Gibraltar y Rota, claves para frenar la cuarta ola en Cádiz

La cuarta ola del coronavirus está siendo la menos dura en toda España. La campaña de vacunación avanza con éxito y la curva ha crecido a un ritmo mucho más lento en todos los territorios. De hecho, en muchos de ellos se ha estancado y está bajando.

La provincia de Cádiz muestra esa tendencia y destaca sobre otros territorios en este sentido. Desde hace más de un mes, Cádiz es una de las provincias andaluzas con menores niveles de incidencia del coronavirus. En estos momentos, sólo Almería muestra una tasa de incidencia más baja que la de Cádiz en Andalucía.

Todo ello a pesar de la contagiosidad de la cepa británica, cuya incidencia ha sido especialmente destacada en Cádiz desde principios de año. De hecho, la tercera ola fue la peor de todas para la provincia de Cádiz, que mostró los peores datos de toda Andalucía a finales de enero.

¿Cómo ha sido posible entonces un cambio de tendencia tan destacado? La campaña vacunación del Servicio Andaluz de Salud (SAS) fue la principal causa, pero los datos muestran que los porcentajes de inmunización fueron similares a los del resto de Andalucía. De hecho, por una cuestión de reparto poblacional y el número de gaditanos que habían pasado la enfermedad recientemente, el porcentaje de población vacunada estuvo durante los primeros meses un poco por debajo de la media andaluza.

Los expertos apuntan a que el número de inmunizados tras pasar el Covid aumentó, pero señalan también una circunstancia que sólo se dio en la provincia de Cádiz: la campaña de vacunación de países terceros .

En primer lugar, los epidemiólogos apuntan al Campo de Gibraltar , principal foco de contagios durante la tercera ola en la provincia y en toda la comunidad autónoma. La cepa británica hizo estragos en la zona tras expandirse con mayor facilidad por el contacto continuo con los habitantes de la colonia británica de Gibraltar. Sin embargo, la misma cercanía que durante los peores meses de la pandemia abocó a la comarca a multiplicar sus niveles de incidencia ha permitido que la tasa durante esta cuarta haya sido mucho más baja.

En torno a 10.000 trabajadores transfronterizos españoles recibieron, antes que sus compatriotas, las vacunas administradas por el Gobierno británico. Desde hace unas semanas disfrutan de una libertad casi absoluta en Gibraltar , donde la población ha vuelto a la normalidad tras inocular las dosis necesarias al 100 % de los residentes. «Es algo que no se ha reflexionado lo suficiente, pero que ha sido fundamental y que prueba la efectividad de las vacunas. La cobertura de Gibraltar influyó en la provincia de Cádiz y el Campo de Gibraltar, donde la cepa británica hizo mucho daño, especialmente en La Línea. Gibraltar fue una parte importante de la provincia de Cádiz; lo fue para lo malo en la ola anterior, pero para esta y para la campaña de vacunación vez también para lo bueno», explica Daniel Ocaña, médico de familia en Algeciras y miembro del Comité Asesor de Vacunas de Andalucía.

Por su parte, la campaña de vacunación de Estados Unidos en la Base Naval de Rota también ha tenido sus efectos. Aunque el Gobierno de España rechazó la oferta de los americanos para inmunizar al millar de militares españoles que trabajan en la base -lo harían unas semanas después con AstraZeneca-, proteger a los casi 2.500 militares estadounidenses destinados en esta base, así como la plantilla civil -unos 300- y sus familiares, permitió frenar aún más la expansión del coronavirus en la comarca de la Costa Noroeste, otra de las más afectadas por la tercera ola.

Estadounidenses y británicos impulsaron así la campaña de inmunización de la provincia de Cádiz, donde la protección de estas zonas resultó fundamental para frenar, aún más, el avance de la cuarta ola.