Narcotráfico | Cádiz

La cocaína, el fin de Robert, el exmilitar británico de gustos de 'dandy' de Sotogrande

Tras una complicada investigación, la Policía Nacional y la Agencia Tributaria logran desarticular por completo la red que lideraba este singular narco con la aprehensión de una tonelada de 'coca' de uno de sus veleros

Sus buenos contactos con inversores y empresas 'pantalla' de la Costa del Sol y Cádiz le empujaron a cambiar el hachís por el traslado de droga desde el Caribe, lo que le ha llevado a prisión

Dos de los detenidos bajan esposados del barco de la Agencia Tributaria en el muelle de Cádiz. A. Vázquez

María Almagro

Robert Mark B. se movía como pez en el agua con sus náuticos brillantes y caros y su ropa de marca por Sotogrande , por la Costa del Sol y, de vez en cuando, por exclusivos ambientes de Mallorca e Ibiza. A sus 64 años, este británico, exmilitar y experto submarinista de la Royal Navy, pasaba desapercibido entre otros muchos bajo el paraguas de sus empresas dedicadas a la compra y venta de veleros. Justificaba así su forma de vida. Sin embargo, la Policía Nacional y la Agencia Tributaria le tenían desde hace tiempo echado el ojo al sospechar que tras ese inglés de gustos dandy se escondía en realidad uno de los narcos más potentes de la zona . Primero del hachís, y, como han terminado por rematar las pesquisas realizadas, también de la cocaína.

Quienes han ido tras sus pasos lo definen como un tipo singular. «discreto», «de perfil bajo», un 'señor' que nada tenía que ver con el horterismo y el exhibicionismo ostentoso que tanto gusta a los traficantes del Estrecho. Vecino de Sotogrande lo suyo era tener buenas relaciones y buscar así generosas carteras que se atrevieran a invertir en la droga que él ya encargaba y se trataba de traer hasta España y Europa (con buenas conexiones también en Reino Unido y Ucrania) para luego, por supuesto, darles su parte de esa tarta de cientos de miles de euros.

Hasta que su verdadero negocio ha sido cerrado. Agentes de Policía Nacional y la Agencia Tributaria le han puesto ya un 'candado' (como han bautizado a esta operación) a la fuente de riqueza de Robert Mark, deteniéndole a él y a todos los miembros de su 'tripulación'.

Lo último, lo que ha zanjado meses de investigación, ha sido la incautación en alta mar, cerca de las Azores, de un velero cargado con una tonelada de cocaína -ya no hachís- que traían desde Martinica hacia España. El barco era abordado, sus tres tripulantes detenidos y este miércoles tanto los arrestados como la droga eran desembarcados en el muelle gaditano, ante la presencia del subdelegado del Gobierno, José Pacheco y de las autoridades judiciales y policiales que han participado en esta exitosa intervención.

«Se trata de la tercera fase de la operación que ha acabado con uno de los grupos más activos de traficantes que actuaban entre la Costa del Sol y el Estrecho de Gibraltar», explicaba el jefe de la Udyco Central de la Policía Nacional, Santos Bernal. En total, quince detenidos, una tonelada de cocaína y 1.600 kilos de hachís ha sido el resultado de estas complejas investigaciones que se han desarrollado durante más de un año bajo la coordinación del Juzgado de Instrucción número 1 de San Roque y de la Fiscalía Especial Antidroga del Campo de Gibraltar.

El abordaje del velero, de nombre ‘Windwhisper’, era realizado por agentes de la Policía Nacional y funcionarios de Vigilancia Aduanera, a bordo del buque de operaciones especiales ‘Fulmar’ de la Agencia Tributaria. Sin problemas añadidos a los que ya conllevan una intervención de estas características, detenían de manera efectiva y «limpia» a sus tres marineros que ayer bajaban engrilletados del barco que les llevará ante el juez. Ellos eran uno de los últimos eslabones de la cadena delictiva de Mark.

La cocaína viajaba guardada en paquetes dentro de unas mochilas. A. Vázquez

Marcos Frías, jefe de la Brigada Central contra el Crimen Organizado daba también las claves para entender la personalidad y la manera de hacer de esta red. «Tenían una completa logística», y sobre todo, un estudiadísimo disfraz para no ser pillados a través de sociedades supuestamente legales y por las que sus máximos responsables intentaban no mojarse nunca las manos .

Así utilizaban las empresas dedicadas a la compraventa y alquiler de embarcaciones para usarlas en realidad en el narcotráfico. Además, creaban otras sociedades para introducir en el circuito económico el dinero procedente del tráfico de estupefacientes. Para blanquear y poder disfrutar con comodidad lo que ganaban.

Los veleros, el 'soporte legal'

Por otro lado, estas mismas empresas «le daban el soporte documental necesario» con el que podían justificar sus viajes marítimos en la recogida o entrega de barcos para sus clientes. Además el hecho de poner como titular de estas embarcaciones a otras personas también les valía de parapeto. «Eran auténticos especialistas en el transporte marítimo».

Como consecuencia de la investigación, se pudo determinar que Robert estaría en disposición de llevar a cabo diferentes transportes de droga para diversas organizaciones criminales, siempre utilizando como medio de transporte embarcaciones de recreo y veleros. Al mismo tiempo, el investigado se relacionaba también con individuos afincados en Ceuta , integrantes de una organización suministradora de hachís.

Fruto del control ejercido sobre los investigados, en el mes de agosto de 2020 la organización criminal preparó la realización de un transporte de droga a bordo de un velero de nombre ‘Suka’, intervenido en el puerto deportivo de Ceuta cuando la organización ya había cargado casi 600 kilogramos de hachís.

En el mes de noviembre, también del pasado año, los investigados organizaron un nuevo transporte de estupefaciente. En esta ocasión emplearon la embarcación de recreo de nombre ‘Alauro’, intervenida en el puerto deportivo de Sotogrande con una carga de 1.000 kilos de hachís.

A raíz de estas incautaciones, el pasado mes de mayo se acordó junto con la autoridad judicial, llevar a cabo la fase de explotación de la ‘rama’ de la organización criminal dedicada al tráfico de hachís y se procedió a la detención de diez personas, con entradas y registros en las provincias de Cádiz y Málaga y en la ciudad autónoma de Ceuta.

Diversificó en cocaína

Se sospecha que la red podría haber estado operando, de una u otra forma, desde hace más de diez años. Y aunque parece que todo comenzó por los tentáculos del hachís en la costa gaditana, vieron la oportunidad de utilizar sus barcos para mercadear con cocaína. La Policía Nacional y la Agencia Tributaria tuvieron ciertas informaciones que apuntaban a esa posibilidad y a principios de junio fueron a por ellos.

Los agentes supieron de la salida del velero ‘Windwhisper’, de unos doce metros de eslora, que habría zarpado desde el mar Caribe, poniendo rumbo hacia el continente europeo. En ese momento se decidió establecer el oportuno dispositivo, que desembocó en el abordaje del barco este pasado 13 de junio , con la consiguiente intervención de la droga, la detención de sus tres tripulantes y su traslado al puerto de Cádiz.

Asimismo se procedió a la detención de otros cuatro individuos más en el Campo de Gibraltar y en la provincia de Málaga, implicados en el referido transporte de estupefaciente, dos de ellos se encuentran actualmente cumpliendo condena en prisión, que se suman a los diez detenidos que se efectuaron en mayo en Ceuta, Málaga y Cádiz.

La investigación realizada puso de manifiesto desde su inicio el «alto grado de profesionalidad» de la organización criminal ahora desarticulada. «Eran constantes las numerosas y estrictas medidas de seguridad adoptadas por sus integrantes, tanto en lo que respecta a sus comunicaciones como a la hora de realizar cualquier tipo de desplazamiento y elegir los lugares para sus reuniones y encuentros personales, todo ello al objeto de dificultar en gran medida su detección».

Sin embargo, la mayoría de ellos están ya en prisión tras haber pasado a disposición judicial. Son de nacionalidad española, británica y marroquí. Este miércoles las mochilas en la que traían en el velero la cocaína en paquetes al vacío se podían ver fuertemente custodiadas. Mil kilos de droga cuya pureza está aún por determinar pero que, dado el precio que llega a alcanzar esta sustancia, podría alcanzar los cientos de millones de euros. Y, en definitiva, millones de dosis que se han vuelto a quitar de ese mercado oscuro de la adicción.

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