Sucesos
«La droga causa, acentúa y desarrolla problemas mentales, es una realidad»
La lucha contra la droga se batalla de manera especial en Cádiz donde el narcotráfico azota fuerte y donde se alerta de una aceptación social que es «muy peligrosa»
Corría el año 1987 cuando la Asamblea General de la Naciones Unidas decidió establecer en el calendario mundial una fecha que quedara señalada y sirviera como toque de atención a una lacra que no ha dejado de destrozar vidas en su camino . Así se estableció el 26 de junio como el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas. La idea, como define la propia ONU, es mostrar su determinación por alcanzar una sociedad internacional libre del abuso de sustancias estupefacientes. Es la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) la que lidera dicha campaña cada año y está dirigida a la sociedad en general y a los jóvenes en particular ya que, como alertan, la prevalencia del consumo entre ellos es dos veces mayor.
Este 2021 se ha repetido de nuevo la historia porque el motivo de esta advertencia no ha desaparecido. Bajo el lema ‘Hablemos de drogas, la información salva vidas’, la organización y todos los colectivos sociales que respaldan esta iniciativa por todo el planeta pretenden combatir la desinformación. «Debemos tratar y compartir alto y claro los hechos reales sobre las drogas. Es fundamental conocer los riesgos que tienen para nuestra salud y buscar las soluciones para abordar el problema desde la prevención, el tratamiento y la atención basados en pruebas y el cuidado de las personas con adicción», establecen.
Como aseguran, es buen momento para que esta idea pueda calar debido a que la pandemia ha generado una conciencia pública sin precedentes sobre la salud y sobre las medidas de protección para mantenerse saludable. Lo que es aún más importante, se ha generado una conciencia de la necesidad de protegernos mutuamente. Hay un creciente sentimiento de comunidad y solidaridad mundiales, así como un deseo común de garantizar la atención sanitaria para todas las personas.
La provincia de Cádiz, como el resto, no queda inmune a este mensaje. Al contrario, azotada gravemente por el narcotráfico y todas sus consecuencias, es un lugar especialmente sensible. Además, y como advierten los colectivos que trabajan en esta lucha, hay una creciente preocupación porque todo este mecanismo delictivo y su exposición está provocando una aceptación social que, según advierten, «es muy peligrosa».
El cannabis, aceptado
En este sentido se pronuncia Francisco Mena, presidente de la coordinadora Alternativas y de la Federación Provincial Nexos. «El consumo del cannabis por ejemplo está totalmente aceptados y los indicadores que hay de organismo como la ONU así lo demuestran», afirma. «Sin embargo, cada vez tenemos más gente que acude a nosotros o a otras instituciones solicitando recursos terapéuticos para superar su adicción».
Pero además, a ello se le suma un nuevo componente que manejan de forma completamente intencionada los que se dedican a ganar dinero con la marihuana. El grado de tetrahidrocannabinol (THC) que contiene cada planta. La concentración de este principio psicoactivo, se ha duplicado en los últimos diez años y ha pasado de un 5 a un 10 por ciento. Así se indica en un informe sobre los mercados de la droga que elabora la Unión Europea cada tres años. En este mismo estudio se destaca que su precio también ha subido. Nada menos que un 71 por ciento.
«Estamos tratando a chicos con adicción al ‘rebujo’, cocaína con heroína, ya no es solo para marginales»
Según Bruselas este incremento se debe a la proliferación de plantaciones que se extienden por España, a la que sitúa como principal puerta de entrada al continente europeo de marihuana. En el caso de la provincia de Cádiz los desmantelamientos de estos cultivos superan las decenas en zonas como la Costa Noroeste o Jerez. Es decir, a mayor competencia, más nivel de concentración y, por tanto, más incrementan su coste. «Al menos un cinco por ciento de los consumidores de cannabis van a desarrollar un problema de salud mental», alerta Mena. « El problema es que se ha perdido también la conciencia de este peligro . La batalla mediática la han ganado aquellos que defienden sus fines terapéuticos y su consumo libre pero la realidad es otra. Cada vez quienes la toman son más jóvenes, no tienen formados sus desarrollos emocionales y personales y la droga les puede provocar problemas muy serios».
La cocaína permanece
Con respecto a otras sustancias estupefacientes como la cocaína el escenario no ha cambiado mucho. Ni con la pandemia, ni antes de ella. «Sigue siendo la droga por excelencia, su precio se mantiene y eso indica que ni ha subido ni ha bajado». Sin embargo, desde todos los colectivos se advierte de manera constante del daño que provoca su consumo.
Sí cambió algo la manera de traficar con ella al menudeo durante todos los meses de limitaciones y encierro. La imposibilidad de tener contacto o el riesgo de ser pillados provocó que mucha de esta droga se moviera por mensajería, un ‘modus operandi’ que, al parecer, continúa.
Y hay otra sustancia, más bien, una mezcla de dos de ellas que también ha hecho saltar las alarmas. Se trata del ‘rebujo’, una combinación de cocaína con heroína que se vende por papelas. Esta droga se ha relacionado en los últimos años con los adictos más marginales pero, según advierte el presidente de Alternativas, ya están tratando a jóvenes, nuevos consumidores , que nada tienen que ver con el drogodependiente politoxicómano de adicción severa.
«No tienen memoria histórica para saber la de gente que se llevó por delante la heroína. Es algo que nos preocupa de manera especial porque las consecuencias de ese consumo son gravísimas. Por lo tanto vamos a seguir muy pendientes de ello porque volver a eso sería demoledor».
Con motivo de la celebración mundial del Día contra las drogas, la ONU ha hecho hincapié en los daños sociales que tiene la adicción a las sustancias. Por un lado habla de que el consumidor puede caer en el distanciamiento familiar, relacional y social. «Sus relaciones son afectadas por el aislamiento o las pérdida de nexos familiares, amistades y relaciones laborales».
Además, según dicen los expertos, se acentúan las conductas antisociales , afectando el desempeño de actividades habituales como estudios y trabajo, llevándoles a situaciones de despidos, bajo rendimiento, deserción escolar, o, directamente, la delincuencia.
Por otro lado pierde el interés por sus aficiones y otras actividades y le sitúa en un marco de inseguridad y violencia. Y en el caso de los jóvenes, siendo incluso la incidencia de adicciones más de dos veces superior al de otros grupos de edad, son «especialmente vulnerables».