Análisis final del Fit

El FIT del desequilibrio. Dispares resultados en la 36ª edición del FIT

Un conjunto de propuestas más atentas al discurso o a un efectista y aparente mensaje por encima de la complejidad y el equilibrio entre fondo y forma

G.Corona

Pese a lo heterogéneo de las propuestas, nada nuevo bajo el sol. Por el contrario, podemos afirmar que hay un claro retroceso a lo visto en años anteriores, sobre todo debido a ese afán inútil de querer enarbolar el mensaje por encima de lo artístico.

Después de venir anunciando a la nueva dirección del FIT como rompedora, vanguardista e innovadora, lo cierto es que el estilo de las propuestas no se destaca precisamente por serlo. Nos han querido envolver el caramelo con el argumento de lo inclusivo, las minorías y lo social y no hemos encontrado la novedad, la sorpresa. Ni siquiera la destacada presencia de “Ana contra la muerte” podemos decir que esté por encima de otras propuestas que han visitado anteriormente Cádiz (Teatro en Blanco/Chile, sólo por citar alguna de ellas).

Esto me hace pensar dos cosas: una, que la nueva dirección del FIT no se ha dado a la tarea de hacer un trabajo de revisionismo de lo que ha sido el festival y que, por lo tanto, no conoce el devenir del mismo. Otra, que las directrices políticas mandan sobre la dirección artística del festival, de modo que no sabemos quién dirige aquí: si el tándem Aguilar/Oyarzun o las líneas ideológicas marcadas por el Ayuntamiento.

Esperemos queden atrás y para siempre experimentos como los del año pasado disfrazados de vanguardia en los que un señor encierra a los espectadores para ponerles un audio con entrevistas y que el público actúe como si estuviésemos presenciando “el no va más” de la escena. El pecado no es del “creador” que pretenda vendernos humo, el problema es de quien compra y paga el producto y luego nos lo hace llegar como innovador.

Esperemos también que los espectadores vayan ganando en criterio y no aplaudan a rabiar de pie todo lo que les ponen delante, pues eso no ayuda de ningún modo a la “Qualitätskrontrolle” del festival. (Léase “Como ensuciar lo bello” La Voz de Cádiz” 22/10/2021).

No estaría de más que desde la organización se hiciese un ejercicio de reflexión, o bien repetir el modelo que el mismo Ayuntamiento propuso hace unos años de reunir a la gente que hace teatro en la ciudad para evaluar lo realizado por los nuevos directores. No considero que el objetivo del tándem sea hacerlo mal, pero da la impresión de que falta conocimiento aún de las realidades iberoamericanas. Esa realidad está muy por encima de lo panfletario que quiere hacernos consumir el Ayuntamiento.

Tras más de 20 años viendo lo que sucede en Cádiz, jamás había sentido que se faltase a mi inteligencia como espectador como en los dos últimos años. Es insultante que nos quieran sensibilizar a los que ya somos conscientes de la realidad social que vivimos. Algunas propuestas llegaron a ser, además de chocantes, de poca calidad para un festival con la madurez del FIT.

El Teatro no entiende de izquierdas o derechas; el Teatro no debe ser usado como bandera sino como lo que es, simplemente Arte; y como tal, conectar con el espectador en su intelecto, alma y emoción y en ninguna de ellas, por encima de la otra. Equilibrio.

Esperemos que año tras año las propuestas sean mucho más arriesgadas e inteligentes; y que Ayuntamiento y dirección artística del FIT afinen mejor la vista para abandonar la perorata de las sensibilidades porque el Arte es Arte. Esa debe ser la máxima preocupación para evitar que los escenarios se conviertan en salas de adoctrinamiento.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación