Día Mundial del Agua 2021
Cómo ahorrar con un tesoro
El consumo directo de agua por persona y día en España es de 139 litros pero si se suma la que se necesita para producir los alimentos o la ropa, esa cifra se multiplica por mil
Aunque los números tienen mala fama, en muchas ocasiones son el mejor camino para llegar a las sensaciones. En todo el planeta crece la impresión de que la acción del ser humano está provocando un grave daño ambiental , que el consumo creciente de una población cada vez más alta causa un desgaste dañino. Este deterioro se manifiesta en forma de un cambio climático que, según Bill Gates, provocará en pocos años una crisis humanitaria, social y económica mucho más devastadora que la actual, derivada de la pandemia por coronavirus.
Ese concepto de consumo excesivo alcanza por igual a los vegetales, a los combustibles, a la madera, a la carne. Cómo no iba a ser un elemento decisivo en la gestión del producto más necesario para la vida humana y animal: el agua. Un repaso a las cifras permite entender cuánta gastamos y cuánta podríamos economizar para minimizar el daño y para poder utilizar mejor las reservas inprescindibles.
Para empezar por cada uno, en cada hogar, hay que precisar que el consumo medio doméstico en España es de 139 litros de agua por habitante y día. La fuente es el XIV Estudio Nacional elaborado por las Asociaciones Españolas de Abastecimiento de Agua y Saneamiento (AEAS) y de Empresas Gestoras de los Servicios de Agua Urbana (AGA). Corresponden a datos recabados entre 2014 y 2016 pero –salvo el periodo de pandemia que ha modificado todos los índices en todas las actividades y consumos– no hay motivos para entender que hayan sido distintos hasta principios de 2020.
Con ser un volumen de gasto llamativo, el gasto diario ‘per cápita’ español es uno de los ratios más bajos de Europa. No hay motivos para caer en la satisfacción. En todos los países de Europa, el consumo crece cada año respecto al anterior. En el caso español, en 2016 fueron nueve litros más por persona y día respecto al anterior análisis.
Pero, ojalá, el consumo directo de agua por habitante fuera el único que afecta a las reservas mundiales de agua. Cada ciudadano, en su alimentación diaria, sin saberlo, promueve un enorme gasto. Es el correspondiente al agua que precisan los alimentos que tomamos. Con motivo del Día Mundial del Agua la ONU publicó un informe que recuerda que «al adaptarnos pulatinamente a los efectos que el cambio climático puede ocasionar sobre el agua, protegeremos la salud y salvaremos vidas». Porque no sólo son las actividades humanas las que esconden agua para beber, cocinar, limpiar o lavar. Un problema añadido es la que se utiliza para producir alimentos, papel o ropa. Por ejemplo, para ‘fabricar’ un vaso grande de leche hay que utilizar unos 200 litros de agua. Para hacer una camiseta de algodón, 4.100 litros.
El estudio detalla la huella hídrica del consumo actual alimentario. En España se sitúa en los 3.302 litros por persona al día. Son los necesarios para producir, por ejemplo, la carne, el aceite, o la mantequilla, además de los vegetales con sus sistema de regadío.
Una simple hamburguesa, entre la fabricación del pan, la plantación de las verduras y el criado del ganado requiere la friolera de 2.400 litros de agua. La población del mundo sigue creciendo y consume cada vez más. Ese ritmo de vida y el impacto del cambio climático amenazan con hacer del preciado líquido un recurso «limitado». Quizá haya llegado la hora de apostar por un consumo más eficiente.
Necesidad de economizar
«La demanda de agua va a superar con creces los recursos disponibles», advierte Ángel Simón, presidente de Agualogy y Agbar, empresa líder en la gestión y suministro de agua en España. Simón explica que reutilizando el agua en la cadena productiva no sólo se logra reducir la huella hídrica, sino que además se mejora la competitividad de la economía.
Además, estima que con medidas de este tipo se podría ahorrar hasta un 70% de agua y un 90% de la energía consumida. Al respecto, el secretario general de Ciencia, Tecnología e Innovación, Román Arjona, detalló los programas de investigación e innovación públicos o de colaboración público-privada puestos ya en marcha en torno a la problemática del agua.
Actualmente el sector agrario consume el 70% del agua disponible, y el resto se lo reparten la industria y el consumo urbano. Y mientras el sector energético es el que más agua recicla, seguido de la industria y los usos urbanos, la agricultura llega a agotar entre el 40% y el 95% del agua que emplea en su actividad diaria.
«Con un pequeño ahorro que hiciésemos en la agricultura sería agua que liberaríamos para otros usos», recomienda el presidente de la Real Academia de Ingeniería de España, Elías Fereres, quien recuerda no obstante que España es un país de los más avanzados en reutilización del agua.