SUCESOS
Frenética y peligrosa persecución por tierra y mar a unos narcos que embistieron varias veces contra los agentes en Sanlúcar
Escalada de violencia entre los traficantes de la desembocadura del Guadalquivir ante las dificultades que están encontrando para poder alijar y trasladar el hachís
Dos coches sacaron de la carretera a la patrulla de la Guardia Civil que les perseguía al tiempo que por el río el piloto de la 'goma' embestía la lancha policial
Cuatro personas han sido detenidas y han ingresado en prisión
A vida o muerte. Sin escrúpulo alguno con tal de conseguir su objetivo. Aunque se llevaran por delante a cualquiera de los guardias civiles que les seguían, quienes, a pesar de todo, y durante más de ocho horas, les estuvieron persiguiendo sin parar en ningún momento. Sin desistir aunque les intentaran echar de la carretera a toda velocidad, o que una potente neumática se lanzara en varias ocasiones contra ellos, porque todo les importaba absolutamente nada. Lo único que estos traficantes tenían en su delirante cabeza era desembarcar los fardos, que no se los quitaran, cumplir con el trabajo acordado con sus 'jefes', y por supuesto, poder cobrarlo.
La escalada de extrema violencia de los narcos comienza a preocupar mucho en Sanlúcar de Barrameda. La presión policial ejercida sobre el Campo de Gibraltar y, ahora, las dificultades añadidas por los efectos del Estado de Alarma, está incrementando a niveles muy complicados la agresividad que están empleando estos delincuentes contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la desembocadura del Guadalquivir. Si se ven acorralados, cercados, van a por todas. Sin frenos. «Están muy nerviosos», nos cuentan.
Y eso fue lo que ocurrió la madrugada del pasado Jueves Santo en Sanlúcar. Una historia de película , pero que sucedió de verdad. Todo comenzó cuando sobre las tres y media de la mañana se recibió un aviso de que había una embarcación sospechosa en aguas del Guadalquivir. Una neumática gris de un motor, de unos siete metros de eslora, con las luces apagadas y haciendo giros extraños. Concretamente por la playa de Bajo de Guía. Ante estos claros indicios de que podía tratarse de una lancha de las que se usan habitualmente para alijar droga, agentes de la Guardia Civil se dirigieron a la zona y montaron un dispositivo para darles caza formado por efectivos de la Comandancia de Cádiz, Ocon Sur y el Servicio Marítimo Provincial.
Una vez allí observaron que la 'goma' decidía tomar tierra en el Baluarte de San Salvador. Las patrullas fueron en su busca y observaron como una moto salía de un carril escoltando a una furgoneta que por su dificultad en la suspensión parecía llevar una carga pesada.
Comenzó entonces una arriesgadísima persecución . Ninguna de las señales que les hacían, de luces, a voz y con los claxon, eran atendidas. Todo lo contrario. Los conductores de estos dos vehículos aumentaron la velocidad haciendo caso omiso a todas las indicaciones para que se detuvieran. Cuando los alcanzaron la furgoneta empezó a hacer zigs zags intentando echar de la carretera el coche camuflado en el que iban dos guardias civiles.
Y así, varios minutos después, aparecieron dos vehículos más que también a una velocidad desmedida por las calles de Sanlúcar empezaron a interponerse entre los agentes y la furgoneta para que esta pudiera escapar y dándose la moto a la fuga. Uno de ellos se puso delante y otro en el lateral, frenando, acelerando y girando el volante contra la patrulla para que chocaran y así pararlos. Sin embargo, los agentes llegaron a alcanzar la furgoneta pero tras un fuerte frenazo este vehículo dio un giro inesperado y los guardias civiles sin tiempo de reaccionar, colisionaron contra la pared de una calle, resultando heridos por el brutal impacto.
Aun así se bajaron y lograron detener al conductor de otro de los coches que estaban persiguiendo. Un ciudadano de nacionalidad francesa y origen marroquí al que tuvieron que sacar del volante a la fuerza con gran resistencia. El otro vehículo era interceptado minutos después en las proximidades del río. Uno de sus ocupantes, de rasgos magrebíes, se daba a la fuga a la carrera pero el otro, un joven de Sanlúcar de unos veinte años, era arrestado.
Violencia también en el agua
Al mismo tiempo, el dispositivo continuaba en el río. Y allí el riesgo fue también más que palpable. La neumática, en la que viajaban dos personas, fue detectada por la patrullera del Servicio Marítimo. Comenzaba entonces la persecución por el agua. Los tripulantes de la 'goma', lejos de detenerse, empezaron a hacer maniobras evasivas a toda velocidad hasta, pasadas ya las seis de la mañana, pudieron esconderse en uno de los caños del río. Los agentes esperaron pacientes a que amaneciera y entraron a por ellos en una auxiliar. Ya una vez dentro, el piloto de la neumática al verlos inició de nuevo la fuga volviendo a realizar maniobras muy peligrosas. La colisión hubiera sido fatal ya que una neumática es tres veces mayor que la auxiliar. Sin embargo consiguieron no perderlos de vista y volverlos a sacar hacia mar abierto.
La persecución continuó y el piloto de la lancha, al verse ya acorralado, embistió hasta en dos ocasiones contra la patrullera pero la destreza del guardia civil a los mandos evitó que pudieran colisionar contra ellos. Tras más de media hora, los narcos decidieron ir hacia tierra por una zona de rocas de Rota, embarrancando finalmente en la playa de la Costilla. Dos agentes de una de las lanchas que los perseguían saltaron sin dudarlo y a la carrera consiguieron detener a los dos individuos, ambos de nacionalidad española.
Finalmente, los cuatro detenidos pasaron a disposición judicial acusados de los supuestos delitos de contrabando, resistencia grave, atentado, y desobediencia, y han sido enviados a prisión tras las pruebas aportadas. Además a estos supuestos delitos que se les imputan se suman las respectivas sanciones por no justificar su libre circulación y cumplir con el confinamiento del Estado de Alarma como el resto de los ciudadanos.
Fuentes consultadas advierten de que este tipo de episodios de gran violencia son similares a los que hace unos años se registraron en la zona del Campo de Gibraltar y que desembocaron en numerosos graves incidentes contra los agentes que persiguen, de manera profesional y sin dar ninguna tregua, este y otros delitos.