Gaditanos en Europa
Las desescaladas más avanzadas en Europa bajo el prisma gaditano
Tres gaditanos narran su experiencia en distintos países europeos donde las medidas de confinamiento se han ido suavizando en las últimas semanas
La vida ha girado hacia el aislamiento . La crisis sanitaria provocada por el Covid-19 ha supuesto un cambio radical, principalmente en las relaciones sociales, pero también en los hábitos cotidianos lejos de nuestro hogar.
Las medidas de confinamiento adoptadas para frenar la evolución de la pandemia han seguido una evolución diferente en cada país . En función del número de contagiados y de fallecidos, se ha restringido la vida de sus ciudadanos en las calles, que en España, tras casi dos meses de confinamiento, ha comenzado a recuperarse tímidamente, primero con las salidas diarias de los niños para dar paseos y, reciente con la medida que permite a los adultos hacer deporte una hora al día. Pese a todo, la sociedad sigue a la espera de que se produzca la esperada desescalada , anunciada en los últimos días por el Gobierno, y que se desarrollará en cuatro fases, en función de la evolución de cada provincia, a lo largo de las próximas seis u ocho semanas. La meta es alcanzar la nueva normalidad que no será la que conocíamos.
Mientras que todo esto ocurre, se puede enfocar la mirada hacia otros países europeos , donde las medidas de confinamiento son más leves que aquí, condicionadas tanto por el número de casos positivos como por los hábitos culturales y condiciones geográficas.
Observar lo que ocurre en otros países de Europa menos castigados por el coronavirus es abrir una ventana al futuro para conservar la esperanza de imitación más pronto que tarde.
En los últimos semanas, varios países europeos comienzan a recuperar la actividad .
En la vecina Portugal este sábado han entrado en una nueva fase, pasando del estado de emergencia al «estado de calamidad» , lo que supone que se flexibiliza el confinamiento, pero se mantiene un «control permanente».
En Noruega está siendo una apertura gradual y prudente . A las guarderías que abrieron hace algunas semanas, les han seguido las escuelas, con medidas especiales de higiene y restricciones de distancia, peluquerías, dentistas, psicólogos, fisioterapeutas, ópticas y podólogos, e incluso pequeños bares y cafeterías están abiertos al público . Además, el 15 de junio, los noruegos tendrán el visto bueno para celebrar los principales eventos deportivos y culturales.
Finalmente, en Holanda funciona desde el principio el ‘confinamiento inteligente’ que deja en manos de los ciudadanos la voluntariedad de seguirlo o no.
Tres gaditanos -Nuria, María José y Pablo - cuentan en LA VOZ sus vivencias en ciudades como Lisboa, Oslo y Uden (Holanda).
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Nuria Sánchez (Portugal): «No ha sido obligatorio estar confinados salvo en Pascua, cuando se tomaron las medidas más drásticas»
Portugal es quizás el mejor ejemplo de prevención ante el coronavirus que podemos observar . El país vecino actuó con eficacia, a primeros de marzo, cuando observó la llegada de los primeros casos y especialmente cuando en España crecían los positios desmesuradamente. De momento, se sitúa como referencia europera. Con algo más de 10 millones de habitantes, tiene una tasa de mortalidad por millón de habitantes de 77 personas sin que las medidas de confinamiento hayan tenido que ser tan drásticas, como en España. Ahora ha pasado a una nueva fase de desescalada, denominada ‘estado de calamidad’ que supone flexibilidad en el confinamiento pero manteniendo un control permanente.
Nuria Sánchez es una gaditana que lleva en Lisboa desde septiembre de 2015 . Trabaja en un call center y vive «con dos compañeras de piso que son a la vez compañeras de trabajo, en campañas diferente a la mía».
Asegura que «las relaciones sociales son casi exclusivas con compañeros de trabajo. Tenemos hecha una micro España en Lisboa. Todos españoles de diferentes lugares, predominando los andaluces y extremeños».
Destaca que «en Portugal el confinamiento no es obligatorio, solo para personas de riesgo (mayores, embarazadas y personas con enfermedades crónicas o respiratorias)». En este sentido asegura que «para el resto de la población es una recomendación. Cierto es que los portugueses se han confinado la mayoría. Aunque se puede salir a correr, montar en bici, pasear al perro, y los niños pueden dar una vuelta corta con un adulto. Además, los locales de comida pueden estar abiertos para ‘Take Away’...». No obstante Nuria reconoce que «sólo puedo hablar de la periferia, hace tiempo que no marcho por el centro de Lisboa».
Esta gaditana asegura que las medidas más restrictivas «se tomaron en Semana Santa que no dejaban moverse de región , suspendieron los vuelos y sí que obligaron al confinamiento. Después de Pacua, hemos vuelta al estado anterior». Quizás por este motivo, el número de infracciones es muy muy bajo. «Al ser el confinamiento voluntario no se consideran infracciones muchas cosas. La verdad es que en la zona que yo vivo de Lisboa me sorprenden muchas cosas. Los señores mayores fuera, en la calle, como si no fuera la cosa con ellos o grupos, también de gente de mediana edad, tomando cervezas al lado de un supermercado pakistaní que tenemos cerca», destaca.
El Gobierno tiene pensado tomar más medidas de desescalada en los primeros días de mayo que podrían abrir guarderías, colegios de primaria e incluso algunos comercios pequeños.
A nivel personal, Nuria se ha tenido que adaptar al teletrabajo . «Trabajo en un call center y la medida que tomaron con nosotros fue el teletrabajo. Los equipos nos lo proporcionó la empresa, y al principio un poco lío por el tema de que se caen las llamadas, problemas con las conexiones pero, estoy trabajando en mis horarios normales», señala esta gaditana residente en Lisboa.
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María José (Noruega): «Los pequeños bares y cafeterías están abiertos, pero aquí no está siendo tan dramático el Covid-19»
La vida de María José Fernández cambió radicalmente hace cinco años y medio , cuando tomó la decisión de marcharse a vivir a Noruega, junto a su familia. Fue una decisión difícil dejar atrás su Trebujena natal , la localidad gaditana con mayor índice de población activa dedicada a la Sanidad , para buscar nuevos retos profesionales. Con la crisis económica aún abierta en España, esta gaditana encontró una oportunidad de trabajar como arquitecta en Oslo , cuando en su país natal las opciones profesionales de este sector se cerraban. Tras recibir clases de noruego, hizo las maletas y se marchó a la capital de este país escandinavo que es uno de los menos afectados por la crisis del coronavirus.
María José explica que «aquí no ha sido tan dramático como en España . Norguega es un país muy amplio (tiene una extensión de 385.203 km² y más de 5 millones de habitantes, por lo que cuenta con una baja densidad de población , 9 habitantes por kilómetro cuadrado) y la población está muy dispersa. Eso ayuda a que el virus no se propague tan rápido». En efecto, la propagación del Covid-19 en Noruega es prácticamente mínima, puesto que se han diagnosticado unos 7.700 casos positivos y han fallecido unas 200 personas, según señalan los datos oficiales del gobierno noruego. Estas cifras han permitido que « no haya una prohibición expresa para salir a la calle , aunque no en grupos grandes».
El país escandinavo sufrió el pico más alto a finales de marzo, pero luego su curva ha ido descendiendo hasta situarse en unos 50 casos diaros de media, así como el número de ingresos hospitalarios. El ministro noruego de la salud, Bent Høie, ya había asegurado días atras que la cifra de contagiados por persona infectada había bajado en un mes de 2,5 a 0,7. Por este motivo, el gobierno ha abierto nuevamente guarderías, escuelas y algunos comercios pequeños , dentro del objetivo de levantamiento progresivo de las normas restrictivas debido a la pandemia de coronavirus.
De esta forma, las guarderías volvieron a abrir sus puertas el pasado 20 de abril, mientras que las escuelas (para alumnos de hasta cuarto grado) lo están haciendo en los últimos días, de la misma forma que los institutos u otras educaciones superiores para los estudiantes de último curso.
En el caso de los negocios de restauración, María José cuenta que «los cafeterías no han cerrado y los pequeños bares han comenzado a abrir , aunque manteniendo lógicamente las distancias de seguridad». La trebujenera hace hincapié en la poca densidad de población como factor determinante. « Aquí la ciudad más grande, Oslo tiene 600.000 habitantes. No tiene nada que ver con Madrid o Barcelona , por ejemplo», asegura la gaditana.
Para esta arquitecta gaditana la crisis del coronavirus no le ha afectado demasiado en su trabajo porque «tengo que ir a la oficina, aunque aquí el 50% de la población activa trabaja desde casa ». No obstante, hay que destacar que en los países escandinavos el teletrabajo es una práctica habitual, por lo que su día a día no ha cambiado tanto con la crisis sanitaria por el coronavirus.
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Pablo (Holanda): «Se está aplicando el llamado ‘confinamiento inteligente’, basado en el principio de autodisciplina»
Pablo Marín lleva tres años fuera de España . Nació en Los Barrios , pero a los 19 años decidió hacer las maletas para trabajar en lo que más le gusta en otros países europeos.
El mundo del caballo es su pasión . Este jinete profesional de doma clásica se instaló en Alemania primero, donde permaneció dos años y desde hace casi uno vive en Uden , una población de 40.000 habitantes situada en la provincia de Brabante, cerca de Eindhoven.
La expansión del coronavirus en Holanda no acaba de ser atajada. Cuenta con cerca de 4.900 fallecidos y unos 39.000 contagiados en una población de más de 17 millones de personas, con el hándicap añadido de tener una alta densidad de población (416 habitantes por kilómetro cuadrado). Pese a todo, el gobierno, con su primer ministro, Mark Rutte, ha optado por una solución intermedia, que ha llamado ‘cuarentena inteligente’, que consiste en el cierre de peluquerías y de otros negocios en los que sea imposible mantener la distancia recomendada de seguridad para no propagar el virus. Pero al mismo tiempo, autorizó a que sigan abiertos los espacios públicos en los que sí sea posible guardar la distancia. Pablo Marín narra que «aquí la gente sale a la calle sin problemas. Los colegios y los bares están cerrados, pero por lo demás, la vida es normal , manteniedo siempre las distancias de seguridad», Explica que el confinamiento inteligente «está basado en el principio de autodisciplina de los ciudadanos, cada uno debe ser responsable de cumplir las medidas de distanciamiento social y las higiénicas . Se puede salir a la calle libremente, aunque no en grupos. Así, según el gobierno no se coarta la libertad individual».
Asegura que «en general los holandeses cumplen las medidas. En los supermercados se controla el aforo, se guarda una distancia de seguridad. Hay a disposición de los clientes geles para la higiene. Por el contrario no se suelen utilizar ni mascarillas, ni guantes. En la calle los ciudadanos suelen respetar las distancias».
Asegura que «este domingo se reúne el consejo de ministros y se supone que van a decidir suavizar las medidas tomadas hasta ahora y poner fecha para la apertura paulatina de negocios ahora cerrados».
A nivel personal, el jinete barrense explica que «durante las dos primeras semanas, cuando comenzó el confinamiento, no podíamos montar. Solo nos dedicábamos a cuidar a los caballos y pasearlos de la mano. Posteriormente empezamos a montar a los más adultos, ya que si montábamos a los más jóvenes corríamos más riesgo de sufrir un accidente y así preveníamos ir al hospital». Pero insiste en que «en Holanda se han suspendido todas las competiciones, en principio hasta junio, lo que conlleva a gran parte de la temporada de competición y preparación a darla por perdida».
De otra manera el coronavirus «también afecta al negocio de compra y venta de caballos, ya que clientes extranjeros no pueden venir a probar caballos para su venta, e incluso clientes holandeses no quieren tomar el riesgo de moverse a diferentes cuadras».