PROVINCIA

El contacto entre un guardia civil 'comprado' y Kiko 'El Fuerte': «¿Está pá tirarle ya?»

En la 'operación Fortín' se detuvo a un agente que colaboró presuntamente con los narcos. Así lo acordaron

Imagen de una de las detenciones de la ‘operación Fortín’.

M. Almagro

Ganar miles de euros y poder cobrarlos en apenas una semana es tentador. Poner en riesgo y peligro tu carrera, tu honorabilidad y tu futuro y el de tu familia, ya es cuestión de pensárselo. Sin embargo, hay quienes caen. A su alcance tienen uno de los mayores tesoros que ansía para sí un delincuente que quiere ejecutar sin problemas su plan: información; datos y detalles de las formas que tienen los que les persiguen . Avisarles a tiempo si la cosa se complica, contarles por dónde pueden ir o por dónde no, cómo conseguirlo, cómo ganar la partida. Y en eso, parece que se metió un guardia civil destinado en Algeciras.

Así se desprende al menos de la completa investigación que realizaron los agentes del Órgano de Coordinación de Operaciones contra el Narcotráfico (OCON Sur) para acabar con una de las mayores y más peligrosas bandas de narcos afincadas en el Campo de Gibraltar. La banda de ‘Kiko el Fuerte’, quien fue detenido en noviembre del año pasado junto toda la cúpula de su organización y sus secuaces. Pero también cayó este agente supuestamente corrupto que quiso echarles una mano a cambio de unos cuantos miles de euros. Sin embargo, un mes más tarde, algunos de ellos, como los cabecillas, fueron puestos en libertad tras los recursos presentados por sus abogados. Y, actualmente, se encuentran buscados y fugados por otra causa. También por narcotráfico.

Pues bien, esa vez fueron engrilletados en la denominada ‘operación Fortín’, una difícil investigación que comenzó en febrero de 2019. La Guardia Civil interceptó en alta mar un alijo de nada menos que tres toneladas de hachís y comenzaron a armar el puzzle. Y en ese tablero de piezas encajó una que estaba dentro de su misma casa. Un guardia civil, M. P., natural de Ceuta y destinado en labores de patrulla en Algeciras. Los investigadores tuvieron noticias de un contacto que fue clave para poder demostrar el vínculo que éste tenía supuestamente con la banda, y también, que el grupo de Kiko ‘El Fuerte’ estaba especializado en colar grandes cantidades de droga por las costas del Estrecho.

Según ha podido conocer ahora este periódico, ese contacto por el que terminaron todos sus participantes imputados fue muy revelador . Un largo intercambio de pareceres en el que dieron muchas claves de por dónde va ahora este negocio del hachís. Pues bien, en dicho contacto participaron cuatro personas. Kiko ‘El Fuerte’, el guardia civil investigado y otros dos supuestos miembros de la banda.

Lo que al parecer hablaron no tiene desperdicio. Pudo ser el primer contacto que estableció la banda con este agente, donde intentaron testar si la participación del guardia les iba a ser o no útil. Se hicieron muchas preguntas. Bastante directas todas. El guardia civil no tuvo problema en responder ninguna de ellas a pesar de que sabía que estaba dando información completamente confidencial y además a quien se la estaba dando.

Una de esas cuestiones fue sobre el número de miembros de la Guardia Civil que está actualmente trabajando la zona porque, según confesó Kiko, están pasándolo «muy mal» para poder alijar. El capo insistió entonces en que les gusta trabajar en La Línea porque es donde siempre lo han hecho, la conocen y ante cualquier imprevisto, pueden resolver. El guardia les contó que están al cien por cien y que además los grupos de investigación están muy activos y dando fuerte. También les explicó cuándo iba a estar de servicio de noche. «Pero, ¿está para tirarle ya?», le interrumpieron con cierto nerviosismo en referencia a querer meter una ‘goma’ lo antes posible.

Los detalles no dejaron de revelarse. Le preguntaron sobre las cámaras del SIVE, qué rango de visión tienen, dónde están colocadas... todo. El agente se limitaba a convencerles de que él era capaz, que les avisaría , que podía verlas desde su puesto. Hablaron de cómo irían contactando. De un móvil que incluso le podían facilitar y le avisaron de que no lo dejara a mano de ningún compañero ni siquiera en la taquilla. Kiko no dejó de trasladarle su preocupación por los numerosas detenciones y aprehensiones que se están dando en los últimos meses. Habló de que podía disponer de hasta setenta puntos (los encargados de vigilar si hay agentes por donde se va a actuar). Y que eso costaba «mucho dinero». Al igual que el poner en riesgo las ‘gomas’, cuya pérdida, les supone unos 200.000 euros por cada lancha trimotor que es lo que ellos usan para cargar hasta tres toneladas de droga por pase.

Pero volvían una y otra vez a cuáles son los mejores sitios para que no haya «problemas». Y les llegó a dar un nombre (que no desvelamos). «Ese es nuestro sitio» , le contestaron. No detallaron demasiado cuál iba a ser la contrapartida. Es decir, el dinero que recibiría el guardia civil, aunque sí propuso que fueran «nueve», (se entiende que nueve mil euros). Sin embargo, los planes no terminaron de salirles bien y tanto este supuesto agente corrupto como el resto de implicados (una quincena de personas) fueron detenidos por estas exitosas y trabajadas pesquisas.

La Guardia Civil hace un especial esfuerzo en detectar y perseguir a cualquiera de sus miembros o de otras fuerzas de seguridad que puedan estar relacionados con estas redes criminales. Saben del peligro que suponen y de la mala imagen que además les da estas pocas ‘manzanas podridas’. Desde 2018 han detenido a 23 agentes destinados en la comandancia de Algeciras por su presunta colaboración con las mafias del narcotráfico.

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