SUCESOS
Así engañan los pederastas a los niños a través de las redes sociales
La mentira y la amenaza son las claves para que los ciberdepredadores consigan su objetivo. Se hacen pasar por quien sea con tal de ganarse la confianza de los menores que caen en sus redes
La Policía Nacional acaba de detener en Barcelona a un hombre acusado de haber cometido un supuesto delito de pornografía infantil. Su víctima estaba a cientos de kilómetros de su casa, en Cádiz . Una niña de tan solo once años que fue engañada por este «depredador sexual» a través de una red de mensajería. Primero se ganó su confianza y según avanzaba la cordialidad entre ellos, iba pidiéndole cada vez más fotos y vídeos de contenido íntimo que ella colgaba como storie con su teléfono móvil.
Este ha sido uno de estos sórdidos engaños pero hay muchos más. Según la Policía, reciben hasta once posibles casos al día en un correo electrónico que tienen habilitado para este tipo de denuncias. La mayoría de estos correos son de padres muy preocupados que descubren que sus hijos han podido ser presa de estos pederastas. Pero, ¿cómo actúan estos ciberdepredadores?, ¿cómo engañan a los chicos y se ganan su confianza?
La primera clave es lo fácil que tienen el ocultar su identidad . Desde el otro lado de la pantalla se crean perfiles falsos, con nombres inventados o incluso llegan a usurpar identidades de otras personas. Mienten sobre su edad y, en muchos casos, sobre su sexo. Por ejemplo hombres maduros de entre 40 a 60 años que se hacen llamar como una mujer, joven, atractiva y con ganas de iniciar relaciones de una supuesta amistad.
Una vez que por las redes sociales atrapan a su víctima , por Facebook, Twitter, Instagram, Whatsapp y otras plataformas de este tipo, comienza el engaño. Lo primero es ganarse la confianza del menor. Pretenden no asustar de primeras. Es decir, inician conversaciones normales, de chicos de esa edad, sobre temas que les gustan o aficiones comunes. Intentan que se relajen y que sigan hablando con ellos cada vez más. Los juegos 'on line' de las videoconsolas son también un perfecto reclamo para tener estos chats íntimos.
También puede ocurrir, y ha ocurrido, que el depredador una vez que ya tiene cierta confianza le envíe al menor un archivo que al abrirse en su ordenador o móvil le sirva de espías. Es decir, que tenga acceso a todas sus fotos y vídeos sin que este ni siquiera lo sepa.
Pasan las semanas e incluso meses y la relación va siendo cada vez más cercana, más íntima. El chico o la chica lo ve ya como un amigo más y le cuenta sus preocupaciones. Entonces el ciberdepredador, que jamás olvida su propósito libidinoso , comienza a entablar otro tipo de conversaciones más subidas de tono. Hasta que logra lo que quiere. Imágenes de esos menores con poca ropa o en otro tipo de actitudes sexuales.
También se ha dado la circunstancia de que se han hecho pasar por productores, directores, guionistas, representantes de televisión, vídeos musicales, etc, o fotógrafos y les han mentido sobre un supuesto casting al que podían apuntarles si les enviaban este tipo de imágenes.
Y así, logrando que la mentira funcione, y teniendo ya las fotos o vídeos de contenido sexual en sus manos, ya llega la amenaza . O le envían más o publicará en redes sociales todo ese material. Una situación que lleva a la víctima a la desesperación. No quiere que sus compañeros de clase, sus amigos o su familia puedan ver algo así. Por lo que el depredador muchas veces vuelve a conseguir su objetivo y sigue almacenando imágenes que servirán para su propio archivo pedófilo o que compartirá con otros de su misma condición.
En cuanto a intentar no ser localizados por la IP (identificador de su red/ordenador), una de las estrategias que usan es conectarse a redes públicar wifi o, en otras ocasiones, utilizar servidores extranjeros que no dejarán rastro o dificultará el que puedan ser cazados.
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