Cádiz
Especies invasoras en Cádiz, mucho más allá del alga asiática
La provincia lleva años sufriendo la llegada de ejemplares exóticos que dañan su ecosistema y también su economía; la 'Rugulopteryx okamurae', que ahora se acumula en playas de Barbate y Tarifa, no es la única
La 'Rugulopteryx okamurae', más conocida como alga asiática, está protagonizando estas últimas semanas multitud de titulares. Pero la molesta y dañina presencia de esta alga en las playas de Barbate o Tarifa, entre otras, no hace más que sacar a flote una realidad que tiene ... su origen desde el principio de la historia y que va evolucionando o cambiando según ordena y manda la naturaleza u otros factores que la vulneran como el cambio climático o la mano del hombre. Según aseguran los expertos, las especies invasoras son después de la pérdida del hábitat la segunda mayor amenaza de la biodiversidad .
Y todo tiene su principio. Por ejemplo, el alga asiática , cuya reproducción y extensión, se está comiendo los caladeros y tiene efectos devastadores tanto para el turismo como para la pesca de la provincia, llegó a las costas de Ceuta hace unos siete años y desde ahí se propagó hacia el Estrecho. Actualmente se considera «uno de los mayores problemas medioambientales que existen en Andalucía», como señala el Foro y del Instituto de Biotecnología y Desarrollo Azul (IBYDA).
Originaria de las costas de Corea, China, Japón, Filipinas y Taiwan se cree que llegó al Estrecho enganchada en los cascos de los barcos o por las aguas de lastre, las que usan los buques para mantener la flotabilidad, donde podía sobrevivir más tiempo. El intenso tráfico marítimo del Estrecho pudo favorecer esta posibilidad, además del calentamiento de las aguas debido a los efectos del cambio del clima. A ello se le une su gran potencia reproductiva. Un solo ejemplar es capaz de desarrollar cientos de nuevos ejemplares que al ser liberados forman de nuevo otras poblaciones. Además, no se conoce de qué se alimenta por lo que su extinción intencionada se hace más complicada aún.
Pero la ‘Rugulopteryx okamurae’ no es la única especie invasora que amenaza a la provincia de Cádiz. En España se contabilizan más de dos centenares de organismos de este tipo.Decenas de ellos se asientan ya en Cádiz. Hay varias especies de algas, pero también otras especies de flora (las más numerosas), crustáceos, peces, o aves como la cotorra de Kramer –aún en observación–.
En algas por ejemplos se han detectado especies como el alga harpón , un alga roja, que se extiende por el Mediterráneo y también ya por el Atlántico en las costas de Málaga, Cádiz, Almería y Granada. Llegó desde el oeste de Australia, seguramente por transporte marítimo, y puede ser una epifita sobre otros organismos, en particular especies de coralinas, colonizando muchos hábitats diferentes, desde charcas litorales a fondos rocosos de hasta veinte metros de profundidad.
También, y según el catálogo que maneja la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, obligada al control y también a la detección y seguimiento de la expansión de estas especies y su posible erradicación, también se tiene constancia de la existencia en aguas de Cádiz del Sargazo japonés , un alga parda de hasta cuatro metros de longitud que se detectó en San Fernando en 2012 y también en Tarifa en 2009. Procedente del sureste de Asia, se baraja que pudo entrar en el Atlántico como acompañante accidental en cultivos de ostiones.
La proliferación de esta especie en grandes frondes causa daños en el agua lo que provoca problemas de supervivencia para el resto de especies. Además si se acumula en las orillas o cerca de ellas causa mal olor debido a su degradación. También puede provocar el atascamiento de redes de pesca e, incluso, dificultar el tránsito de las embarcaciones.
El alga asiática, el sargazo japonés, la uña de león, el camalote o el cangrejo azul son solo algunas de las especies invasoras que amenazan la biodiversidad, las aguas, la agricultura... la economía de la provincia
En cuanto a la flora , hay numerosas especies consideradas como invasoras. Como el caso del camalote o jacinto de agua que está comenzando a afectar sobre todo a la zona del Guadalquivir. Debido a su capacidad de flotar, es capaz de cubrir por completo amplias zonas del río, bloqueando el paso de luz solar, lo que perjudica a toda la cadena trófica del ecosistema local, desde el fitoplancton a las especies buceadores que se ven desplazadas. Al morir comienza su descomposición y putrefacción, lo que provoca un aumento considerable de los niveles de sulfuro de azufre y materia orgánica en el agua, es decir, de contaminación.
Otra planta invasora es la onagra , una planta costera procedente de América que coloniza sistemas dunares, unos hábitats que presentan un alto valor para la conservación de la biodiversidad. Esta especie, de unos 30 ó 50 centímetros de altura y de vida corta, se identifica por sus grandes flores amarillas, que pueden aparecer durante todo el año. En la provincia se ha localizado en determinadas zonas de la costa de Chipiona y en el litoral de Chiclana.
Y aunque catalogada como invasora, ya una de las más ‘conocidas’ es la extendida sobre todo por la costa occidental andaluza, uña de león , una especie que, originaria de Sudáfrica, forma densos tapetes que actúan desplazando a la flora dunar costera (nardo marítimo, cuernecillo de mar, barrón, espigadilla de mar, alhelí de mar, etc.). Además, provoca la disminución de la luz incidente en el suelo y de la germinación de especies autóctonas; y altera la dinámica dunar.
Pero además de algas o plantas también se contemplan varias especies de crustáceos como invasores. De hecho, hace un año un equipo del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN), centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Cádiz, en colaboración con investigadores de la Universidad de Bangor de Reino Unido y del Museo de Historia Natural de Israel realizaban un estudio sobre el incremento de la llegada de nuevas especies exóticas de crustáceos decápodos al Golfo de Cádiz. En él mostraban que esta área es «especialmente vulnerable» a las invasiones procedentes del mar Mediterráneo y de la costa oeste africana, en este último caso acentuadas por el calentamiento global.
«Zona vulnerable»
Así concluían que en los últimos cinco años se ha detectado la presencia de hasta cuatro nuevos crustáceos decápodos en la zona del golfo. Estos son: el camarón pistola africano, que se encuentra en los fondos fangosos de la zona intermareal de marismas y estuarios; el camarón limpiador de África occidental ‘Lysmata uncicornis’, presente en el submareal de zonas costeras rocosas; el langostino tigre gigante, ‘Penaeus monodon’, encontrado en la desembocadura del estuario del Guadalquivir; y el cangrejo azul ‘Callinectes sapidus’, detectado en 2017 en varias localidades, y que a día de hoy es la especie, de las cuatro, que más se ha extendido por todo el litoral gaditano.
Según el estudio, « el Golfo de Cádiz es cada vez más vulnerable a las especies no autóctonas , y podría llegar a considerarse un punto caliente de especies exóticas». Entre los principales motivos, el intenso transporte de mercancías por barcos en los puertos de la región, el aumento de la temperatura del agua de mar y los grandes cambios antropogénicos ocurridos en la zona costera. Como insistían el calentamiento del agua de mar puede estar favoreciendo la llegada y el posterior establecimiento de especies africanas. «Su expansión hacia latitudes más al norte, parece inevitable, por lo tanto, urge identificar los principales vectores regionales y el daño potencial que pueden causar estas especies exóticas en el medio con la idea de mitigar los efectos de su introducción».
Y también hay peces . Es el caso de las gambusias por ejemplo. La gambusia es un pez pequeño de agua dulce (pantanos y ríos). Fue introducida en España en 1921 para el control biológico de los mosquitos y hoy en día está incluida en los catálogos de especies exóticas invasoras. Según su estudio, su presencia en España es abundante sobre todo en el este, el suroeste peninsular, la costa mediterránea y la cuenca del Ebro.
Y por último, entre las aves nos encontramos una ‘novedad’ que en algunas zonas comienza a ser ya muy evidente. La presencia de la cotorra de Kramer , un animal procedente del África subsahariana e India.En España es un animal frecuente en tiendas de animales y zoos, por lo que la existencia de poblaciones asilvestradas se debe a escapes o sueltas deliberadas. Las primeras referencias sobre la existencia de esta especie en libertad son en 1983. En Cádiz se pueden ver ya por todo tipo de zonas abiertas con árboles, bosques poco densos, o en áreas cultivadas y en parques. Su presencia provoca daños a otros animales autóctonos en cuanto a nidificación como rapaces o mirlos, por ejemplo, también provocan daños en la agricultura y problemas de salud pública ya que transmite enfermedades como la psitacosis.
Cuando una especie se cataloga como invasora, la ley no permite explotarla ni comercializarla, es decir, cualquier planteamiento que se haga debe ser de investigación con vistas a conocer más para poder, entre otras cosas, controlarla.
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