EFECTOS DEL CORONAVIRUS
Los médicos gaditanos: de aplaudidos a agredidos
Los sanitarios de Cádiz denuncian la creciente agresividad que sufre la profesión
«Te confesaré que en abril de 2020 , cuando los ciudadanos salían a aplaudir a los sanitarios, yo me emocionaba profundamente. Le dije a un compañero ‘creo que las cosas han cambiado’ y él me respondió, ‘en unos meses, volveremos a ser los malos de la película’. El tiempo le dio la razón». Abel Saldarreaga es médico de urgencias y trabaja en una UVI móvil en La Janda . Corrobora, y sufre, el aumento de la agresividad en los últimos meses con el sector sanitario con la sexta ola del coronavirus. «El contexto de nerviosismo y estrés que estamos viviendo no ayuda, pero es que a eso se le suma que en ciertos momentos se ha normalizado esa falta de respeto al sanitario», relata este doctor, autor de la reflexión con la que se iniciaba este reportaje.
«Hemos pasado de aplaudidos a agredidos », resume el doctor Gaspar Garrote, secretario del Colegio de Médicos de Cádiz y coordinador nacional del Observatorio de Agresiones a Médicos de la OMC . El doctor insiste en que hay una correlación directa entre la saturación de los centros de salud con la actual situación del covid-19 y las agresiones. «Se están generando unas situaciones de estrés que, al final, termina pagando el profesional sanitario», incide.
Casos como el disparo a una ambulancia en Chiclana ponen en evidencia la tensa situación por la que atraviesa el sector sanitario en Cádiz
Inmediatez contra medicina
El doctor Saldarreaga reflexiona que los ritmos que impone la sociedad actual no son compatibles con los de la medicina. «Estamos en la sociedad de la inmediatez y de la impaciencia, lo queremos todo y ahora... y eso con la atención sanitaria es imposible, ¡si ni siquiera hemos conseguido que se garanticen los diez minutos por paciente!»
Tanto él como el doctor Garrote coinciden en que, también, es necesaria una labor de pedagogía con el ciudadano . «Hemos visto en estas semanas que gran parte de la población, a veces sin siquiera tener síntomas o contacto con positivos, ha ido a exigir PCR, provocando un colapso en la atención primaria , lo que a su vez a desembocado en más hostilidad...» resume Garrote. «Hay que pedir a la administración más medios, pero también al ciudadano que se informe de los protocolos, que sepa cómo debe actuarse».
Les duele a estos dos profesionales una cantinela que se lleva oyendo desde hace meses, la de que los médicos están trabajando menos amparándose en la crisis del coronavirus . «No hemos pasado de héroes a villanos, es que siempre hemos sido villanos salvo una pausa de tres meses... ¡si hubo médicos jubilados que volvieron a trabajar en lo peor de la crisis y doctores que perdieron sus vacaciones! ¿cómo pueden decir que nos hemos quitado de en medio?», se indigna Saldarreaga.
Al respecto, el doctor Garrote asume cierta responsabilidad por parte de las entidades colegiales «por no informar a la población de todo el trabajo que se está realizando, de hecho, se está asumiendo una labor burocrática que nos está desbordando».
Una de cada cuatro agresiones a profesionales sanitarios lleva aparejada una pena de prisión
Desde el Colegio de Médicos de Cádiz sí se felicitan por el hecho de que las agresiones, físicas o verbales, raramente quedan ya impunes, si bien sólo una de cada cuatro termina con una sentencia de prisión . «Los médicos, al igual que el resto del colectivo sanitario, saben que siempre hay que denunciar, lo que no siempre es fácil, en especial, en el ámbito rural, donde la convivencia con el agresor es mucho más cercana», puntualiza Garrote, que destaca el proyecto ‘ Payme ’ del Colegio, por el que se presta asistencia psicológica a los médicos después de haber sufrido una atención.
Agresiones en la sanidad privada
Las agresiones, físicas o verbales, a los sanitarios eran un fenómeno con el que lidiaba la sanidad pública, pero del que escapaba en parte la privada . «Por sus propias características, y por el hecho de que tú eliges a tus médicos, la sanidad privada estaba algo más protegida de este fenómeno, pero la situación ha empezado a afectar también a estos profesionales.
«Los datos están ahí, en 2021 el 15% de las agresiones se produjeron en la sanidad privada , porcentaje que no llegaba ni al 7% hasta hacía unos años», detalla Garrote, que hace hincapié en que «el 35% de la sanidad de nuestro país corresponde al ámbito privado, no puede dejársela fuera de los planes de actuación».