Guerra.Rusia Ucrania
Una estudiante de la UCA sirve de intérprete en zona de guerra en Ucrania: «No da tiempo a tener miedo»
Ariadna, doctorando de Artes y Humanidades en la universidad gaditana, lleva desde el comienzo de la invasión trabajando de guía y traductora para periodistas españoles
![Ariadna lleva desde el inicio de la guerra atravesando por carretera el país.](https://s1.abcstatics.com/media/provincia/2022/03/14/v/adrianaok-U50337749413LeG--1248x698@abc-Home.jpeg)
Ariadna tiene 31 años y sobrada experiencia y preparación. Ha trabajado en varios universidades de su país, Ucrania, como profesora de español pero también está muy unida a Cádiz . Actualmente está realizando la tesis de su doctorado en Artes y Humanidades en la facultad de Filosofía y Letras de la UCA. Sin embargo, como le ha ocurrido a casi todos sus compatriotas, la violenta invasión rusa a su país lo ha parado todo y ella permanece allí y hace de intérprete para los medios hispanos, «para que se conozca lo que está ocurriendo». Cree que es la mejor forma que tiene de poder ayudar.
Nos atiende por teléfono. No es fácil que tenga un momento porque va conduciendo yendo de uno a otro lugar sin parar desde que estalló el conflicto. Atravesando lugares que ni sabe cómo podrán encontrárselos. Superando obstáculos y problemas continuos. Y viendo de cerca el terror.
Y así, entre el miedo y la huida pero con la sensación de estar haciendo lo que debe, sigue. Como profesional y como ucraniana. «Sí, siento la necesidad de hacerlo . Es mi profesión. Y además ahora es muy importante que el mundo sepa la verdad. Que los medios hispanohablantes se lo cuenten al mundo hispanohablante. Así es la guerra, siempre es dura, siempre es horrible. Ojalá acabe pronto», cuenta.
Ariadna recuerda que la noche de los primeros bombardeos estaba en Kiev. Lo rememora con exactitud. «Fuedel 23 al 24 de febrero. Eran las 3.40 de la madrugada y me despertaron las explosiones. Hablé con mi familia... ya era evidente, ya había llegado la guerra». La salida fue el siguiente episodio. «Todo estaba bloqueado. Nunca había visto tantos tanques por la carretera en mi vida».
Ahora, (cuando logramos hablar con ella), se encuentra en la parte occidental del país. Y comienza a explicar cuál es su situación. A miles de kilómetros parece increíble que ocurra algo así pero, como insiste, es verdad. Está pasando. «Hoy ha sido la cuarta noche que hemos tenido alarma, y no hemos dormido. Las demás habían sido por el día. Cuando suena tenemos que bajar al refugio inmediatamente». Y esas alarmas no eran tampoco falsas.
Eran reales: «Las sirenas sonaron porque estaban bombardeando a una población que está a 25 kilómetros de la frontera con la Unión Europea, y a 57 de donde estoy ahora, ocho cohetes que dieron en el blanco. ¡Están bombardeando a la población civil!. Y eso es verdad. Por eso pedimos que cierren el espacio aéreo porque desde ahí llegan los bombardeos hacia los edificios residenciales. En todo el país. ¡Esto es muy cruel. Cuando no se respetan ni los derechos internacionales ni los derechos humanos y cuando están matando a niños... tienen que cerrarlo ya!».
Pero a pesar de todas esas terribles escenas y esos sonidos de la muerte que está viviendo tan cerca, Ariadna resiste. Lo tiene claro. «Es una guerra que ataca hospitales infantiles o prenatales como ha ocurrido en Mariúpol donde el ejército ruso tiene bloqueada la ciudad y la gente no tiene agua, ni comida, no tienen electricidad, están sin calefacción en pleno invierno... Es una guerra cuando en los pasillos verdes cuando le gente pretende salir, en los territorios ocupados, en cuanto salgan, les está disparando el enemigo. Disparan y no respetan ni a los periodistas ni a los equipos médicos. Así lo estoy viviendo», explica con una voz firme y relativamente tranquila, a pesar de todo lo que ahí a su alrededor.
«¿Y no tienes miedo?», se le cuestiona. «Bueno... no tengo miedo, tampoco tienes tiempo de tenerlo, todo está pasando tan rápido que cada uno está haciendo lo que puede. Pienso que es mi profesión y es lo que estoy haciendo. Por eso estoy aquí».
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