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Diez miradas gaditanas frente a la pandemia
Representantes de distintos sectores en la provincia de Cádiz valoran el efecto de la crisis del coronavirus y sus posibles consecuencias
LA VOZ entrevista a una decena de personalidades de distintos sectores y colectivos afectados de forma directa por el Covid-19. Todos ellos se adaptaron a la complejidad de la crisis y su vida, como la de casi todos, ha cambiado para siempre. La mayoría de ellos se muestra optimista y recuerda la respuesta colectiva y solidaria de las primeras semanas de confinamiento. Todos, sin embargo, piden precaución al resto de la población y desean mantener ese espíritu cooperativo durante los próximos meses.
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Manuel Holgado, director académico de los Salesianos de Cádiz: «No podemos pensar en salir de esta con la queja permanente»
Nadie estaba preparado para una pandemia mundial. Tampoco el sistema educativo, uno de los primeros afectados con el cierre de aulas. El esfuerzo del profesorado salvó la papeleta: clases a través plataformas virtuales, decenas de correos electrónicos diarios y un esfuerzo titánico para que el alumnado no perdieran el año. «Ha supuesto cambiar métodos de trabajo y, en general, muchas más horas de dedicación» , resume Manuel Holgado, director académico de los Salesianos de Cádiz, a quien le preocupa la «brecha digital» teniendo en cuenta que elementos como «la enseñanza telemática o el uso de las TICs» han llegado para quedarse. Pasada la crisis sanitaria, teme las consecuencias económicas y pide poner en valor el valor histórico de Cádiz, su patrimonio y las actividades económicas «mirando al mar». «No podemos pensar en salir de esto con el inmovilismo y la queja permanente», añade.
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Fernando Herrainz, Oficial de Infantería de Marina de La Armada: «Me quedo con las muestras de cariño»
El Ministerio de Defensa desplegó a los militares en la Operación Balmis con el objetivo de luchar contra la propagación del virus. En Cádiz, la brigada de Infantería de Marina Tercio de Armada proporcionó asistencia sanitaria en la residencia de mayores de Alcalá del Valle, donde se detectó el primer gran brote en la provincia. «A pesar de que llevábamos unos días en Estado de Alarma, fue ese 21 de marzo cuando me di de frente con la realidad de lo que esta pandemia podía provocar», recuerda el oficial Fernando Herrainz. Desde entonces, la labor de este grupo de militares se antojó fundamental. «Me quedo con las muestras de aprecio : los besos de los ancianos de la residencia a través del cristal, las palmas por bulerías de los trabajadores de una residencia en Jerez, el magnífico dibujo del pequeño Kilian...», resume.
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Félix Romero, taxista y secretario de Radio Taxi Cádiz: «Ganábamos diez euros cada doce horas»
El sector del taxi, como servicio esencial, estuvo al pie del cañón durante el Estado de Alarma. La mayoría de los viajes eran al Hospital y los conductores, en más de una ocasión, ofrecieron esa labor de empatía y escucha necesaria en los momentos más duros. Pero la crisis les ha golpeado duramente en lo económico. «Pasamos de hacer una media de 100 euros diarios a 10 en jornadas de 12 horas. Nos pegábamos tres o cuatro horas sin movernos de la parada», reconoce Félix Romero, taxista y secretario de Radio Taxi Cádiz. Todo ello sin mantenerse al margen del temor al contagio: «Muchos compañeros tenían miedo». El gremio ya nota la mejoría, pero sigue bajo mínimos ante el descenso de la movilidad. «El Estado de Alarma termina, pero la económica sigue estando», admite Romero, que espera que esta pandemia sirva para «hacernos reflexionar a todos».
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Andrés Bragado, responsable de Comunicación de la Policía Nacional en Cádiz: «La mayoría de las personas ha sido responsable»
La Policía Nacional, integrada en el mando único junto a las Fuerzas Armadas, Guardia Civil y Policía Local, adaptó su rutina de trabajo durante las peores semanas en las que duró el Estado de Alarma. El objetivo seguía siendo garantizar la seguridad ciudadana, pero el contexto había cambiado por completo. «Las calles de Cádiz estaban sin gente. De casa al trabajo estaba prácticamente vacío», recuerda Andrés Bragado, responsable del Gabinete de Prensa de la Policía Nacional en la provincia. Pese a que el Cuerpo tuvo que sancionar a algunos gaditanos por incumplir las medidas de confinamiento, «la gran mayoría de las personas ha sido responsable» . La Policía «poco a poco» ha vuelto a la normalidad durante las últimas semanas. Bragado reconoce que la pandemia «cambiará patrones de conducta» para siempre. «Por ejemplo, valoraremos más el tiempo de estar con la familia», reflexiona.
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Juan Ramón Benítez, director de la residencia de mayores San Juan de Dios: «Vivimos miedo, incertidumbre y angustia»
El coronavirus ha golpeado duramente a las residencias de mayores, donde han tenido lugar los mayores episodios de «miedo», «incertidumbre» o «angustia» ante el enemigo invisible. Así resume Juan Ramón Benítez, director de la residencia San Juan de Dios en Cádiz, las sensaciones vividas en las peores semanas de la pandemia. «No podía conciliar el sueño a pesar de encontrarme exhausto », reconoce. En estos centros se convivió cada día con la tensión generada por «el miedo a lo desconocido». A ciegas, sin medicamentos autorizados para tratar o prevenirlo, algunos sufrieron la peor cara del virus y otros se libraron, aunque la tensión se mantiene a día de hoy pese a la nueva normalidad. «Aún estoy en la vorágine de la ola», dice Benítez, que presume de estar rodeado por «la mejor plantilla que se puede tener».
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Juan José Juliá, director de Urgencias del Hospital Puerta del Mar: «No debemos relajarnos ni pensar que acabó»
La batalla contra el coronavirus se libró especialmente en los hospitales. Cádiz, por suerte, dispuso de unos días de ventaja para adaptar los protocolos a lo que estaba por llegar. «En China lo veíamos como algo lejano. Cuando comenzaron los casos en Madrid nos dimos cuenta de la gravedad», reconoce Juan José Juliá, Jefe de Urgencias del Hospital Puerta del Mar de Cádiz. En «un cortísimo plazo de tiempo» se tomaron medidas entonces excepcionales como la «diferenciación de circuitos». Hoy parece que han llegado para quedarse. Durante las primeras semanas, vivieron la angustia de un posible «desabastecimiento de material» frente a una enfermedad «que aún no conocíamos bien». Los sanitarios empiezan a conocer el virus pero advierten de que todavía no hay vacuna. Juliá pide mantener unas«mínimas precauciones para evitar un nuevo rebrote» en una provincia con niveles bajos de contagio hasta ahora.
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Cuqui González, ex propietaria del restaurante La Azotea de María: «Ya no podremos ser país sólo de camareros»
La hostelería ha sido uno de los grandes damnificados durante la pandemia. Este sector clave para la provincia gaditana intenta salir a flote, pero numerosos negocios ya se han visto obligados a cerrar. «Las cuentas aquí son ajustadas. Nos ha partido por la mitad y no hemos podido conseguir créditos. Tampoco quisimos pedir un ERTE porque al ser negocio estacional, no podíamos comprometernos a tener a los trabajadores otros seis meses», explica Cuqui González, ex propietaria de La Azotea de María (Conil), cerrado hace unos días. González, con décadas de experiencia, cree que España «no puede ser un país sólo de camareros». Apuesta por «racionalizar el sector con una apuesta «más europea». «Es imposible mantener horarios de trabajo tan extendidos» , manifiesta. A su juicio, lo peor está por llegar: «Muchos trabajadores no tendrán cotizado para las ayudas y el invierno será largo y duro».
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Paco Rodríguez, conductor de autobuses urbanos: «Lo he vivido con incertidumbre e inquietud»
Los conductores de autobuses vivieron en primer plano el cambio de las ciudades. Calles vacías, el transporte público sin pasajeros y un silencio durante los primeros días que asustaba. Como casi todos, Paco tardó unos días tras el decreto del Estado de Alarma para tomar conciencia de la magnitud del problema. «Viví las semanas de confinamiento con inquietud e incertidumbre, tanto por la salud como por la seguridad laboral . Aún a día de hoy continúo con esa sensación», reconoce. Pese a que, sobre todo al principio, las llamadas de atención a los usuarios «por no respetar las normas de seguridad» fueron una constante, Rodríguez se muestra sorprendido por «la responsabilidad de los ciudadanos» durante estos meses. Él ha visto de primera mano a Cádiz vacía en un escrupuloso respeto de las medidas del Estado de Alarma por parte de la mayoría de gaditanos.
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Alberto Virués, farmacéutico y secretario del COF de Cádiz: «Hemos estado ahí, manejando nuestro miedo»
Los farmacéuticos han sido un sector clave durante las peores semanas de la pandemia. Las 497 farmacias de la provincia de Cádiz han estado «al pie del cañón» y «junto a su barrio» en los peores momentos. «Ningún compañero ha dado un paso atrás. Hemos estado ahí, manejando nuestro miedo», explica Alberto Virués, secretario general del Colegio de Farmacéuticos de Cádiz. Estos establecimientos ofrecieron una labor fundamental al «complementar el cierre de centros de salud» , ya que, añade Virués, «muchos pacientes no tenían a dónde ir». Los farmacéuticos afrontaron «infinidad de situaciones» y, conscientes de la gravedad de esta enfermedad, piden cautela en los próximos meses. «Nos preocupa mucho octubre y noviembre, cuando se mezclen síntomas de gripe y Covid-19», valora Virués, que espera que esta crisis ponga en el centro «la inversión en ciencia».
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La familia Vera Carnero.
Esther Carnero, madre de cinco hijos y presidenta de ASFANUCA: «Hay muchas familias con dificultades»
El confinamiento fue especialmente duro en determinados grupos. Familias con muchos hijos, residentes en pisos pequeños... Y los niños, los primeros en ‘encerrarse en casa’ con el cierre de colegios, quienes más lo sufrieron. «El miedo a lo desconocido, las clases online... fue de locos» , recuerda Esther Carnero, madre de cinco hijos y presidenta de Asfanuca, Asociación de Familias Numerosas de Cádiz. «Los niños han sido muy buenos y valientes», admite, mientras recuerda el peor día con su hijo Álvaro, «el cuarto, que se hizo dos brechas y tuvimos que llamar a la ambulancia. Nos dio un buen susto». Numerosas familias han sufrido además las consecuencias del ERTE y viven con incertidumbre los próximos meses. «Muchas han tenido dificultades para llegar a final de mes y ahora más aún teniendo que remontar», manifiesta.
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