblado de Doña Blanca ha sido escenario de diversas intervenciones policiales. Como la semirrígida que se encontró cargada en un camión, o también la droga encontrada en las inmediaciones de los Toruños y en zonas de marismas.
Otro de los 'daños colaterales' de la expansión de estas redes han sido los robos de todoterrenos de alta gama que se han producido en zonas residenciales como Vistahermosa o El Águila. En abril del pasado año, la Policía Nacional detenía a tres individuos que supuestamente se dedicaban a surtir a los narcos de todoterrenos de alta gama. Los robaban entrando en las viviendas de sus víctimas a por las llaves. Algunos de estos automóviles fueron recuperados en Algeciras, San Roque o La Línea, abandonados en la calle o en aparcamientos públicos, llenos de arena después de haber servido presumiblemente para transportar la droga. En Valdelagrana también se produjeron algunos de estos robos pero sus autores, que iban encapuchados, actuaron con mayor violencia.
Y también en esta urbanización, hace un par de semanas, la Guardia Civil detenía a un joven acusado de supuestamente abastecer de armas a los narcotraficantes. En el registro de la vivienda, los agentes encontraron diverso armamento además de sustancias estupefacientes.
La comarca jerezana tampoco se libra. De hecho, algunas fuentes apuntan a que ha habido un importante repunte en la actividad de bandas organizadas en esta zona. Su gran extensión y su localización entre el Estrecho (donde se pasa) y Sevilla (donde se distribuye y vende), alejados del núcleo más activo, sirve a muchas de estas redes como el 'escondite perfecto'.
Sin embargo, la batalla continúa y continuará. «Pueden cambiar de formas, insisten, pero, al final, todos terminan cayendo», nos dicen.
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