SUCESOS

Los detenidos por el ajuste de cuentas de Chipiona, ante la jueza

Los cinco arrestados acusados de arrojar tres cuerpos a la carretera con un fallecido están ya declarando entre fuertes medidas de seguridad

La Guardia Civil custodia a uno de los detenidos en los juzgados de Sanlúcar. ANTONIO VÁZQUEZ

María Almagro

Desde las diez de la mañana están ya declarando en el juzgado los detenidos por el supuesto ajuste de cuentas de Chipiona que arrojaron tres cuerpos a la carretera con un fallecido y otros dos hombres que continúan en estado crítico con fracturas craneales y graves lesiones.

Ante unas fuertes medidas de seguridad con un dispositivo especial, esta mañana a primera hora los cinco detenidos eran trasladados desde los calabozos de la Comandancia de la Guardia Civil en Cádiz hasta el juzgado mixto número uno de Sanlúcar, que instruye este truculento caso.

Han sido llevados en un autobús de la Guardia Civil de donde se están bajando uno a uno para declarar. Se prevé por tanto que la toma de testimonios se prolongue durante toda la mañana de este miércoles.

Los detenidos tendrán que responder sobre los hechos de los que se le acusan, entre ellos, la muerte del chipionero M.J.R., de 39 años , y la supuesta tortura a la que le sometieron a él y a dos amigos suyos para luego arrojarlos desde una furgoneta a la carretera este pasado domingo.

Cuatro de los sospechosos son de origen francés de ascendencia africana , además de un marroquí que conducía la furgoneta que fue interceptada en el barrio sevillano de los Remedios. Los otros cuatro fueron arrestados en la carretera A-66 llevando otro vehículo. La persecución y captura resultó un éxito. Un guardia civil fuera de servicio los vio huir y los siguió indicando en todo momento a la central por donde iban.

De momento, el caso sigue bajo secreto de sumario mientras continúan las pesquisas. La principal hipótesis que se maneja es que todo se haya tratado de un 'vuelco' de droga. Es decir, un robo de hachís entre clanes. Por ello se sospecha que los franceses, pudieron retener a sus víctimas y luego torturarlas con golpes y pinchazos para intentar que les dijeran dónde guardaban la droga.

En la furgoneta interceptada de Sevilla se encontraron abundantes rastros de sangre. «Parecía un matadero» , llegó a decir una fuente policial. Además se halló una escopeta y 8.000 euros.

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