HUELGA DEL METAL
Un año después de la huelga de la industria auxiliar naval, «las reivindicaciones son las mismas»
Los empresarios aseguran que cada compañía perdió 70.000 euros cada día que duró el parón en los astilleros y solicitan al Gobierno que realice «políticas activas de empleo»
Se cumple un año del parón del metal en la Bahía de Cádiz . La paulatina desaparición de la carga de trabajo en los astilleros de Navantia, al concluir las obras de construcción encargadas, y la incertidumbre por el futuro del sector, como consecuencia del coronavirus, propició el inicio de unas movilizaciones que discurrieron por evidentes fases.
El enfrentamiento entre sindicatos y la falta de entendimiento con la patronal derivaron en unas protestas que duraron de forma activa hasta principios de septiembre. Un año después de la huelga de la industria auxiliar naval , « las reivindicaciones son las mismas », lamentan los profesionales. La solicitud de carga sigue siendo una prioridad, así como la defensa de los derechos recogidos en los convenios.
Primeras movilizaciones desde 2018
A finales de julio de 2020 y debido a la previsión sobre la falta de nuevos contratos de trabajo, tanto naval como offshore, el comité de empresa de Navantia Puerto Real, liderado por Margarita Forné, convocó una asamblea para someter a votación la realización de un calendario de movilizaciones que arrancó con una manifestación pacífica el 29 de julio recorriendo el centro de Cádiz.
Las del verano de 2020 fueron las primeras manifestaciones promovidas por la industrial del metal en la Bahía de Cádiz desde septiembre de 2018, cuando los trabajadores del astillero de San Fernando vieron peligrar la obra de las corbetas saudíes por unas declaraciones de ministra de Defensa, Margarita Robles , en relación con la venta de armas al Gobierno de Riad.
A las dudas por el devenir del sector en el contexto de la primera ola del Covid-19, se le unía el término de las obras en la factoría puertorrealeña , todas estas dedicadas a la construcción eólica.
Por un lado, 20 upper jackets para el parque eólico Moray Firth Offshore East, en Escocia; el encargo de una subestación eléctrica para la noruega Equinor Energy; y la construcción de una jacket flotante, contrato desarrollado en el astillero de Fene (A Coruña). Sin embargo, el tiempo tan ajustado del contrato de estas estructuras flotantes llevó a Navantia a desviar hasta Puerto Real la construcción de una de las cinco plataformas.
CTM moviliza a la auxiliar
Liderados por la Coordinadora de los Trabajadores del Metal de la Bahía (CTM), la industria auxiliar naval presionó para que los cargos sindicales de Navantia adoptasen una postura firme en favor del mantenimiento de los puestos de trabajo y de las garantías de carga de trabajo.
En contraste con la manifestación por las calles de la capital provincial, el 13 de agosto los trabajadores de la auxiliar cortaron el acceso al puente Carranza mediante una barricada incendiada. «Estamos hartos de tener que hacer las maletas cada dos años. La carga de trabajo debe ser urgente y duradera», aseguraban.
El conflicto entre los trabajadores de la industria auxiliar, promovido por la CTM demandando carga de trabajo y cumplir con los convenios firmados para las mismas, derivó en el comienzo de una huelga general que se inició el 17 de agosto de 2020.
En la jornada anterior, desde la CTM se denunciaba el despido de hasta 10 trabajadores que se justificaron por el descenso de carga, pero que el sindicato aseguró que se trataba de «una represalia en respuesta a la participación de los citados compañeros en las movilizaciones de los últimos días».
«A través de esta excusa de despidos que realizó una empresa, que no era ni gaditana, la CTM radicalizó el conflicto. Era una circunstancia que no respondía a la realidad», considera Diego Chaves Saucedo , presidente de la Federación de Empresas del Metal de la provincia de Cádiz (Femca) .
A partir de ese momento, CTM anima a los trabajadores de la auxiliar a realizar una acampada en el aparcamiento de Navantia Puerto Real. «Cortaron la entrada al astillero por esta acampada en el exterior, que no es un aparcamiento público. A raíz de esto, la CTM comenzó a amenazar a todo aquel que intentaba acceder a su puesto de trabajo. Este tipo de radicales coaccionan a los trabajadores que prefieren no poner en peligro su integridad física o la de sus allegados».
La Femca contactó con Navantia «para trasladarle su profunda preocupación y manifestarle que la carga de trabajo se consigue convenciendo al cliente de que se es productivo y competitivo y no chantajeando a través de la alteración del orden público».
Desde la patronal mantienen lo que ya declaraban hace un año: «ojalá dependiera, pero no está en nuestras manos traer más carga de trabajo a la Bahía de Cádiz, se nos escapa de nuestras competencias . La CTM, más que peticiones, tenían una 'carta a los Reyes Magos', una utopía».
Pérdidas en la industria auxiliar
En aquel entonces, existía el temor de que las entregas pendientes de Navantia no pudieran llegar en los plazos prometidos, enfrentándose a graves penalizaciones por incumplimiento de contrato.
La empresa noruega Aibel advertía a Navantia de no firmar nuevos contratos si se retrasaba la entrega de la plataforma para el campo petrolífero Johan Sverdrup . Asimismo, Smulders realizaba el mismo comunicado en relación con la fabricación de los 20 upper jackets para el parque eólico Moray Firth Offshore East.
«En un mercado internacional y tan competitivo, todo aquello que sean retrasos y bullicios nos pone en evidencia», lamenta Chaves Saucedo quien revela que la huelga «solo nos hizo perder dinero cada día a las empresas auxiliares».
Un año después, la patronal ha elaborado un estudio que demuestra «que la pérdida media diaria por empresa fue de 70.000 euros . Cada compañía perdió más de 300.000 euros durante la huelga en un año tan duro como fue 2020 en el que todos, o casi todos, pasamos por ERTEs y hubo un parón muy grande del sector a consecuencia de la pandemia».
Esto se debe fundamentalmente a que, una vez reanudados los trabajos, las empresas tuvieron que hacer frente a elevados costes de aumento de producción para poder alcanzar a cumplir los plazos acordados y evitar multas.
Votaciones y fin de la huelga
La Femca, «ante la falta de decisiones de Navantia», declaró el cierre patronal que afectó a 2.500 empleados . Las protestas no contaron con el apoyo de los comités de empresa de los tres astilleros de Navantia en la Bahía. Margarita Forné, las calificó de «actuaciones salvajes que buscan engañar a la ciudadanía».
El conflicto de la auxiliar se «radicaliza» , en palabras de Chaves Saucedo, exclusivamente en el astillero de Navantia Puerto Real, a pesar de que en San Fernando también se sumaron a las jornadas de paro.
El principio del fin del conflicto comienza con un intento fallido en Navantia Cádiz . «Quisieron hacer lo mismo que en Puerto Real y San Fernando, pero no contaron con apoyos de los trabajadores».
Llegados a este punto, el comité de empresa autoriza la votación (mediante urnas y no a mano alzada) de los trabajadores para decidir si se continuaba con la huelga o se reanudaba el trabajo en los astilleros. El 24 de agosto, el 70% de los trabajadores votó a favor de devolver la actividad en los diques. De los 1025 votos válidos, solo dieron su negativa a la reactivación 239 personas.
Este duro revés condicionó el futuro de las movilizaciones propuestas por la CTM. La huelga general, prevista para el 27 de agosto, se retrasaba al 4 de septiembre. Finalmente, esta fue secundada por unos 150/200 trabajadores fruto del desgaste de varias jornadas de protestas y acampadas, además del distanciamiento con el resto de sindicatos.
Por ejemplo, UGT-FICA Cádiz optó por cumplir «en tiempo y forma con la calidad que avala a los astilleros y no poner en peligro posibles nuevos contratos», por lo que se desmarcaba de la huelga general declarando que no era «momento ni de siglas ni protagonismos» , al tiempo que defendían que para conseguir la ansiada carga de trabajo solo se puede ir por la vía «del dialogo, otro camino irá en perjuicio de todos, no podemos echar gasolina al fuego para que se apague».
Futuro de la industria naval
«La industria naval es crucial para la economía de Cádiz», certifica el presidente de la Femca. En la actualidad, «nos encontramos el astillero de Puerto Real desierto de construcciones civiles y militares ya que lo que se está haciendo es la fabricación de pequeños bloques para las fragatas saudíes».
La parte de reparaciones, «siempre nos ha mantenido ya que las construcciones aparecen y desaparecen. Las reparaciones han pasado por una crisis debido al Covid-19 ya que el sector de cruceros, al igual que el de los aviones, ha estado paralizado mucho tiempo».
La entrada de cruceros en Cádiz «mueve un número importantísimo de trabajadores, deseamos volver a las cifras que teníamos en 2019». Sin embargo, «desde hace varios años, cada vez que salimos a buscar trabajadores para efectuar estas tareas, vemos que falta cualificación en la provincia . Al final tiene que venir gente de fuera y Cádiz se queda con el 30% de desempleo».
Por ello, diego Chaves solicita a las administraciones «la creación de esa formación y políticas activas de empleo. Necesitamos un Gobierno valiente que apueste por esto. No está en nuestras manos, nosotros intentamos formar a nuestro personal todo lo que podemos. Hoy en día, la industria auxiliar está pagando con sus propios recursos la formación para poder seguir prestando el servicio ».
Mejoras en el cumplimiento de los convenios
Un año después, la Coordinadora de los Trabajadores del Metal de la Bahía sigue suscribiendo las cinco reclamaciones pendientes que constituyeron los motivos del sector por iniciar la huelga general: «garantizar el futuro mediante compromisos de cargas de trabajo en el sector del metal en el ámbito de la convocatoria; dar fin a la desigualdad en el ámbito laboral y económico y social de las personas trabajadoras en las empresas auxiliares; garantizar las medidas preventivas que protejan la vida y la salud laboral de las plantillas evitando tristes episodios como los sucedidos recientemente en accidentes con el resultado de muertes en el tajo; evitar la precariedad laboral en el sector; readmisión de todos los despedidos y poner fin a la Política disciplinaria de la patronal del sector».
Gracias a la labor del sindicato se ha conseguido « denunciar la situación precaria de muchos compañeros que veían incumplido los acuerdos firmados en el convenio, eso es lo principal que ha cambiado después de nuestras movilizaciones», expresan.
La mayoría de representantes de la CTM que participaron de forma activa y visible en las manifestaciones no se encuentran trabajando en Cádiz, «no hemos vuelto desde entonces, hay compañeros que se tuvieron que ir al extranjero. Estas proclamas públicas te señalan », lamentan.