INDUSTRIA
En las entrañas del gigante de la Armada
El portaeronaves ‘Juan Carlos I’ se somete en el astillero de Puerto Real a una profunda revisión de su maquinaria al cumplir diez años de vida
El buque pasa en dique seco la inspección reglamentaria de todas las estructuras que permanecen sumergidas durante la navegación
El portaeronaves de la Armada española, el buque anfibio ‘Juan Carlos I’ , es una ciudad flotante con capacidad para albergar a 1.500 personas y hasta 28 aeronaves, entre aviones Harrier y helicópteros. Su popa es una caverna colosal que permite el flujo ... de las lanchas de desembarco en alta mar. Este gigante de las Fuerzas Armadas nació oficialmente en septiembre de 2010 en el astillero de Ferrol y, desde entonces, tiene su base naval en Rota. En estos momentos pasa una importante puesta a punto en la factoría de Puerto Real, donde se inspecciona al detalle toda esa maquinaria que permanece sumergida durante la navegación y que resulta imposible de verificar a flote, por ello se traslada el buque a dique seco. Es lo que en el argot se denomina «obra viva».
Esta actuación, reglamentaria y programada, recorre palmo a palmo las tripas del buque. LA VOZ ha pasado una mañana en el vientre de este gigante, donde la Armada y Navantia realizan una operación quirúrgica que culminará el próximo 22 de diciembre con su flotadura y el izado de su bandera. Ese día, el buque volverá a cruzar por debajo del segundo puente mostrando una cubierta remozada y un corazón engrasado.
No hay lugar al error. Todo está programado, ajustado y controlado. El ‘Juan Carlos I’ llegó al astillero puertorrealeño el pasado 9 de noviembre para abordar una de las intervenciones clave de su ciclo de vida . No se trata de una varada de mantenimiento normal. Es una intervención muy precisa para revisar, mejorar y sustituir, si fuera necesario, el engranaje de su maquinaria. Medio millar de personas, entre personal de Navantia, la Armada y la industria auxiliar, trabajan en turnos para la puesta a punto de este portaviones. Esta inversión alargará la vida y la capacidad del barco.
El ‘Juan Carlos I’ se sometió en el año 2015 a su primera «obra viva» al cumplirse entonces sus primeros cinco años. Esa operación se llevó a cabo en el astillero de Cádiz, adonde regresó en octubre de 2017 para una varada técnica de carácter especial que incluyó el reasfaltado de su cubierta de vuelo y la inspección de su sitema de propulsión y timón.
Coordinación y planificación
Ahora, la Jefatura de Mantenimiento del Arsenal de La Carraca, en San Fernando, entidad que gestiona el ciclo de vida del buque, es la que ha programado esta nueva intervención que se lleva a cabo cada lustro. Mantener y sostener un buque. Estos son los dos verbos que se conjugan en la vida útil de un barco de guerra de la Flota . Estas acciones logísticas necesarias para mantener en plena capacidad operativa comprenden desde las intervenciones más rutinarias, efectuadas basicamente por la dotación del buque, hasta otras más complejas que se delegan en empresas especializadas como Navantia. Precisamente, para desarrollar este tipo de acciones, la Armada cuenta con una estructura logística propia dirigida desde la Jefatura de Apoyo Logístico en Madrid que se asienta a través de los arsenales militares localizados donde la Fuerza Naval tiene base, es decir, Ferrol, Cartagena, Las Palmas y Cádiz. En el caso del buque ‘Juan Carlos I’ es el Arsenal de La Carraca el responsable de todos los aspectos relacionados con su varada y alistamiento logístico.
La coordinación y la planificación es vital para la obra. Cada miembro de la tripulación tiene asignada una función y un tiempo en esta obra, igual que ocurre cuando el barco se encuentra de operaciones en alta mar. Es la sincronización de la marinería para que todo funcione.
El barco, con una eslora de 231 metros y una manga de 32, se encuentra asentado sobre la denominada cama del dique de Puerto Real. Esta situado a estribor debido a que el puente de mando de un portaviones se encuentra en ese lado de la cubierta de vuelo y es la mejor posición para la maniobra.
La visita está a cargo del comandante del barco, el capitán de navío Vicente Rubio Bolívar, que asumió esta responsabilidad el pasado julio al relevar al capitán de navío Francisco José Asensi Pérez, y del coronel Mauel Pérez García.
En el exterior del buque, los ressonsables de su maquinaria se afanan por la puesta a punto de las hélices y de las aletas estabilizadoras . En su interior se lleva a cabo también una renovación de los circuitos y válvulas, además de la limpieza de propulsores y tuberías. Varias grúas han comenzado a tomar posiciones en el dique, ya que se ha llevado a cabo una inspección total del casco para comenzar en breve los trabajos de pintura.
Las acciones logísticas sobre un buque de guerra se realizan con una cuidadosa planificación y sincronización de sus actividades con los compromisos operativos. De esta manera, los buques de la Armada siguen ciclos de inspección estándar de dos años , es decir, varadas habituales de mantenimiento. Al finalizar cada ciclo de dos años, corresponde al Apoyo Logístico efectuar los mantenimientos de mayor entidad que dejan al buque inmovilizado por un período concreto y algo más largo. Normalmente cada cuatro o cinco años, el buque entra en dique para actuar sobre las partes del casco sumergidas y otros sistemas que, de otra manera, no podrían recorrerse. Lejos de ser un período de inactividad, durante ese tiempo la dotación aprovecha para programar cursos, adiestramiento en tierra y también para la obtención de determinadas cualificaciones y certificaciones por su personal.
Prueba de calificación
Así, el ‘Juan Carlos I’, una vez que abandone el astillero gaditano, se someterá a un examen que durará, al menos, cuatro semanas , es lo que se llama la «calificación operativa». Durante este tiempo, una nueva dotación será adiestrada en las funciones y manejo del portaviones y, al mismo tiempo, se pondrán a prueba las actuaciones mecánicas que se han llevado a cabo en sus tripas durante el mes y medio que ha estado en el astillero. El barco estará totalmente operativo en febrero para participar en los ejercicios navales que ya tiene fijados.
Este año, entre el 24 de febrero y el 4 de marzo pasado, participó en el ejercicio anfibio GRUFLEX-20 . Fueron unas maniobras desarrolladas en aguas de la Bahía de Huelva (Campo de Tiro de Médano del Loro) y el Golfo de Cádiz, en la Base Naval de Rota, el Campo de Adiestramiento de la Sierra del Retín (Cádiz) y en las instalaciones del Cortijo de la Señuela (Lebrija). Este tipo de ejercicios anfibios sirve a las unidades de la Armada para adiestrarse periódicamente en operaciones anfibias, con el objeto de mantener la capacidad de proyección de una fuerza en tierra desde la mar, así como de efectuar operaciones de ayuda humanitaria y respuesta a situaciones de crisis.
Cabe recordar también que estre buque participó en junio de 2019 en el ejercicio Baltops, de la OTAN , en aguas del Báltico junto a las fragatas ‘Juan de Borbón’ y ‘Cristóbal Colón’. Su primera misión en el exterior fue en mayo de 2018 en la operación Inherent Resolve, el operativo de apoyo internacional a Irak contra el estado islámico. El ‘Juan Carlos I’ se encargó entonces de transportar hasta Kuwait tres helicópteros Chinook HT-17 y dos Cugart HT-27.
El buque cuenta con un hospital de 600 metros cuadrados con zona de triaje, dos quirófanos, sala de radiografías, UCI y unidad dental. Curiosmente esta unidad es utilizada por los pilotos de aviones y helicópteros por lo efectos de la presión que puedan recibir durante los ejercicios aéreos.
La cubierta de vuelo, de 201 metros, y los hangares interiores, tanto naval como aéreo, dan idea de la versatilidad de este buque , que constituye la principal herramienta de la Armada para garantizar la capacidad de respuesta e influencia global en apoyo a la proyección internacional de España.
Este barco ha sido ejemplo para la Marina de otros países. Navantia ha construido dos buques similares, el ‘Adelaida’ y ‘Canberra’, para la Armada australiana. Actualmente, se encuentra en construcción un nuevo buque de este tipo para la Marina turca en un astillero local.
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