Cádiz
Este lunes arranca la campaña de vacunación contra la gripe en Cádiz
Los farmacéuticos alertan de que una falsa percepción de seguridad frente al contagio de enfermedades puede relajar cumplimiento del calendario de vacunas

«Evitan la muerte de millones de personas». Así de contundente se muestra Alberto Virués, secretario del Colegio de Farmacéuticos de Cádiz cuando se le pregunta sobre la importancia de las vacunas, un medicamento que salva cada año más de 2,5 millones de vidas y cuya relevancia es vital no minimizar. Más ahora que el escándalo de las « vacunas fantasmas de la gripe » aún está latente.
Según ha denunciado la Consejería de Salud de la Junta, desde 2012 se ha estado inflando los datos del número personas vacunadas y, de confirmarse, el desfase afectaría a casi un millón de andaluces. No es una cifra baladí pues si se maquillan los datos se enmascara un problema y, más allá de las repercusiones políticas, es un problema de salud pública. Con estos antecedentes arranca, hoy lunes, la campaña de vacunación de la gripe 2019-2020 dirigida a los cuatro grandes grupos de riesgo: personas de 65 años o más, embarazadas, personas con patologías crónicas a partir de 6 meses de edad y personal sanitario y profesionales como los de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Como novedad se ha incluido entre los grupos diana a menores de entre los 6 y los 24 meses de edad con antecedentes de prematuridad menor de 32 semanas de gestación; a personas con trastornos de la coagulación y a personal de oficinas de farmacia.
En Andalucía, durante la temporada pasada, se registraron 95.834 casos leves de gripe, se produjeron 4.080 hospitalizaciones con gripe confirmada y de estos 1.416 fueron casos graves.
Resurge el sarampión

Las vacunas son vitales porque gracias a su eficacia, enfermedades como la viruela y la poliomielitis han sido erradicadas en España. También han ayudado a disminuir la expansión de la tosferina y las paperas pero el sarampión está resurgiendo en Europa. Así, de 26.000 casos en 2017 se ha pasado a 93.000 en 2019, según destacaron los expertos en la III Jornada sobre Vacunaciones de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) que se ha celebrado hace unos días. Y el año aún no ha terminado.
El Ministerio de Sanidad indica que la situación epidemiológica del sarampión en España « no es de urgencia » ya que se considera como «eliminado» desde el año 2016 pero no se debe relajar el control del calendario vacunal porque los datos muestran que los casos se han cuadriplicado en tres años en países vecinos como Italia (sobre todo la zona norte), Alemania y Francia.
En Andalucía se han registrado 6 casos en lo que llevamos de este año 2019, frente a 5 casos en 2018, 21 en el año 2017 y 2 casos en 2016. La mayoría de ellos han sido importados, es decir, contagiados fuera de España y diagnosticados al llegar a Andalucía. Y es que los grupos de mayor riesgo son la población extranjera de países donde las campañas de vacunación no son sistemáticas y los españoles que por edad no han sido vacunados. Como ocurre, por ejemplo, en los bebés menores de 12 meses que aún no tienen edad para ser inoculados. En la provincia de Cádiz se ha registrado un único caso en este 2019, y no hay constancia de casos en los tres años anteriores (2018, 2017 y 2016).
El sarampión es muy contagioso ya el virus puede vivir hasta dos horas en superficies que han tocado los personas infectadas o en el aire tras un estornudo o una tos. Y aunque en España la cobertura es muy alta, la enfermedad puede estar tan solo a un viaje en avión de distancia. «Hay una disminución de la percepción del riesgo y se dejan de usar métodos barrera», apunta Virués. Perder el miedo, la concienciación o relajarnos sobre la importancia de la vacunas puede ser letal.
Por esta razón, los ocho Colegios de Farmacéuticos de Andalucía, que representan a los más de 12.600 farmacéuticos, han firmado un manifiesto para «poner en valor» esta herramienta de prevención de enfermedades y defenderlas como «un medicamento seguro y eficaz ante la controversia surgida por grupos reticentes a su utilización o que desaconsejan arbitrariamente su uso».
Cuando una familia opta por no vacunar a sus hijos también exponen a otros niños como es el caso de los bebés. La vacuna de la triple vírica (que previene al mismo tiempo de sarampión, rubéola y parotiditis –paperas–) tiene una la tasa de cobertura en Andalucía del 98% a los 12 meses y del 96% a los 3 años. Una tasa muy alta pero es importante saber que son necesarias dos dosis de vacuna contra el sarampión durante la infancia para una inmunización efectiva. Por ello, se aconseja acudir a los centros de salud y consultar con el médico de familia a las personas nacidas en España a partir de 1970 que no hayan padecido la enfermedad y que no tengan historia de vacunación con dos dosis. Para los nacidos antes de 1970, se asume que son inmunes por haber estado expuestos a la enfermedad con anterioridad.
Movimiento antivacunas
El movimiento antivacunas, que se opone a la vacunación de los niños porque la consideran antinatural, es estadísticamente un peligro para la sociedad. En algunos países se ha cambiado la regulación para que las vacunas sean obligatorias, no voluntarias, con el objetivo de evitar que los contagios se multipliquen por padres que deciden no inmunizar a los niños por un miedo infundado a los efectos secundarios o por recelos ante algunas vacunas incluidas en el calendario de sus hijos. Sucede, especialmente, con la vacuna de la hepatitis y la del papiloma humano. Otro de los falsos mitos es que la triple vírica desencadena el autismo. Un bulo que se sustentaba en el fraudulento estudio del doctor Andrew Wakefield, que fue refutado de manera contundente por la revista Lancet. Wakefield fue expulsado del colegio de médicos británico.
«La evidencia científica a favor de la vacunación es aplastante . Todos los estudios apuntan a la misma conclusión y negar su valor es poner en tela de juicio un conocimiento objetivo. Si nadie cuestiona que un diabético necesite insulina si se la han prescrito, ¿por qué ese rechazo a las vacunas? ¿Por qué hay quien todavía las pone en entredicho su seguridad?, reflexiona Virués. Por todo ello, es preciso «trasladar a la población la necesidad de vacunar y de seguir fielmente el calendario y las pautas que se establecen».
