PROVINCIA
Encerrados en la cárcel por su seguridad
Funcionarios de prisiones acampan durante cuatro días en Puerto I para denunciar las «difíciles y arriesgadísimas» condiciones en las que se están viendo obligados a trabajar
'Tu abandono me puede matar' . Un lema directo, claro y sin mucho más que explicar. Funcionarios de prisiones de toda la provincia de Cádiz y del país siguen en la lucha reivindicando a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias que se mejoren sus condiciones de seguridad antes de que algunas de las agresiones que sufren en las prisiones por parte de los reclusos termine de manera fatal.
Por esta causa y para exigir otras mejoras laborales, los trabajadores han estado cuatro días encerrados en Puerto I. Acampados para denunciar dentro del propio centro penitenciario las «difíciles y arriesgadas condiciones» a las que tienen que enfrentarse cada día. Tras este encierro, compañeros de otras provincias como en Canarias o Córdoba tomarán el relevo en esta acción que desembocará el próximo sábado en una gran manifestación en Málaga y, posteriormente, con una huelga general de funcionarios de toda España convocada por los sindicatos.
Según lamentan se sienten «abandonados» y denuncian que no se cumplen las relaciones de puestos de trabajo (RPTS) en los centros. Aseguran que faltan 3.400 plazas de funcionarios y que este déficit acrecienta la peligrosidad en la convivencia que están obligados a mantener con los reclusos. «Las agresiones son continuadas, diarias», avisan.
En este sentido además de más medios para poder garantizar su seguridad y la de los presos, también exigen una mayor formación y que ésta sea continuada en el tiempo e impartida por profesionales.
Por otro lado piden un mayor reconocimiento profesional y social de su labor . Entienden que en muchas ocasiones están obligados a actuar como policías, reduciendo y enfrentándose a menudo a presos peligrosos, con defensas y equipos, a veces anticuados, que tienen que saber manejar; como bomberos, sofocando incendios intencionados en las celdas, o como psicólogos, en situaciones de extrema tensión. Exigen, por tanto, que se les dé una mayor preparación y se les compense además esas funciones en sus salarios.
Además los funcionarios de prisiones demandan desde hace mucho tiempo que se les considere autoridad, ya que dicen encontrarse «totalmente desamparados ante insultos graves y amenazas de muerte a nosotros y a nuestras familias. Este tratamiento frenaría las vejaciones a las que estamos ya acostumbrados por desgracia. Yo insulto o amenazo a un policía de servicio o de paisano, y como mínimo voy detenido o pago una multa. Un interno hace lo mismo y como máximo tiene una sanción disciplinaria».
Las acciones continuarán estos próximos días y desembocará en una huelga general ya anunciada que tendrá su evidente impacto en las cuatros cárceles de Cádiz.